Nuevo fin de semana de competición, misma película con
distinto argumento, esta vez ha sido en el triatlón sprint de Deba. La tarde
del sábado fue una comida con los colegas, en la cual tuve que estar a un nivel
inferior, jeje, pero bueno son ocasiones buenas para estar y no era cuestión de
perdérsela. Después de unos bailables, decido que toca la hora de marchar para
casa, las cuentas no estaban muy mal echadas, casi iba a dormir 8 horas, pero
la verdad que no he dormido muy bien, y me he levantado con bastante sueño.
Comer un poco de pasta y empezar a preparar los artilugios es
la labor más ajetreada que he tenido que hacer durante la mañana. Había quedado
a las 11 para salir, pero entre montar la bici, llevar la bolsa y demás, al final me ha pillado un poco el toro y hemos
salido más tarde de lo esperado. El coche repleto, padre, madre, hermana y
sobrina, pobre Astra, se quedan cortos los potrillos, pero se agradece el ánimo.
El GPS marcaba que llegaría sobre las 12:30 y se supone que
salíamos a las 13h, empezamos bien. Al llegar a Deba a las 12:20, como me
imaginaba el aparcar es imposible, por lo que decido ir a por el dorsal, y ya
aparcaría después. Entre que voy, cojo el dorsal, se me está echando el tiempo
encima y le digo a mi padre que vaya a aparcar
y así puedo ir yo a meter las cosas al box, todo eso a la carrera. Con la
historia de las prisas, parece que empiezo a espabilar, de repente oigo por
megafonía que las chicas saldrán a las 13h y nosotros un cuarto de hora más
tarde, bufff menos mal, porque aunque me hubiese dado tiempo, estaba ya muy
acelerado y no sabía cómo estaba poniendo las cosas.
Me pongo el neopreno y voy a ver la salida, mientras hablo
con algún componente del equipo. Se está acercando la hora y hay que empezar a
meterse al agua para calentar un poco, el acceso a la ría (que se sale de allí
para luego incorporarse al mar) se hace por un par de minúsculas escaleras, por
lo que se está tardando bastante, y la gente se empieza a poner nerviosa, tanto
es así que incluso empiezan a saltar desde la barandilla, cuan World Trade Center ardiendo.
Por fin en el agua, doy varias brazadas para que no me pase
como la semana pasada, todavía queda gente por entrar en el agua, así que
aprovecho. A la hora de dar la salida el juez indica que hay que atrasarse un
poco bastante, porque no es el sitio de salida, y entre que los nadadores no
retroceden y el juez no da su brazo a torcer, estamos en el agua entre gritos
unos 5 minutos más. Y hasta ahí la pre-carrera.
Estando en el agua recuerdo una frase del gran Eneko llanos
“rodeado de tanta gente y tan solo a la vez”
y a estas que suena la bocina, y todos a por la boya, que por cierto no
se ni dónde está, así que a seguir a la gente toca. Compruebo que hay una
manera bastante rápida de deducir por donde voy más o menos, puesto que por desgracia los
tragos de agua que voy pegando cada vez se están haciendo más salados. El mar está
bastante revuelto y hasta llegar a la primera boya es un continuo sube baja,
con malas brazadas y muchos tragos de agua, por suerte no recibo muchos golpes,
y digamos que puedo nadar sin agobios. Llegada a la boya y se forma el atasco
habitual, así que a pasar como sea y buscar un hueco. La verdad que no se ni
hacia donde voy, pero si hay gente
delante mío sabrán el camino, jeje. Poco a poco empiezo a ver las banderolas
que hay en la playa por donde tenemos que salir, a varios metros ya se puede
hacer pie, y veo que algunos lo están empezando a hacer, e intento seguir
nadando un poco más, pero después de que un par de olas me metan hacia abajo,
decido ponerme de pies y salir como pueda. No se puede casi ni andar, y las
bolas se me están empezando a subir, así que decido tomármelo con calma y ya
pisare tierra firme. Giro un poco la cabeza para ver cuantos salimos y me
parece curiosa la imagen que veo, eso parece el desembarco de Normandía (como
están las cabezas). Por fin en la arena, me voy quitando el neopreno, lo de
correr es imposible y estoy algo ido, así que ya llegare a la bici. Se oyen los
ánimos de la gente y llego al tremendo pasillo de boxes donde tengo que
encontrar mi bici, si, se sabe más o menos donde está, pero en esas ocasiones
el “más o menos” y muy-muy relativo. Después
de hacer todo el ritual, cojo la bici y salgo al segundo sector, paso la línea
y a la hora de saltar, cuan John Wayne a caballo….sorpresa, se me resbala un
poco la bici y casi caigo con ella, por suerte la cojo a tiempo, pero me golpeo la pierna y encima se sale una bota, así
que los 5 segundos que iba a ganar con ello, se convierten en 15 perdidos, pero
bueno, gajes del oficio.
El recorrido empieza bastante llano, por lo que no se me
pone el corazón a 1000, y aunque me pasa gente, parece que algo menos que en
otras ocasiones, así se forma un grupeto, que vamos tirando a un ritmo
aceptable. Este año al ser más corto han quitado un puerto (el calvario, que
“dolorosos” recuerdos, madre mía), por lo que en el kilómetro 11 me topo con el
primer muro. Toca poner velocidad de crucero y pasarlo de la mejor forma
posible. Alguno que otro se va del grupo, pero también cogemos a alguno que otro
del grupo de adelante, con lo que más o menos al llegar a la cima estamos los
mismos, pequeño descanso y a por el segundo. Este es algo más llevadero, los
porcentajes no son tan tremendos, pero para mí “the bike is the bike”. Reconozco la cima del segundo puerto y con
algunos que han venido de atrás afrontamos la bajada hacia deba, como en los
mejores tiempos de salidas en moto vamos trazando las curvas a velocidades más
que aceptables, y entre pequeños relevos esporádicos, llegamos al final de este
sector.
Bueno ahora toca dar lo que haya, así que me calzo las zapas
y a por lo que de la máquina. Salgo con bastante buenas sensaciones, y como el
grupo delantero no se me había escapado mucho empiezo a pasar a gente. Hay que
dar 2 vueltas a un circuito, bastante rompe-ritmos, sobre todo con una cuesta
que a esas alturas de la carrera parece el “cho
oyu” sin nieve (que hay que pasarlo 4 veces). El isquio de la pierna
derecha lo tengo algo tocado, pero ya solo quedan 3 kilómetros. Ya en el
retorno para iniciar la segunda vuelta, se ha
incorporado a la ruta los que están dando su primera vuelta, con lo que
se ha llenado el recorrido de gente por todos los lados. Se echa en falta algún
punto de avituallamiento en el que poder refrescarse un poco y pegar un sorbo de
agua, pero la crisis parece que también ha llegado a las carreras. En el último
Km tengo amagos de los gemelos que se quieren subir, pero por suerte son solo
eso, amagos.
Por lo tanto finalizo en una aceptable 57ª posición, y
viendo los parciales a ver si espabilo un poco en el agua y en bici, que si
no……
No hay comentarios:
Publicar un comentario