Gooodddd mooorrrnnnnniiiinnnnggggg Vieeettttnnnaaaammmmm!!!!
No sé porque pero se me ha venido a la cabeza. Hoy a 16 días de finiquitar el
año, toca “degustar” la última carrera seria de la temporada. Llega La Media,
evento Gasteiztarra por excelencia, y aunque ya me pillo los dedos con la
distancia, la verdad que me encanta correr y sentir la adrenalina de dar lo
máximo por sus calles y espero que el catarrillo que he tenido durante esta
semana no cause mella. La dopamina mañanera a base de pasta no es que entre muy
bien, pero sé que se agradecerá. Todo en orden a 60 minutos vista, así que toca
coger bici y desplazarse hasta Mendizorrotza, para ir comprobando por los termómetros
de la ciudad, que no hace ni frio ni calor….
A 500m para llegar, mi retina se queda con la primera imagen
impresionante, mucha mucha gente, unos ya cambiados, otros en coches esperando
a pasar, en definitiva, cambio radical en comparación al paso por el mismo
lugar, a la misma hora un día cualquiera, esto empieza a molar. Aparco el vehículo
a la puerta del recinto y me dirijo a cambiarme, la gente está agolpada por las
taquillas haciendo lo mismo, me imagino que no sabrán que hay vestuarios ;). Me
lo tomo tranquilo, haciendo todo con calma y poniendo el modo carrera en la
cabeza, hoy va a hacer más falta que nunca.
Empiezo trotando por las cercanías, dándome cuenta de que
algunas zonas están algo heladas, por lo que la precaución reina en estos primeros
instantes. Encienden la megafonía, todo marcha según lo previsto y a la espera de unos compis me pongo a estirar. Corredores,
espectadores y lo mejor, animadores, van de un lado para otro. Segundas
carreras para ir engrasando las articulaciones y a falta de 10 minutillos la
sudadera para la taquilla y hacia la salida. El arco esta petado, hacerse un
hueco va a ser tarea imposible, con lo que me quedo al lado derecho detrás de
un sinfín de personas. El GPS no me coge ni los satélites de lo apretujados que
estamos, y cuando justo dicen que queda un minuto para que salgamos dan el
pistoletazo, pues sí que ha habido organización…
Foto Adolfo Garrido |
No sé a qué lumbreras se le ha ocurrido, que este año se
salga desde el propio parking, puesto que si ya nos ha costado arrancar, a 50m
vuelve la parada y los empujones para intentar hacer un giro imposible de 90º.
Paso andando a la calle principal y viendo la dificultad de avanzar, a la mínima
oportunidad, me meto detrás de los espectadores para incorporarme al carril
bici. Antes de la rotonda y gracias al apretón, veo que en la carretera de
nuevo hay hueco, así que me uniré al resto. Un par de cruces y desgaste extra
después, encaramos la avenida, me lo tomo con “calma” intentando estabilizar
las pulsaciones y el aliento, a la par que intento responder a las preguntas
que el Garmin me está haciendo, para ver si encuentra los dichosos aparatos satelitales,
jajaja (cuando no es la cinta es el reloj).
Giro de 180º y los
grupos ya se empiezan a estirar, ahora toca ir decidiendo lo que voy a hacer,
me veo con fuerzas, pero claro es solo el 2º kilómetro y es aquí cuando el
reloj revive y me empieza a marcar el ritmo. El ánimo de la gente en el Puente Castilla hace que me decida a arriesgar, salto a por el siguiente, la idea está
tomada, aguantar hasta petar.
Foto Adolfo Garrido |
Giro de izquierdas para volver casi al punto de
inicio y coger la recta interminable de La Zumaquera. Llegamos al cinco, el
primer avituallamiento se acerca y no sé qué hacer, normalmente no cogería
agua, pero claro, no es una de 10, así que estiro la mano, mierda la primera al
suelo, lo intento con una segunda, mismo
resultado, tengo todavía las manos heladas, pero gracias a un compañero que me
cede algo de la suya, puedo mojarme un poco los labios.
Llevamos buen ritmo a pesar de picar hacia arriba y dentro
de poco terminaremos la calle para acceder a Los Herrán, que no sé porque, pero
me gusta correr por ahí. El grupo se mantiene, yo no me despego del corredor
que me precede, estamos llevando unos ritmos elegantes.
