martes, 1 de abril de 2025

XXXI Duatlón Oñati 2025

De vuelta al ruedo duatletico me toca escapar este sábado lluvioso hacia Oñati, sitio que a pesar de haberlo conocido tardiamente (nunca me agradaban los duatlones porque son épocas de mucho frio) me encantó en cuanto lo saboree en 2019, por la organización, el ambiente que se respiraba nada más acercarse a la plaza y la distancia, que es de mis preferidas.

La mañana del sábado comienza con el planning nutricional completo que me va a preparar la buena de la casa (yo que era de llevar mandarinas, ahora resulta que hay que tomas geles, jaja). Después se torció, cuando esa misma persona se tiene que dirigir hacia urgencias, así que nos quedamos el pollo pequeño y yo para acabar de organizar e ir a recoger a la abuela y a Iñigo que se vienen con nosotros hacia allí.

Llegada con antelación, todo el trayecto con la lluvia y el único deseo de los participantes es que no se repita lo de hace 2 años, con granizada incluida. Aparcamos fácilmente y nos dirigimos, con las que esperemos que sean las ultimas gotas (deseo muy fuerte) a por los dorsales. Este año han cambiado la zona de boxes y está más repartido todo. Al volver a la plaza me encuentro un escenario bastante diferente al de otras ocasiones y es que los, alrededor de 100 participantes que vamos a tomar salida, no es nada comparable con la de anteriores ocasiones, pero bueno es lo que hay.

Todo está casi en marcha, empiezo a poner las pegatinas correspondientes y después meto la bici en boxes, siempre con la mosca de haberme dejado algo sin hacer bien. A falta de 20 minutos me empiezo ya a preparar y de momento, con la esperanza que no llueva, me pongo los manguitos. Mientras estaba trotando, veo la necesidad de salir con camiseta interior, sobre todo para el sector ciclista y gracias a que en la consigna me prestan de nuevo la mochila me puedo cambiar mientras empieza la carrera femenina.

Últimas carreras, le dejo la sudadera a mi madre y me voy acercando a la salida, pocos problemas para llegar a la posición de delante y me coloco a la izquierda de la línea. La cuenta regresiva pone la guinda y salimos a ver que nos depara el evento. La idea es clara, aprovechar la carrera, que es en lo único que puedo destacar un poco y sufrir en la bici.

Por delante Joanes, Arrasate e Iker, no se me ha perdido nada con ellos y me quedo en la subida del primer km en el segundo grupo. Rodrigo coge la batuta y yo me mantengo con él al pillarle en la bajada, después de transitar la larga recta hasta el giro de 180º, veo como está la situación, se está estirando el grupo, pero estamos bastante juntos todavía. Le doy un relevo e intento mantener el ritmo para rascar algún segundo más.

Foto Aitor Arotzena

El recorrido no tiene muchos desniveles salvo en el primer y casi último kilómetro por lo que se puede correr bastante a gusto. Antes del paso por la primera vuelta Ugaitz se pone a liderar y nos vamos alejando los dos de los demás. Ahí estoy yo con un Junior intentando aguantarle el ritmo, madre mía que sufrimiento. En ocasiones intento darle algún relevo para que pueda descansar, pero no puedo rebasarle y no baja el pistón por lo que me quedo detrás de él lo que resta de sector. Al grupo de atrás, que se ha reunificado, le hemos sacado algo más de ventaja, pero por lo que sé, no tardaran en darnos caza.

Foto Ama

Llegamos a la transición, bastante rápida para las pocas veces que las hago y salimos prácticamente los dos igual, me subo a la bici, increíblemente tengo cero problemas para meterme las zapatillas y comienza la andadura con una pequeña cuesta hasta alcanzar la carretera. Miro para comprobar que Ugaitz sigue conmigo, me dice que el en bici mal, pues ya somos 2 y le comento que tranki, que en breve nos pillarán. Y así es, yo creo que en los 5 primeros kilómetros ya somos absorbidos por el pelotón, lo que cuesta sacar renta a pie y lo fácil que te pillan jajaja. A partir de aquí todo es velocidad pura, a pesar de ir en grupo hay momentos que se pega tal tirón que casi me quedo descolgado. El corazón se me pone a tope solo con aguantar, estoy yo para tirar... Rotonda de vuelta, apretón increíble el que tengo que dar para no perder el tren y me falta el aliento. En mi cabeza se empieza a presentar la primera de las subidas, es corta, pero dura como ella sola. Giramos hacia la derecha, salta San Vicente y algunos detrás, yo viendo que la carretera no está para muchas filigranas, voy lo más precavido posible hasta que empieza el repechón.

