martes, 17 de septiembre de 2013

Wild Wolf San Sebastian 2013

Madrugón elegante el que toca un día dominical como este, despertador a las 5:30 y para arriba sin haber pegado mucho ojo.  Voy medio dormido por casa, hasta la luz de la cocina me molesta, me estoy poniendo las tostadas a tientas, eso sí, desayuno, hoy sí que sí, a lo Noya. La bolsa preparada, últimos detalles y cargo la bici en el coche para arrancar hacia Donosti, broche final de temporada.
El cielo lagrimoso de Vitoria, no me da muchas ganas que se diga, pero mientras va amaneciendo y avanzan los kilómetros, la mejoría toma otro rumbo, hasta llegar a tierras Gipuzkoanas, con una buena temperatura y con pocas nubes en la inmensidad celeste.  Aparcamiento al lado de Boxes y me dirijo a por el dorsal, que previamente me habían recogido (thanks pool-girl). Comienzan los preparativos del ritual y entre charla y charla con conocidos, se van pasando los minutos. Queda decir, que por fin unos boxes muy bien puestos, sin 2 sentidos de bicicletas en la percha, hay mucho más espacio.

Foto Aita
En esta ocasión soy de la primera salida, por lo que me toca estar un poco al loro mientras doy mis primeras carreras por el paseo. Tras estirar lo justo, me coloco el neopreno y me dirijo a la otra punta donde se va a dar la salida. Toca meterse en el agua para los primeros largos, los brazos acusan el esfuerzo, pero después me va a venir bien. La pregunta del millón es, como va a ser el recorrido?  Casi nadie lo ve claro, con la cantidad de barcos que hay entre las boyas, cuando esta todo más o menos en orden nos abren las vallas para empezar a colocarnos en la salida. Ubicación lateral, como en todos los anteriores, en primera fila del lado derecho, ofreciéndome el sitio uno de los compis del equipo. Nervios, explicación de salida y en nada estamos como patos sin cabeza hacia la inmensidad del mar.

Foto Rakel
Primeros metros cómodos, incluso con falsa sensación de estar adelante, cosa que cambia cuando miro al lado contrario del que respiro habitualmente y veo  más gente peleando por ahí. Cojo pies e intento descansar un poco del arreón inicial, entre brazada y brazada veo que llego, casi sin darme cuenta, a la primera boya, después de sortear al barquito en cuestión, golpes 0, brazos bien y a por más. Natación limpia y llegada a la segunda, incluso me “doy el lujo” de abrirme a la izquierda e ir adelantando, hasta llegar a la tercera y última. A partir de ésta, es como no saber hacia dónde tienes que ir, literalmente, me fio de los que me preceden, porque no veo ninguna referencia en la playa que me pueda indicar si voy correctamente o no, pero bueno, como no soy el único….
Este último tramo se me está haciendo eterno, y encima el agua está clara y en ocasiones se ven piedras enormes a muy poca profundidad. Por fin y después de jugar psicológicamente conmigo mismo, llegamos a la orilla, me pongo de pies, intento correr, pero oh oh!! Está lleno de piedras, con lo que ves salir a unos cachalotes a lo chiquito de la calzada muy despacio hacia la primera transición (que dolor).

Foto Rakel
Largo pasillo hasta coger la montura que me hace recuperar el aliento, cojo todo el instrumental y salgo a por el 2º sector. He debido de hacer las cosas bien, porque hemos salido del agua un pequeño grupo y voy solo bastante rato,  sin nadie por delante, lo que me da para tomarme las cosas con calma y habituar a las piernas, para lo siguiente. A los pocos Km me pillan los de detrás y me voy con ellos a la aventura. Inicio bastante llano, cosa que cambia con la primera pendiente del circuito, intento seguir la rueda de mis dos compañeros, pero a mitad de subida recuerdo como es (coincide con circuito de Onditz) y decido ponerme en modo Valverde y subir a mi ritmo. Llegada arriba, bajada con notables precauciones y se me acopla otro grupillo, este sí que no se puede escapar. No conozco  la ruta y cuando quiero dar algún relevo se pone cuesta arriba, con el consiguiente desgaste y dolor de piernas, así que decido ponerme detrás y ver cómo transcurre la primera vuelta. 

