martes, 18 de diciembre de 2012

35ª Media Maratón de Vitoria Gasteiz 2012



Hacía ya mucho tiempo que no ponía el dorsal con imperdibles en la camiseta, y como la inscripción ya estaba pagada hace bastante y la carrera lo merecía, tocaba vestirse de corto a pesar de no estar la pierna completamente recuperada.
Había quedado con David una hora antes de la salida, con lo que la mañana iba a estar cubierta con alimentación, bolsa y desplazamiento hacia mendizorrotza. Como ya viene siendo habitual, el ambiente pre-carrera era una maravilla, el día no era del todo malo, con temperatura suave de unos 9 grados, pero el viento se tornaba un serio rival.
Primeros momentos típicos de pereza para decidir el momento en el que empezar a cambiarse, pero una vez empezado ya era como un ritual que no tenía parada, con lo que en unos minutos ya estábamos vestidos de corto y dando las primeras zancadas para comprobar el estado de la pierna.  Los pinchazos a cada paso eran normales, pero se hacían menos intensos que en veces anteriores, así que solo era cuestión de calentar. Como si del guion de Scorsese  se tratase, las charlas entre unos y otros son habituales, lo cual hace más bonito este momento.
A falta de 10 minutos me voy dirigiendo a la salida, en la que intento hacerme un hueco entre la masificada salida, entre instrucciones de la speaker, de repente se da el pistoletazo de salida, con lo que no da tiempo ni a ponerse algo nervioso, y allí sale todo el rebaño con si no hubiese un mañana.
Primeros metros y ya escucho lo último que me faltaba por oír, “ Vamos que ya está hecho”, pero si acabamos de salir,jajajaja. No se puede apenas avanzar entre la gente e intento buscar un hueco a la derecha para meterme entre los espectadores, para situarme en el carril-bici adyacente, lo cual consigo más tarde de lo deseado. A la entrada a la Avenida Gasteiz ya se empieza a estabilizar la carrera y comienzo a poner mi ritmo, el cual es un poco más rápido que el que tenía pensado, pero eso tampoco es novedad, y a pesar de ello me encuentro bien. Veo pasar a Zubia con una buena zancada, y menos mal que no me da por seguirle, porque se le ve fuerte. A esto, llegamos a la vuelta de 180º, que nos va a devolver al puente Castilla y entre algún que otro adelantamiento por fin veo a un chaval que lleva un buen ritmo, esta vez sí que me la juego y decido arrancar con él.

Foto Iñigo
 Llegamos al primer momento del día, en el que la afición es un griterío total, Km 4 y los ánimos hacen como si ningún metro anterior hubiese subido al contador de las piernas. Después de rodear Portal de Castilla nos dirigimos hacia los institutos, el viento todavía no se ha hecho notar en exceso y llega la hora de tranquilizarse un poco. Le voy dando tímidos relevos al compañero de viaje, y formamos un grupito de unos 6 a la hora de entrar a la calle Los Herrán. Empieza con una ligera subida para luego continuar por toda la calle hasta Zaramaga.

Foto El correo
 En este tramo se nota que el viento nos es favorable, y aprovecho para soltar un poco las piernas, tengo los gemelos bastante cargados desde hace unos kilómetros, pero ello no me impide continuar con el ritmo sostenible que llevamos. Algunos virajes, y algunas rachas de viento en contra más tarde, llegamos al kilómetro 10, en el que paso en 35:39, una primera parte bastante rápida, como la mayoría de los años.
A partir de aquí, es cuando me empiezo a acordar de toda la mitología  griega y de uno en particular, Eolo ahora parece que ya nos ha dado algo de ventaja y se venga con un viento en contra muy pestoso. Intento refugiarme detrás del corredor que me precede, pero ni aun así se consigue ir a gusto. Entramos en Jacinto Benavente y la pequeña subida que tiene hace poner en alerta a las piernas, es ahí, cuando después de pasar la primera rotonda veo a la family animando y sobre todo Olatz embutida en su abrigo, me pillan justo al otro lado de la carretera, pero como la he visto con tiempo, me salgo del rebufo, y me voy hasta el otro lado para chocarle a la sobri. Después de pasar todas las rotondas y recibir algún grito de ánimo más, llega otra subida, esta un poco más acusada, que con el impedimento del viento se hace mucho más dura de lo ya es a estas alturas de carrera. Esta vez me pongo yo a tirar, que el compi lleva la mayoría del tiempo de los relevos largos a sus piernas. 