Foto Naikefotosport

Ahí lo esperado, la mayoría me empieza a dejar atrás, yo echo en falta piñones mas grandes y luchando para llegar arriba. Por suerte no me he quedado el último y consigo mantener un grupo menor para llegar hasta la subida a Arantzazu. Allí comienza una nueva odisea, las cuestas interminables y las piernas para el arrastre. Cada vez que pasamos una curva espero con ansias ver la zona de avituallamiento que me diga que ya se ha acabado la penuria, pero esta subida se me hace eterna mientras veo con impotencia como me van rebasando, que después de tantos años ya lo tengo asumido, por lo que el disgusto es menos jijiji.

Por fin consigo agarrar el botellín de agua que me indica que tomamos el camino de vuelta en, esta vez sí, una trepidante bajada hasta llegar al pueblo. Nos queda recorrer de nuevo la primera parte del circuito, consigo dar caza a un par de corredores de delante y con el trascurso de los kilómetros se nos juntan algunos más. 

Foto Aitor Arotzena

Para finalizar mi odisea personal solo queda rematar con la pequeña subida de nuevo. Esta vez la encaro con mas calma, meto todo lo que tengo de nuevo y esta vez sí, me quedo el último del grupo. Bajada tranquila en solitario y pensando en cómo responderán las piernas para este final de carrera.

Foto Ama

Buena transición de nuevo, salgo a dar todo lo que me queda, es hora de “vengarme” en mi sector. El primer kilometro parece que no avanzo y solo puedo rebasar a un compañero del grupo en el que íbamos. Por delante me fijo un objetivo a lo lejos, que en el primer sector corría como un demonio, su color de mono rojo lo hace distinguible pero no soy capaz de reducirle casi nada. Lo bueno de esta distancia de duatlón es que te da margen para intentar recuperar algo y eso me da tranquilidad.

Foto Aitor Arotzena

En la larga recta veo algunos corredores y se me enciende de nuevo el chip para apretar un poco más. Giro de 180 y pequeña subida, paso a algunos, se me empiezan a acabar los objetivos, de lejos veo a Bizkarra y empieza un nuevo juego. Es el único corredor al que podría dar caza, pero los kilómetros se me van acabando y todavía le llevo a bastante distancia. La cuesta antes del último kilómetro hace mella en las piernas de Gorka resentidas de Zuia la semana pasada y consigo rebasarle en el giro. Ya solo me queda disfrutar, cuesta abajo, para llegar a meta. Me rio con los comentarios de Unzu antes acceder a la plaza y disfruto de las últimas curvas.

Foto Naikefotosport

Cruzo el arco en 9ª posición con un tiempo de 1:59:35 con un buen sabor de boca y cansado como un perrete. Al poco llega Gorkita, nos felicitamos por la carrera realizada y a degustar un poco del avituallamiento rico que hay por aquí. Después de mucho tiempo me encuentro con Beñat, un referente de este deporte que hacia mucho que no veía y me alegro un montón de poder charlar con él y deseando volver a verle en alguna batalla.

Luego ducha, recoger la bici e ir con el resto de la familia para esperar a la entrega de trofeos donde recibo una buena cesta de fruta y lo que mas me gusta, una rana de peluche que me encanta, diré que es para el hijo, pero reconozco que es muy chula hasta para mí. Gracias a toda la gente que ha organizado esta maravillosa carrera, porque a pesar de pasarlo rematadamente mal en el sector de bicicleta me parece que es uno de los bonitos duatlones que tiene el país vasco y se nota el cariño y la dedicación que emplean en montar todo este tinglado.



miércoles, 26 de marzo de 2025

XLII Carrera de San José Villasana de Mena 2025

Seguimos con el proceso de mejora y esta vez descubría un sitio nuevo, su nombre Villasana de Mena y aunque en el camino de ida hacia allí, los telerines no confiaban en demasía donde podíamos aparecer, la cosa fue cambiando a medida que pasaban los minutos.

