martes, 16 de septiembre de 2025

XI Triatlon Sestao 2025

Fin de semana consecutivo de triatlón, esto desde mis inicios que no pasaba, pero a Sestao hay que ir, el ambiente que se respira y el cariño que le ponen es especial por lo que se intenta no faltar.

Las preparaciones habituales las realizo el día anterior para que no me pille el toro, el picnic post carrera también lo prepara la chef como de costumbre y solo queda coger los bártulos el domingo y salir hacia el norte. Otra de las tantas cosas buenas que tiene, es la habilitación de un lugar para poder aparcar, eso hace mucho en una carrera, porque hay sitios donde es complicado estacionar y empiezan a entrar los nervios.

Llegamos con el día nublado pero buena temperatura, luego parece que levantará, así que no hay problemas meteorológicos. Bajo todo lo necesario y me dirijo a por el dorsal, el venir acompañado da un poco más de tranquilidad, porque puedes delegar ciertas cosas a los demás. Puestas todas las pegatinas a todo, me dirijo a boxes y voy colocando todo de la mejor manera que puedo. Me quedo con la ubicación, fácil de recordar y solo queda esperar para ir a probar el agua.

Foto Rakel

La verdad que, a pesar de ir con bastante tiempo, se me empiezan a echar los minutos y poco margen voy a tener para probar el agua, pero después de ponerme el neopreno y dejar la mochila puedo dar unas cuantas brazadas, las suficientes para que el cuerpo entre en ambiente. Me subo a la rampa de salida y me coloco en mi sitio. Cada año me empiezo a ir más atrás, no seré yo quien entorpezca a los que realmente saben de esto. Nos vamos echando para atrás muy poco a poco “obedeciendo” a los jueces, pero al final cuando llega el último minuto nos dejan ir hacia delante y acaba la gente incluso más dentro que antes.

Yo decido colocarme a la derecha y saltar desde ahí al agua, nunca me ha gustado el jaleo y en este tipo de salidas menos. Jon da la cuenta atrás por megafonía y allí que empieza la aventura con el bocinazo. Primeros compases con sensación de estar en medio de todos, golpe en las gafas, que me las ajusta un poco más y metros de pelea sin saber en qué dirección voy. Cada vez me voy escorando más a la derecha, pero reduzco el agobio considerablemente. Esta vez los brazos me están respondiendo y a pesar del ligero dolor me encuentro con fuerzas, así que habrá que aprovechar. Primera boya sin demasiadas complicaciones y a por la siguiente.

Foto Rakel

Al ir a atacar la segunda, voy tan pegado a ella, que me topo con el cabo que la amarra y tengo que pasarlo por encima, por suerte no recibo ningún golpe y ya nos vamos dirección salida. El sonido de los altavoces cada vez se escucha más alto, eso es buena señal y cuando me estoy acercando voy con cuidado de no darme ningún golpe con la piedra. Me impulso hacia arriba, empiezo a correr y me subo las gafas. A pesar de no ser mi sector, por lo menos no lo he pasado muy mal, así que vamos a ver el siguiente.

Foto Rakel

Llego a la bici con buena respiración y sin notar fatiga, me voy bajando el neopreno, pero a esto que voy a pisarlo para sacar una pierna me resbalo como si estuviese en la pista de hielo y doy con mi culo en el suelo. Aprovechando que ya no voy a ir más abajo, me despojo de él sentado, meto todo en la caja y arranco con la bici.

Transición larga de narices y el ir descalzo por el asfalto tampoco ayuda mucho. Nada más pasar la línea de montaje me subo a la bici y encaro la cuestita maravillosa jeje. 

Foto Rakel

Empiezo a notar un dolor en el culo, no sé si será de la caída e intento dar caza a un par de corredores que hay delante antes de que se acabe el repecho. Giramos hacia abajo en la rotonda, pero el dolor ya empieza a ser preocupante, porque no es que no pueda hacer fuerza pedaleando, sino que al doblar la pierna derecha tengo unos dolores horribles. No entiendo como esa caída tonta me puede haber hecho esto, pero es que no puedo dar pedales. A duras penas me estoy manteniendo con los otros 2 pero lo único que puedo hacer es dar pedales levantado, aunque también me duele horrores. Me doy algún masaje, intento estirar de alguna manera, pero nada. Es una impotencia terrible y no se ni que hacer.