Foto Iñigo
 Llegamos a Olarizu, Km14 y lo que queda es más o menos llanear, pero el viento en esta zona sopla bastante más fuerte. En mi cabeza solo está el ultimo avituallamiento en el que puedo coger la naranja deseada, este año está bastante mejor ubicado todo, y no ha habido más problemas que el de coger las cosas a esa velocidad.
Llegamos de nuevo a las inmediaciones de mendizorrotza para afrontar los últimos 5 Km, es aquí donde llega el 2 momento afición, en la que todo el mundo está animando como loco y te hace sentir que no te duele nada y que todavía puedes dar un poco más de lo que estás dando. Después del subidón llega el momento crítico, la realidad se apodera del cuerpo al entrar en la calle nieves cano y su minúscula subida. Ahí es donde el piloto de emergencia se activa para no abandonarme hasta cruzar línea de meta, noto como el roce de los dedos me ha hecho una herida, pero no es cuestión de bajar ahora. En el callejeo que hay que hacer por ahí, mi compañero de toda la carrera pega un ligero cambio de ritmo, al que no puedo responder y se va alejando unos metros, incluso el tercer integrante del grupo me pasa un poco más adelante, las fuerzas ya están escaseando y en mi cabeza solo esta llegar de una vez. Uno de los últimos giros para ir acercándonos de nuevo a mendi, nos lleva por toda la calle de las unis, en las que pica ligeramente hacia abajo, donde puedo recuperar el aliento y a su vez al corredor que me precede. Estamos a unos 2 Km y decido gastar mis últimas energías en hacer un minúsculo cambio de ritmo, para intentar escaparme, cosa que noto que voy consiguiendo, puesto que la respiración del compañero cada vez la oigo más lejana. 

Foto Isabel
Encaro la recta del Estadio con el dichoso viento en cara y con la sensación de ir casi parado, pero el saber que está cerca el arco y los ánimos de la gente me hace llegar hacia el giro que me lleva hasta la recta que lleva a los últimos 100m por el parking. Me dejo llevar, en la curva he visto como le he sacado algo de distancia y no creo que me pueda alcanzar, con lo que encaro esa última recta con más tranquilidad.

Foto Iñigo
Finalmente cruzo en 1:17:06 en 39ª posición, muy contento con mi rendimiento y sin haber notado durante la carrera ninguna molestia reseñable en la pierna, eso llegara más tarde.


Por último, al cruzar la línea de meta, felicito a Juanjo, que es el corredor que me ha estado acompañando casi toda la carrera, y que a pesar de mis intentos de relevo, ha llevado gran parte del peso de la carrera, entrando unos segundos antes que yo. Reseñar el grandioso masaje que me dan al finalizar la carrera, yo creo que de los mejores, con dedicación y por gente por persona. Y como no, dar las gracias a toda esa gente que me ha animado en carrera, siento que en ocasiones no haya podido responder con un gesto, pero a veces o lo ves tarde o no tienes ni fuerzas, pero que se sepa, que oír, se les oye.

lunes, 8 de octubre de 2012

XXX Media Maraton Miranda 2012



Primeros días de octubre y llega un domingo cualquiera, que se podría hacer para aprovechar el tiempo? Pues habrá que ir a correr 21 Km por las calles de Miranda. A las 8:45 y después de preparar el macuto de supervivencia, llega la grupeta oficial de desplazamiento a carrera, compuesto por 2 reporteras-animadoras y el compañero sufridor devora-kilómetros.
No está lejos el destino, con lo que entre canción y charla llegamos al estacionamiento del armatroste en calles castellanas. Paseo hasta recoger el dorsal y vueltilla para ver el ambiente que empieza a congregarse por los alrededores. Una mezcla de deporte y fiesta se mezcla cuando se ve por la calle a gente vestida de corto dando los primeros trotes y  gente vestida de largo, dando los últimos sorbos a sus respectivos pelotos.
Las ganas….pues las de siempre, están por ahí, pero hay que ir minuto a minuto para que vayan aflorando.

Foto Isabel
 Media hora para el comienzo y ya estamos dando las primeras zancadas, la pierna se resiente, el dolor es punzante, tengo que correr bastante rato para ir calentado y minimizar el problema. Cada vez más gente se va agolpando al lado de la salida, saludos con unos,  últimos estiramientos, últimas carreras y hacia la línea de salida.
Unos minutos de espera y se da el pistoletazo de salida, primera recta y me veo embotellado en el centro de toda la gente, con lo que a la mínima oportunidad, finta a la derecha y salgo al lateral del grupo. Quiero ir regulando, en la medida de lo posible, hace mucho que no corro más de 10Km y las vueltas 3 vueltas al circuito van a ser tortuosas.Primeros 2 kilómetros más rápidos de lo esperado, con lo que intento bajar un poco el ritmo, pero tampoco me quiero quedar solo tan pronto, así que bajo pero no mucho. 