Llegamos, vimos unos arcos en el centro del pueblo y busco aparcamiento, las 10 de la mañana y no se veía mucho movimiento (que raro). Buscando la entrega de dorsales nos dirigimos al polideportivo, ahí ya empieza a cambiar el tema. Los críos empezarán a correr a las 10:30 y recojo el dorsal de Aihotz y el mío, hay un ambiente increíble y me doy cuenta que esto es el epicentro de salida. Una cantidad de chavales ya están calentando por el campo de futbol y mientras tanto me topo con el capo Oskar e intercambiamos la camiseta del equipo (que esta vez me queda perfecta, jiji).

Por un momento parece un poco agobiante porque hay mucha chavalería y hay salidas cada poco, Aihotz corre en la segunda y se ha “colado” con un grupo que estaban haciendo calentamiento. Se le va acercando el momento y se coloca en línea de salida, la verdad que son una pasada, que felicidad e ingenuidad a partes iguales. Dan el pistoletazo, se queda medio rezagado, pero bueno, lo importante como le he dicho, es que haga la vuelta y termine contento.

Foto Rakel

Le voy siguiendo con la mirada mientras voy a línea de meta, llega cansado, pero con una sonrisa en la cara y eso quieras que no es lo que cuenta y orgulloso de que de momento le gusten estas cosas, comentamos la jugada mientras investiga la bolsa del corredor que le han dado en meta.

Ahora toca hacer tiempo mientras continúan las siguientes carreras y nos aproximamos al bar para que los acompañantes puedan también reposar del ajetreo. Yo siempre en estos momentos tengo mucha pereza y más con la comilona que nos metimos ayer los amigos, así que espero que se me vaya disolviendo esa sensación con el paso de los minutos. De momento me voy cambiando, con 20 minutos por delante me pongo a trotar por los alrededores, le dejo la sudadera a Diana que le está tocando hacer de supporter estos días, a ver si se recupera y vuelve a dar guerra. Mientras voy calentando veo un poco del recorrido y antes de irme a la salida me acerco a Gontzal para que me pueda dar alguna indicación, puesto que él ya había corrido en alguna ocasión.

Con todo esto me coloco en segunda fila esperando que acaben las presentaciones de los buenos y poder afrontar este circuito a priori exigente. Salida después del pistoletazo y me quedo un poco estancado sin poder avanzar por ningún lado, así que espero que aparezca algún hueco para ir recuperando posiciones. De momento se van Celada y Daniel a las primeras de cambio y me quedo a la expectativa detrás de Jairo y Gontzal, que sabiendo cómo va el compañero de equipo, ya demasiado estoy haciendo con aguantar.

Foto Rakel

La cosa se tensa y me cuesta coger aliento, pero no puedo perder el tren tan pronto. Jairo se aburre del ritmo y pega un cambio al que le sigue Gontzal, yo viendo el panorama decido quedarme con mi ritmo y nos quedamos 4 compañeros en este tercer grupeto. Después de dar una pequeña vuelta nos vamos alejando del pueblo con una ligera subida por el kilometro 2.  Ahora es Andrés quien coge la batuta y nos va llevando en la interminable recta que por lo menos pica un poco hacia abajo.

Foto tufotocorriendo

Por delante parece que hay movimiento y veo al compañero de equipo que se empieza a quedar, muy inteligentemente se deja caer a nuestro grupo sabiendo que el ritmo es mas llevadero, en vez de quedarse en solitario peleando con el ligero viento que hay. Yo me agazapo como puedo y le mantengo la distancia hasta llegar a mitad de carrera donde giramos para retornar hacia el punto de partida. Es aquí cuando le relevo para que pueda descansar un poco porque me sentía un poco mal no ayudándole. En el kilometro 6 pequeña subida y nos adentramos en la zona de pista, el barro y las piedras dificultan el camino y me tengo que andar con ojo, sigo primero del grupo y aunque parece que voy sobrado y me crea Kilian, en la bajada cambia el ritmo Gontzal, me pasa y se lleva con él a Carrascal y Andrés, alejándose de mí sin poder ir más rápido para reducir la distancia.

Después del Kilometro por la tierra, llegamos al asfalto, y como viene siendo la tónica estas carreras, al llegar al siete se me empieza a acabar la gasolina. Les tengo cerca, pero soy incapaz de contactar con ellos y solo sucede eso cuando bajan drásticamente la velocidad y me uno al grupo de nuevo.

Foto tufotocorriendo

 Están jugando sus bazas y yo llevo haciendo la goma en varias ocasiones así que en cuanto pegan otro cambio de ritmo me quedo definitivamente en tierra de nadie.

