Mañana gélida dominical donde las haya, por la ventana solo
se perciben nubes remolonas que no quieren despertarse todavía para iniciar su
ascensión, aunque con -2ºC que hace, yo también estaría petrificado. El cuerpo
tampoco no es que este muy despierto todavía y entre que meto algo para el
estomago y preparo la mochila, le doy tiempo a espabilar.
Durante el camino hacia Alsasua, la misma tónica, la
carretera apenas tiene visibilidad de 100m, temperatura bajo cero y único
momento despejado al paso por Agurain. Llegamos con bastante tiempo, así
que ir a por el dorsal y entrar en una cafetería para entrar en calor es prioritario.
Me está costando decidir cuándo ir a cambiarme y a falta de media hora comienza
la aventura para estar el menos tiempo parado de corto. En el coche me cambio
por completo y esta vez sí, caliento con sudadera, que ya es algo. Primeros
metros con frio generalizado que va disminuyendo para alojarse en manos y algo
en pies, pero los pies no va a ser problema a la larga y no quiero salir con
guantes porque sé que luego me van a sobrar.
Por las calles, mucha gente conocida de estas aventuras,
todas con el mismo gesto de “calor” pero
con las mismas ganas de siempre (bendita locura). A 10 minutos le doy la
sudadera a mi aita y tras unos breves correteos me voy situando en la salida.
Estoy por la 4ª fila o así, se guarda un minuto de silencio y cuando me quiero
dar cuenta ya estamos cabalgando por el adoquinado del centro del pueblo.
Foto Aita |
Primera curva que nos pasamos unos metros, porque nos avisan
tarde de donde tenemos que dirigirnos, pero que me sitúa en una 2ª plaza
momentánea. Comienza el laberinto de calles, más me vale quedarme un poco con
la copla, porque son nada más y nada menos que 4 vueltas, bien para el
espectador, no tan bueno para el corredor… En pocos metros el 1º se va alejando
y un poco más tarde otros 2 saltan hacia delante, vamos bastante rápidos, así que ese no es mi tren. A esto se le suman
mis problemas técnicos con la cinta del pulsómetro, que se me va cayendo,
menudo comienzo ajetreado.
A mitad de primera vuelta estoy en un grupo de 5 personas y
mi objetivo principal es aguantar y quedarme con el recorrido para intentar
dosificar de la mejor forma posible. Primera vuelta al circuito y el sol
empieza a salir, que no significa que el señor Celsius espabile, pero se agradece, a pesar de quedar cegados en
algunos lugares donde pega de cara.
Foto Ido |
Por lo que comentan por megafonía, estamos
corriendo unos 200 participantes, y el ambiente de animación en cada tramo de
carretera así lo demuestra.Segunda vuelta con la misma tónica, ya se mas o menos en que
zonas puedo “descansar” un poco, aun así voy el ultimo del grupo sin poder
hacer nada más. A mitad de la tercera, empieza a descolgarse un compañero, con
lo que nos quedamos 4 mosqueteros. El frio ya ni lo noto, las bocanadas de aire
cada vez empiezan a ser más entrecortadas y las zancadas en ocasiones se pueden
medir con regla, pero ya hemos pasado el ecuador y solo queda restar.
Foto Rakel |
Ultimo paso por meta, para afrontar los 3 km largos que
quedan. Poco a poco las piernas empiezan a dar síntomas de cansancio y ya no
pueden aguantar las curvas como al principio, con lo que voy quedándome poco a
poco, esta vez le ha tocado a D'Artagnan,
ahora tengo que afrontar los 2000 últimos metros en solitario. Por lo que veo en las curvas de 180º, al siguiente lo tengo lejos y los adelantamientos a algún
doblado hace que me motive para acabar con dignidad la prueba. Ya solo queda
una última recta en pequeño descenso y habré cubierto los 12,4Km del domingo.
Llego al destino con un tiempo de 42:50 minutos en 7ª
posición, a la par que están haciendo las fotos a los 3 vencedores.
Lo que viene a continuación es como de costumbre, lo mejor
de cada competición, charletas y risas entre los participantes, ahora sí que
estoy disfrutando ;). Casi sin perder mucho tiempo me dirijo a por la mochila
para irme a duchar, pero cuál es mi sorpresa al estar metido ya en faena cuando
descubro que el agua hace honor al día que ha habido, esta tan fría que me
duele hasta la cabeza, pero bueno, ya no hay vuelta atrás, quién dijo
miedo…(pero si frio).
Para finalizar y antes de la entrega de trofeos, la
organización ha habilitado un sitio en el que hay un pequeño pero confortable
lunch, en el que nos agrupamos corredores y espectadores para comer y beber
algo. Después viene la entrega de trofeos y sorteo de obsequios, y cuento esto,
porque la inscripción nos ha costado la friolera de cero euros. Aun así
seguiremos viendo abusos que hacen que el deporte siga convirtiéndose en
negocio para unos listos, si no empezamos a apoyar estas iniciativas, por lo
tanto por lo que a mí respecta, chapeau por la gente de C.A. Dantzaleku Sakana y a todos los que han hecho posible esta
carrera.
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