Foto Isabel
 La carrera discurre entre curvas por las calles de la ciudad haciéndola diferente, en el centro algo de animación, pero por las afueras escasa y encima este año me han quitado la música que ponían a falta de unos kilómetros para la llegada, que era el aliciente de cada vuelta, chachisss!!!
Primera vuelta a buen ritmo, ya he conseguido ir a la velocidad que deseaba, pero no creo que aun así pueda mantenerla, cada vez va haciendo más calor y las piernas se cargan un poco más. La segunda vuelta me la quiero tomar un poco más tranquilo, para ver si soy capaz de recuperar el cuerpo, me adelanta algún corredor, pero no intento ni seguirle, puesto que todavía no he llegado ni a la mitad del recorrido. Empiezo a perder algún segundo de ritmo sobre el Km 8, algo que me imaginaba que iba a pasar y la media pensada para la carrera se va esfumando. Llega la mitad de carrera, segundo avituallamiento, solo hay agua durante toda la carrera y se echa en falta algo sólido para comer y engañar a la cabeza algunos metrillos. 

Foto Isabel
A falta de 1Km para hacer el segundo paso por meta, oigo como el 7º de caballería se va acercando, esta vez decido que tengo que intentar engancharme a ellos, el rato que pueda, hacer toda la carrera solo me está pasando factura. Llevamos un ritmo algo más alto del que estaba llevando, pero me encuentro cómodo, incluso alguno cae del grupo un poco más adelante. Por desgracia esa sensación de bien estar, se esfuma después de aguantar 3 Km con ellos, las piernas empiezan a estar como una piedra y no consigo coger todo el aire que me gustaría, con lo que decido bajar el pistón y dejarles marchar. A partir de ahí ya es una lucha entre cuerpo y mente, quedan poco más de 3 kilómetros y las rozaduras y los dolores se hacen con el control.
Las zancadas se van haciendo más pesadas, los pasos se notan más toscos, pero la meta está ya muy cerca y toca sufrir un poco más. Los ánimos de algún doblado (ánimos que generan reciprocidad) me dan pequeños gramos de energía, que hace que empiece a ver la “M” multicolor que hay a escasos metros de la línea de meta. Recta final y ni tengo fuerzas, ni me apetece mirar hacia detrás, solo quiero pasar el arco y coger aire.

Foto Isabel
El pitido de la alfombra indica un tiempo de 1:19:59 y la clasificación posterior me coloca en la 22ª posición. En primera instancia no estaba muy “contento” con el tiempo, pero ya después, analizando todo un poco, veo que no ha estado tan mal.


 De nuevo hay que agradecer, que hay camillas para dar masaje, con lo que antes de que llegue la gran mayoría de la gente, me coloco para descargar un poco las piernas, que bien merecido se lo tienen. Y entre comentarios con unos y risas con otros se acaba un nuevo finde competitivo.



martes, 2 de octubre de 2012

Urduña Hiria Herri Krossa 2012



Ha llegado muy fuerte el cambio de verano a otoño y se nota bastante el frio por estas tierras Vitorianas, que aunque no me guste mucho para el día a día, para correr hace una temperatura ideal. La salida dominguera era hacia Orduña, posiblemente una carrera en la que unos años atrás, empezó a forjarse un poco más en serio esta “locura” deportiva.
Llegamos pronto al pueblo, la carrera no empieza hasta las 11:30 y entre coger el dorsal y dar una vuelta, se van pasando los minutos. El cielo está cubierto, no lleve todavía, pero las previsiones es que algo caiga. La típica pereza para ponerse de corto es la habitual, así que habrá que empezar a cambiar el chip para entrar en faena. Listo y preparado para empezar a trotar, me encuentro con los compañeros del K0 (bueno y la del 42, jeje) charlamos un rato y empezamos el calentamiento. Se ve mucho ambiente, se nota que esta carrera cada año va en aumento, y se lo tiene bien merecido. La pierna me sigue molestando y espero que con el paso de los kilómetros vaya disminuyendo el dolor. Buen calentamiento, con tiempo y estirando lo necesario y me voy dirección de la salida. Por la gente que estoy viendo llegar al arco de salida, hay mucho nivel, bastante foráneo y buenos corredores locales. 

