Tenía planeado pasar unos días por la Capital en plan
“relax” pero entre todas las cosillas que quería ver o hacer…porque no mirar a
ver si coincide con alguna carrera por los alrededores. Después de descartar un
tri sprint el sábado, decidí (después de pensarlo mucho) apuntarme a una
carrera popular que había por el centro de Madrid.
Días chulos visitando muchos sitios en buena compañía y
pasándomelo genial a pesar del sofocante calor que pegaba. Los días pre-carrera
no se asemejaban ni por asomo a lo que hay que hacer, pero las prioridades eran
claras, disfrutar y luego corretear un poco el domingo. A pesar de que las
ganas no querían llegar, bien sea porque la cabeza me decía que iba a hacer mucho
calor, que iba a haber mucha cuesta y que tenía que madrugar….pero ahí estaba
yo con los ojos medio cerrados un domingo a las 7 de la mañana comiendo unos
cerealicos para engañar al estómago. Las cosas ya estaban listas desde el día
anterior, así que cojo los bártulos y ayudado de mi sherpa particular nos
dirigimos via metro hasta el centro de Madrid.
No sabíamos exactamente donde estaba la ubicación de la
salida, pero como suele pasar en estos casos, solo hay que seguir la corriente
de corredores fosforitos para llegar al lugar, jeje. Después de pensármelo un
poco y desperezarme decido ponerme de corto, que con este calor hasta se
agradece.
Foto Dy |
Primeros trotecillos y estiramientos varios hacen que me vayan
entrando las ganas de que empiece el show. Cada vez se acerca más y más gente,
la verdad que va a haber un buen puñado de corredores. Poco a poco me dirijo
hacia la salida, van dando algunas indicaciones de cómo se va a hacer, me
despido del sherpa y me coloco en segunda fila para no tener problemas en la
salida.
Foto Dy |
Con pocas florituras da comienzo la prueba, salen como
perros de presa y yo aprovechando la bajada pues me uno a ellos. Iluso de mí,
el primer kilómetro me indica que se me está yendo la pinza, pero como todavía
no se divisa ninguna cuesta pues a lo mío. Con una facilidad pasmosa veo que se
marcha un corredor, un segundo le intenta seguir, pero se queda unos metros más
atrás y luego formamos un grupo unos cinco corredores a varios metros del
segundo. Por suerte hay mucha zona de sombra y el desgaste por el calor es
menor.
En el tercer kilómetro, me acuerdo del perfil que había
visto, si, han llegado y están aquí para quedarse, la primera cuesta me da en
todo el morro y antes de morir por cualquier lugar de la capital decido bajar
un pelín el ritmo y dejar que se vaya el grupo. A partir de aquí viajo en
solitario entre los toboganes, aunque noto que algún corredor me está dando
alcance no cambio de estrategia y decido ir tipi-tapa. En las bajadas me pasa,
pero en las subidas empezamos a ver algún descolgado de los de adelante y eso
me motiva para no bajar mucho el pistón. Llega el ecuador de la carrera, para
todo aquel que ha corrido alguna vez, sabe que este es un punto muy bueno
psicológicamente y eso añadido a que estamos recorriendo el mismísimo centro da
un poco de valor añadido al esfuerzo realizado. Después de pasar por el “Kilómetro
cero” de la Puerta Del Sol, me suena que las grandes cuestas se han acabado, el
calor aprieta bastante más que hace un rato y las sombras escasean.
Foto Dy |
Entro en el último kilómetro, escucho a mi acompañante que
me anima (pues porque oí mi nombre que si no…). Ahora ya estoy más o menos
ubicado, se dónde está la meta, pero también recuerdo que hay una cuestarraca
para llegar a ella, la madre…. Giramos a la derecha al pasar el Museo Reina Sofía
y allí estoy yo delante del repechón, pues a subir se ha dicho. Veo que voy
recortando la distancia con mi predecesor y aprovecho lo último que tengo para
rebasarle en la rotonda. Todavía quedan unos 200m en los que me dejo llevar,
veo los arcos de meta y paro el reloj.
Me sorprendo del tiempo 34:41 para unos 10 Km con tanto
desnivel (para lo que estoy acostumbrado) y con calor, la 8ª plaza sufrida pero
con recompensa. Intento trotar un poco y estirar, pero me parece a mí que el
dolor de piernas lo voy a tener para unos días.
La organización ha estado muy
bien y me quedo con las voluntarias que había a la hora de finalizar, que
estaban sacando una sonrisa a todo el que pasaba por allí, que cachondas, jajaja.
Buen punto y final para unos días de “descanso” por esta céntrica zona.
Como nota anecdótica decir que el lunes, ya en Vitoria, me
entero que he quedado 3º de categoría senior (y parece ser que había “premio”).
Por aquí no suele ser así, pero en esta carrera los premios no se acumulan y como
el que ha ganado es de mi misma categoría, pues pasaba yo a ser 3º (en las
clasificaciones que salieron al acabar la carrera yo salía como cuarto, que es
lo que me consideraba).
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