Foto Sergio |
Un poco antes de
finalizar la calle, alcanzamos a varios corredores y nos dirigimos hacia Portal
de Villarreal. Continuamos con la misma tónica y damos la vuelta para volver
hacia el centro de Vitoria. Pienso en la subida hacia la Calle Francia y me da
un pequeño bajón, en ese tramo veo como uno de los de adelante se para, se ata
bien la zapatilla y nos vuelve a pasar como si nada, con eso en la cabeza
parece que no me ha costado tanto…
Los rayos del sol golpean mi rostro nada más girar, pero la
estampa es impresionante, nos vamos acercando al Km10, aquí la cosa esta clara,
naranja fijo, así que estiro la garra y cojo mi dopamina particular, aprovecho
la bajada de La Calle La Paz para comerla y ponerme como un cristo, con los
correspondientes metros de después para volver a coger ritmo de respiración,
pero el beneficio gana, ritmo de 3:29 en este primer sector, Alberto se te está
yendo la pinza. Vuelvo a sentir las “piernas ligeras” y gracias a las palmadas
del respetable comienza la cuenta atrás (nunca algo tan simple pudo hacer
tanto). Al paso por El Ciudad De Vitoria un griterío tremendo hace que hasta me
asuste un poco,con el ruido ensordecedor de unos chavales tocando las trompetas, continuo con el compañero de viaje que me he echado y de
momento lo aguanto.
En la calle Manuel Iradier comienzo a notarme algo cansado, las
piernas me dan los primeros avisos, pero el cazar a otro me motiva para
reengancharme y librar esos metrillos que había perdido. Subida brutal (si ya sé
que no es gran cosa pero…) del puente San Cristóbal y pasamos en bajada hasta
La Calle Heraclio Fournier, para enlazar un poco más adelante con el antiguo
recorrido de otros años.
Foto Aita |
Después del ligerísimo ascenso, toca picar hacia abajo
para llegar Mendizabala, me dejo llevar y la recompensa de la naranja está a
escasos metros. Esta vez las piernas no
responden de la misma manera al chute, me empiezan a pesar horrores, pero al
paso por el punto de inicio, se graba la segunda imagen del día, una multitud
agolpada en la curva, todo es como un flash y no diferencio a casi nadie,
tremendo, así que no se puede dar síntomas de desfallecimiento ;). Recta de Nieves Cano, no puedo más, del kilómetro
17 al 18 parece que has pasado horas, en mi mente inserto que solo quedan 3Km ,
ya está casi hecho.
Foto Aita |
Giro de 90º+90º y toca afrontar el Camino de la Universidad,
lugar por el que suelo ir entrenando, pero hoy toca en sentido contrario.
Aquí ya me empiezo a quedar descolgado, me pasan 3 o 4 a la
vez que adelantamos a otro, lo intento, de verdad que lo intento, pero no puedo
ir más rápido, estoy a 5m pero no llego a ellos. Ultimo paso por el Prado,
ánimos increíbles de nuevo, hacen lo imposible por intentar alargar la zancada,
este último tramo es mortal, la recta del Estadio no se acaba nunca, yo creo
que da igual al ritmo que vayas, ahí siempre se pasa mal y encima es el final
de muchas de las carreras.
Foto Rakel |
Por fin llegamos a la curva para picar hacia abajo,
por delante no voy a ir a por él y por detrás están lejos como para quitarme un
puesto, así que queda dar el último giro a derechas y visualizar el arco.
Al ir acercándome veo en el crono por primera vez mi tiempo
de carrera, estoy por debajo de 1:15 y no creo que lo rebase, una marca
bastante codiciada, así que pequeño apretón y que no aparezca la niña bonita.
Cruzo meta, ando, las piernas me explotan, el aire llega a cuenta gotas a pesar de las bocanadas, pero ya está acabado. Tiempo 1:14:48 y 34º puesto.
A pasitos me dirijo al poli, poca gente en los alrededores,
cojo las bolsa del corredor, que por cierto, se podían esmerar un poco mas, ya
se sabe la historia de la crisis, pero los precios de inscripción tampoco son
para que den 3 cosas contadas (señores que estamos hablando, redondeando, de
80.000€). Me dirijo a las camillas, creo que hoy me he ganado unos refriegues
de los buenos. Al acabar, me voy encontrando con gente, el pabellón se ha
llenado y la gente está intercambiando las impresiones. Yo felicito a los
conocidos, todos con cara de felicidad y de objetivos cumplidos por la
finalización, así que solo queda darse una duchica rápida e ir a agradecer,
valga la redundancia, a los animadores sus ánimos.
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