Foto David
Minutos de espera en la línea, pistoletazo y por ello. En los primeros metros intento buscar mi hueco y ya después de la primera vuelta a la plaza del pueblo se van estabilizando las cosas. El terreno es irregular e intento buscar las zonas más planas, para correr más cómodo, solo es por la zona de la plaza, pero también es donde menos caliente están los tobillos. Se ha formado un grupo de cabeza bastante amplio y de momento puedo seguirles el ritmo. Después de salir un poco del centro, volvemos a pasar para dirigirnos a la periferia, el ánimo de la gente se hace notar en cada paso.
Kilómetro 2 de carrera y tengo al grupo de cabeza a unos 30 metros, y uno de colores fosforitos a lo lejos en primera posición, no sé cómo le han dejado escaparse, al principio pienso incluso que es uno de la organización. Vamos muy rápido e intento mantener el ritmo, veo que están controlando la carrera e incluso aminoran un poco, así que bueno, si a mi ritmo puedo enganchar con ellos, pues bien. Este pensamiento se difumina cuando a unos 5 metrillos de ellos veo que el grupo se estira, ya han decidido la estrategia. Me encuentro dentro de lo que cabe bien, estoy yendo un poco más rápido que el 3:30 que me había marcado pero no voy mal. Kilómetro 5 y volvemos a llegar al pueblo, la rampa de subida hace que disminuya mi zancada y estoy deseando llegar al avituallamiento para beber un poco. De nuevo ánimos de los amigos, de mis aitas y a empezar a restar kilómetros. 

Foto David

Oigo las pisadas del corredor que me precede y que no tarda en pasarme, con lo que intento seguirle algún metro para ver si puedo con su ritmo, la verdad que me ha pasado fuerte, pero después de sacarme unos metros la distancia se ha estabilizado y lo tengo a la vista. Nos vamos dirigiendo hacia la zona menos bonita, donde casi no hay nadie y el terreno es de gravilla, la pierna se me está empezando a cargar pero ya solo hay que aguantar unos minutos más. En el kilómetro 8 tengo momento psicológico, los kilómetros están bastante bien marcados en el suelo, pero resulta que el 7 no lo he visto y veo a lo lejos una marca de kilómetro, en ese momento mi cabeza piensa “espero que sea el 8 porque si es el 7 me muero” y tanto es así que tengo que mirarlo literalmente 3 veces para certificar que es el 8, “buff menudo alivio”. Es una cosa extraña pero la cabeza juega buenas y malas pasadas en las carreras, la cual también hay que entrenar, porque al final estas tu contra tí.
Hace algún rato que ha empezado a llover ligeramente, cosa que se agradece a estas alturas, van pasando los metros y una larga bajada nos lleva al kilómetro 10, cuesta coger ya el aire, pero me animo a mi mismo, diciendo que ya está, que solo queda el esfuerzo final. Último repecho de subida hacia las carreteras centrales del pueblo, al corredor que me precede lo tengo relativamente cerca, en la penúltima curva, echo una miradita hacia atrás y no veo a nadie, pienso en apretar un poco para ver si puedo pillar al de delante, pero decido seguir como voy y con la tranquilidad que me da el no tener que esprintar, llego a meta chocando la mano de los chavales que se agolpan en los laterales de meta. 

Foto David

Paso la meta con un buen tiempo 36:29 en posición 19ª, con lo que se demuestra que este año había un nivel aceptable. Finalmente solo queda charlar con los conocidos que han corrido y comentar la carrera entre risas y buen rollo, que al final eso es lo que hace grande cualquier evento deportivo.


martes, 4 de septiembre de 2012

XXVII Subida a San Felices 2012



Domingo matutino y las ganas de competir, en algo se están haciendo evidentes.  Después de enterarme que hoy había una carrera de montaña por Haro he quedado con algunos componentes del 42.195 para ir juntos hacia San Felices donde se va a disputar dicho evento. Nunca he corrido por monte y esta es una buena ocasión. Presentaciones de rigor antes de salir (puesto que no conocía a nadie) y nos encaminamos cuan grupeta marroquí  los 6 en el coche. Al llegar se ve bastante ambiente, hay que decir que aparte de esta, hay también carrera de perros, de andarines y BTT, al igual que festejos varios.
Subimos a por el dorsal y nos vamos encontrando a más gente del 42, van apareciendo como champis. Después de charlar un rato con unos y con otros, bajamos de nuevo al coche para cambiarnos y meternos el gusanillo de competición en el cuerpo. Primeras carreritas, primeros estiramientos y a esperar a la salida. No sé cómo se ha de correr este tipo de galopada, así que se improvisara mediante sensaciones.

