Berria, de siempre, o como se llama en los últimos tiempos,
Gasteiz hiria herri lasterketa. Sea como fuere, son 10 Km de carrera y en
Vitoria, no hay excusas para no ir, bueno si miento, el precio, que como siga así,
sinceramente me pensaré el participar en próximas ediciones, pero en esta ya he
picado.
El pronóstico vaticinaba lluvias a segunda mitad del día,
pero nada más ir a coger la bici para acercarme al centro, comienza a llover,
cambio de planes y a sacar el coche. Aparco con bastante suerte cerca de la
salida y me dirijo a recoger el dorsal, pre-carrera con primeras risas e
intercambio de impresiones con aguerridos participantes con pocas ganas, a esas
horas, de correr, en los que me incluyo.
Con tiempo, me cambio y empiezo a trotar en medio de las
primeras gotas serias de agua. No me desagrada correr con lluvia, pero el
viento va a ser un factor relevante en diversos puntos del recorrido. Sin mucho
más que contar, gestiono los minutos adecuadamente para ir acercándome a la
línea de salida.
Foto Iñigo |
Fallo por parte de la organización al no poner una cinta,
desde la cual se empezase a situar la gente, eso hace que estemos intentando
atrasarnos a duras penas e incluso uno de los que va a dar la salida, comienza
a empujar a los primeros, con el consiguiente efecto cascada que origina y que
solo hace que la gente se pise y tropiece, vamos un premio para el caballero.
Después de este altercado dan la salida, este año, a causa
de las obras se alarga un poco más la vuelta, pero lo peligroso es la curva por
lo pivotes del tranvía, que aun yo, que iba medio adelante, los paso muy
justos. Se lanza la carrera y se empiezan a poner cada uno en su sitio, hoy están
todos los gallos del gallinero, así que por primera vez, la cabeza piensa y me
quedo en un lugar acorde a mis características, no quiero morir en los primeros
kilómetros para llegar arrastrándome.
Foto Aita |
En el primer Km todavía creo que voy algo rápido y me lo
tomo con más calma si cabe, pero a los pocos metros me pasa Zubi e iluso de mi,
intento seguirle un poco el ritmo (bueno un error también se podía cometer).
Por suerte para mí, pienso y sobre el 3 decido despedirme del bueno y me quedo
como El Llanero…... Uno de los momentos duros para mí, empieza en el Km 4, la
lluvia es más acusada y toca atacar la cuesta de Lasarte, el viento también
pone de su parte y comienza a bajar el ritmo y aunque les tengo a la vista al
grupeto que me precede, veo que no puedo dar más sin tensar mi pierna, así que
mentalizarse y hasta arriba toca.
En el giro de derechas para llegar al parque de Armentia consigo
recuperar el aire y la zancada, que al final es lo importante, mientras se
aproxima el barro y charcos típicos de esta zona. Hace tiempo que la carrera se
ha convertido en un entrenamiento exigente, delante no puedo forzar a por
nadie, pero por detrás oigo las zancadas de corredores. Eso hace que me tome
los últimos Kilómetros con algo más de tensión y en cuanto me vienen algo de
fuerzas intento apretar un poco, pero sin esa chispa que hace falta.
La chupa de agua que nos estamos comiendo es considerable e
incluso la minúscula camisetica que llevo parece que pesa un quintal, jeje. Después
de pasar por el Prado, giro a la derecha para hacer el último kilómetro entre
las calles céntricas que dan acceso a la calle dato.
Foto Aita |
En mi cabeza solo esta dar
la última curva y afrontar la calle de meta, momento en el que el compañero que
ha ido detrás mío estos kilómetros, me dice que no me va a disputar la llegada,
yo tampoco tenía muchas ganas de ello, porque tampoco es que fuese una posición
espectacular, pero bueno, al cruzar línea de meta le agradezco el detalle y
empapado me dirijo a por algo de beber, aunque hoy, deshidratado, lo que se
dice deshidratado va a ser que no.
Llegada en los algo más de 10 Kilómetros con un tiempo de 36:37
y 14 posición, ritmo que visto lo visto todavía se puede mejorar y aunque no me
obsesione, me motiva para intentar recuperarme y disfrutar un poco más del
correr como antes.
Como colofón y mojados hasta las cejas, nos vamos agrupando
conocidos para cambiarnos como medianamente se puede en medio de la calle, a
los que bautizo como “los tiraos de la Renfe”. La verdad que, que sería de esto,
sin estos momentos. Y después de la entrega de trofeos un cacharrillo y para
casa a entrar en calor ;).
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