Foto Aita
Hay muchas curvas cerradas, badenes y rotondas, al igual que pequeños repechos de porcentaje aceptable, lo bueno es que los últimos Km son llanos y se puede pensar en carrera con piernas descansadas. Llegada a Donosti y vuelta a lo mismo. Ahora se mas o menos donde se puede apretar y donde viene las cuestas, eso hace que nos pongamos un poco de acuerdo y pillemos a algún grupo de delante (aunque todavía no entiendo esa “obligatoriedad” de entrar a los relevos, que exigen algunos, si puedo voy y si no, no, muchas veces demasiado tengo con seguir a rueda y no es por nada que fuese dirigido a mí precisamente).
Con la seguridad que da conocer por donde vas pedaleando, se van pasando los kilómetros y cuando me quiero dar cuenta estoy de nuevo en la recta que enfila el final de la bicicleta. Mucho rollo estratégico incluso a la hora de entrar en boxes (que si lo hago delante, detrás, aprieto, me dejo llevar, cuando me saco las zapas, jajaja) Al final me pongo un poco delante y salto literalmente. Entrada a toda velocidad, cuelgo la montura, me calzo las voladoras y como si no hubiese un final.

Foto Rakel
Salgo con 2 corredores que están haciendo la carrera de relevos, por lo que están frescos y me pueden ayudar en estos primeros compases a controlar el ritmo. A nada de empezar uno de ellos pega un tirón y descuelga al otro, veo que tiene buen ritmo y me pego a él. No sé qué tiene correr por San Sebastián, pero me noto bastante bien, de primeras quiero ver hasta donde tenemos que ir, para así poder hacerme una idea de la “estrategia” a seguir. Es prácticamente llano, con alguna subida pequeña, y eso a la vuelta me puede ayudar. Primer giro, ¼ de recorrido y aprieto un poco para ver si puedo coger a unos que están delante de mí. Al primero no tardo en cogerle, pero al segundo hasta que no llegamos a mitad de carrera, no le doy caza y decido descansar a su ritmo un poco y recuperar el aliento.

Foto Aita
El circuito ya se está llenando de gente, saludos a los compis y a por un poco más. De nuevo en el mismo sitio de antes, después del avituallamiento líquido, veo que tengo piernas, la caja está tocada, pero puedo tirar un poco más, aprieto para intentar descolgar al compañero y aunque al principio parece que no me despego de él, a cada metro le oigo la respiración más lejana. El ánimo de la gente (que te animen por tu nombre es la os y yo intento corresponder con ligero movimiento de cabeza, no me da para más) y el ver que tengo a otro rival bastante cerca, hace que me deje todo lo que tengo en el último km a meta. Debajo del puente le paso, la gente se agolpa, desvío hacia meta, al siguiente le estoy recortando metros pero me voy a quedar sin espacio, veo que mira hacia atrás un par de veces, para ver a cuanto estoy, yo viendo que va a ser imposible echo una miradita a falta de 100m, ningún peligro de posición, y el reloj marca un sub 2h, con lo que disfruto entrando en el pasillo de gente, entre aplausos y llegando al pedestal que han puesto los de Wild Wolf como meta.

Foto Rakel
Me paro a coger aliento, ha sido un gran final de carrera,  de camino al avituallamiento saludo a los compañeros, reconociendo y felicitando su gran actuación. Por lo que a mí respecta, acabo en 7ª posición con un tiempo de 1:59:50, muy contento por cómo ha ido todo en general, me lo he pasado en grande.


Ultimo triatlón del año, resumen de una temporada preciosa, en la que me he sorprendido del nivel ofrecido, aunque lo más importante, es que he aprendido muchas cosas y sobre todo he conocido a gente estupenda, ya sea dentro o fuera de las carreras, el ambiente que se respira hace que esto no solo sea competir y entrenar para ser mejor que alguien, simplemente tienes que intentar ser mejor tú mismo, tanto deportiva como personalmente y eso es lo que he tratado de hacer. Agradecer a los que me han animado, me han ilustrado con sus camaras y me han soportado (que han sido muchos). Pero bueno, que parece una despedida, jajaja. Ahora retomaremos con las carreras populares, que también tienen lo suyo.