Foto Juan

La salida muy  tranquila, nada comparado con los embotellamientos propios de otras, sí que es cierto que hay menos gente, pero también se nota que va a ser diferente. Primeros metros en claro descenso y todo a un ritmo lasai, no hay problema, en estas que empiezan a pasar a cabeza los pros, se nota un pequeño aumento del ritmo, sigue siendo en bajada, con lo que de momento puedo aguantarles hasta que empiece la subida. Voy siguiendo la misma rodera de los que me preceden, porque en un terreno irregular como este,  hay que saber también por donde ir y en eso, mi conocimiento es nulo.
A los 3 Km (más o menos, porque no hay señalización y no me sé el recorrido) empieza la subida, por lo que me han comentado dura más o menos otros 2 o 3, pero a la primera de cambio en mi cabeza empiezan a desaparecer las referencias. Todavía estoy en el grupo de cabeza, pero cada vez, la pista se hace más empinada y voy perdiendo distancia respecto a ellos. Aquí es donde empieza mi sufrimiento, no hay apenas zonas de descanso y en cada curva me encuentro con un muro más inclinado. Intento pasar los metros de la mejor manera posible, el pulsómetro está pegando toques de atención y la respiración es cada vez más jadeante. Entre esfuerzo y dolor llego a la parte más alta, cuádriceps a punto de estallar y oxigeno que no llega a las piernas. En los primeros pasos de la bajada, casi no puedo aguantar ni mi propio peso, así que decido tomármelo con calma.

Después de un rato vuelven un poco en si las patas y me noto algo mejor, la falta de costumbre hace que tenga que ir frenando bastante porque me embalo y no me gustaría sufrir una caída ni perjudicar mucho más a mis tobillos de cristal. Mientras tanto voy pasando a andarines que habían salido antes que nosotros y entre muestras de apoyo avanzo de la mejor manera posible los continuos sube-bajas que van llegando. El calor se está haciendo notar y sobre la mitad del recorrido hay un punto de avituallamiento para coger botellín de agua. Bebo un poco y me refresco, gracias a eso y al terreno algo menos abrupto consigo reponerme un poco y conseguir un paso algo más estable.
Giro a la derecha y me adentro en una especie de bosque, el camino por el que hay que ir es muy estrecho, solo cabe una persona y está llena de vegetación, algunas zarzas me está pinchando, pero no es mucho problema. Esta parte del circuito es muy chula, con giros, subidas y bajadas con poca visibilidad, eso sí, tengo que andar con cuidado, puesto que ya he estado a punto de torcerme los tobillos en 3 o 4 ocasiones. En las subidas cortas pero duras, las piernas ya empiezan a notar la semana de parón, la caja se ha estabilizado, pero tengo los músculos bastante cargados La falta de referencias hace que no sepa ni lo que queda, forma de la que no me suele gustar ir. Salgo de la zona boscosa y llega una zona pedregosa, ya parece que no queda mucho y es la mayoría en bajada, un último esfuerzo y estará acabado. En uno de los últimos cruces que hay llega la eterna duda, izquierda o derecha, como no, opto por la equivocada y voy hacia la izquierda, esto que aprovecha el corredor que venía por detrás para pasarme y entre él y otro señor que había, me indican que es para el otro lado, así que freno de mano y trompo para volver a la ruta. No es que haya perdido mucho, pero creo que me va a ser imposible alcanzarle de nuevo, así que en la última subida que nos lleva a meta, miradita para atrás, para conservar al menos mi posición. Llego muy roto, pero muy contento (es la paradoja del deporte) voy recuperando el aliento entre saludos y comentarios entre corredores. 


Finalizo en 6ª posición con un tiempo de 53:13 (en la clasi, aparezco el 4º pero es por grupos de edad, hubo 2 veteranos que llegaron delante mío). Ahora solo queda aguantar 3 días a las agujetas queridas, pasando días andando a lo chiquito, pero como suele decir uno de tierras leonesas… “pero que bien lo pasamos con tan poco”.
Mención especial a la organización, porque ha estado todo bastante bien preparado y bien señalizado, que eso en montaña es muy importante, como he podido comprobar. Por último, dar la enhorabuena a Miguel Ángel  por su segunda posición y a todos los componentes del 42.195, ha sido un día de competición muy chulo.

Foto Juan