Para empezar, me dejo caer, con dolor, mucho dolor intento avanzar, me pasa algún grupo no puedo ni intentar seguirles, que rabia me está dando, pero está eso o abandonar. Llega la cuesta y “por lo menos” me vale para ponerme de pie y subirla de aquella manera. La bajada más de lo mismo, cada vez que intento dar pedales el dolor en el glúteo me mata. Me va pasando más gente y “consigo “engancharme a un pequeño grupo. Hay disputas por los relevos, como siempre, pero yo demasiado tengo con lo mío e intento no quedarme atrás.

Foto Rakel

Subimos para llegar a la primera vuelta, casi con lágrimas de dolor doy la rotonda, mientras avisamos a un corredor que iba ya directo a boxes y volvemos a la carga. Empiezo a notar que puedo hacer algo de fuerza, no sé si se habrá calentado algo, pero ahora por lo menos puedo pedalear, con dolor, pero puedo pedalear. Llegamos de nuevo a la cuesta, uno de los componentes que va sobrado se escapa, por detrás nos quedamos 3 y también se quedan otros 2. Con lo poco que tengo llego arriba con ellos y después de la bajada comenzamos relevar. Puedo entrar de aquella manera, pero por lo menos ayudo un poco.

Por delante, lo único bueno es que no se nos han distanciado en exceso y todavía albergo una mínima esperanza de poder darles caza en el último sector. Esta vez sí, después de la rotonda cogemos camino descendente, me voy sacando los pies de las zapatillas, por suerte nos bajamos los tres sin ningún problema. Dejo la bici, me coloco las zapatillas y a rezar. 

Foto Rakel

Primeras zancadas, giro de 180º para salir de boxes y analizo la situación, el dolor por lo menos no me está impidiendo correr y de caja estoy increíblemente bien, por lo que solo queda una cosa, morir en estos 5kms.

Primeros metros y ya veo a gente a la que rebasar, tras varios adelantamientos individuales me topo con un buen grupo al que tengo que pasar por el otro carril por el poco espacio que hay. Parece que los macarrones de la madre y la dieta de Diana siguen dando sus frutos y me noto como un tiro. Giro para volver hacia los boxes y afrontar la cuesta, aquellos años donde este triatlón era olímpico tener que subir dos veces se hacia mentalmente duro (aunque siempre olímpico 😉), ahora solo subiendo en una ocasión hay que intentar ir a lo máximo.

Foto Rakel

Primeros compases de desnivel, voy a todo lo que puedo y me siento rápido, me mentalizo en finalizar la subida a tope sin aflojar y descansar en la parte llana. El giro, que esta vez esta mas cerca me lleva a la bajada. Si antes he subido como alma que lleva el diablo, lo mismo hago con la bajada. Los objetivos para adelantar cada vez son menores, pero intentaré llegar a los máximos posibles.

A penas restan 2 kilómetros, la animación de Cesar en estos eventos es la leche y se pone la piel de gallina en cada paso. Llegando al último me doy por satisfecho con el sector y poco a poco llego a la alfombra que da acceso a la meta.

Foto Rakel

Llegada en 9ª posición con un tiempo de 1:07:40 con un buen sabor de boca a pesar del gran problema de la bici, podría haber rascado algún puesto de ir bien la cosa, pero pocos más, por lo que me doy por satisfecho. Después de recuperar el aliento, saludo a Gorka, unos de los artífices del evento, a pesar de que soy uno del montón, me llegan al alma sus palabras hacia mi persona, esta gente del Sestao es impresionante.
   
Después lo de siempre, saludo al campeón “de la competición” y a otro campeón, esta vez cadete del vibike, este Markel es mas majo que las pesetas. Me avituallo como es debido y voy a saludar a la familia, que espero que se lo haya pasado bien, no me cabe la menor duda. Ducha rápida y espera la entrega de premios, para pasar a lo mejor del día. 
Foto Rakel

Del coche recogemos el picnic y como ya es costumbre aquí, sacamos las tortillas el embutido y demás menesteres que ha preparado la matriarca, que haríamos sin ella. Faltan personas festejando estos eventos, unos por compromisos y otros porque la vida es así, pero a pesar de no estar presentes siempre están.

Dibujo Olatz

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