La llegada al último kilómetro y el ánimo de la gente que empieza a aparecer por los alrededores del pueblo hace que, aunque no tenga opciones de alcanzar a nadie, por lo menos me motive para acabar de la manera mas digna posible. Después de la rotonda y el giro de izquierdas veo por delante que Juan se queda un poco rezagado, pero ya me va a ser imposible darle caza. Toda la recta esta plagada de gente, es espectacular lo que se ha congregado y me da tiempo a mirar un poco hacia atrás para poder defender mi puesto.

Foto Rakel

El arco de meta se deja ver entre la multitud y lo rebaso con el convencimiento de haber dejado todo lo que tenía en la carrera. Parada del cronometro en 32:59 y un buen séptimo puesto. Después lo de siempre hablar, saludar, felicitar a los demás participantes y con el avituallamiento en la mano me dirijo a buscar a los acompañantes. 

Suelto un poco las piernas de vuelta a la plaza y allí esperamos a la entrega de premios, porque parece que por viejo me cae algo (buen surtido de morcillas) y por equipos también, así que guay. Después del ajetreo, los telerines nos dirigimos a nuestro picnic habitual para reponer las fuerzas de todos los componentes antes de retomar camino de vuelta a casa.

Aunque lleve muchísimas ediciones tengo que reconocer que para un primerizo como yo ha sido una grata sorpresa toparme con este tipo de carreras muy muy bien organizadas y con el cariño hacia los corredores por bandera, desde los mas pequeños hasta los mayores, insto a cualquiera que quiera pasar un buen día deportivo que se acerque hasta Villasana.

martes, 11 de marzo de 2025

10Km Bilbao Campeonato España 2025

Después de mucho tiempo retomamos las competiciones, con la calma, pero con ganas. Este año después de muchos tantos, estoy federado en atletismo, sin comenzar ni demostrar nada, sé que no voy a poder devolver todo lo que me están dando, pero aun así y de antemano, gracias club Atletismo Santurtzi. Y acabados los agradecimientos que tanto se merecen continuamos con la chapa.

Se celebra el campeonato de España de 10km en Bilbao y me pueden inscribir a la categoría master acreditando marca. Según se va acercando el día veo la cantidad de gente que vamos a tomar parte y me empieza a entrar la pereza (no me gustan estas carreras masificadas) pero bueno, está al lado de casa. Para empezar, está la recogida del dorsal, solo se pude coger hasta dos horas antes del comienzo y yo no voy a llegar tan pronto allí, pero gracias al capo del club Oskar, me lo recoge el día anterior.

Segundo punto era el aparcar allí, cosa que me lo soluciona el compañero de equipo Aritz haciéndome un favorazo increíble, así que de momento la cosa esta encarrilada. Llegamos la familia en la flagoneta y gracias a que ha mejorado bastante el día nos vamos dando un paseo hasta la línea de salida a ver que se cuece. Allí recojo el dorsal del pequeño de la casa y espero a Oskar para que me entregue la equipación. Surgen unos problemas de tallaje, pero por suerte, con el mono que me entrega puedo ir algo cómodo, así que toca salir como en los tris.

Foto Rakel

Ahora ya solo falta esperar a la salida mientras los demás integrantes de la aventura se relajan con su cafelito habitual. Como tengo que hacer una cámara de llamadas, otra cosa nueva para mí, salgo a calentar un poco antes con el dni en la mano, me fastidia no poder ver la “carrera” de Aihotz y me voy a falta de 20 minutos al tumulto que se ha formado. No me piden dni ni nada y parecemos ganado arremolinado en una cuadra al lado de mi compañero equipo Gontzal. No hay un orden ni unos cajones por tiempos ni nada, un montón de personas delante, gente que va a correr a 3 por detrás de gente que va a correr a 4, esto me parece que va a ser un caos absoluto, pero bueno.

Foto Dy

Levantan la cinta unos minutos antes, todos como borregos hacia delante, estoy todavía más atrás que antes, calculo que tendré entre 500 y 1000 personas delante, en fin. No veo ni el inicio y solo espero al pistoletazo de salida para que empiece y poder salir del atolladero. Primeros metros andando, las ganas de echar a correr pueden sobre todos nosotros y hay empujones, caídas y eso sin poder correr, es una auténtica locura, solo intento no ser yo el que se va al suelo como estoy viendo a varios muy cerca de mí, la verdad que un poco de miedo también he pasado, porque como te caigas te pasan por encima.

Acelerones, frenazos, cambios de dirección intentando encontrar un hueco para correr, pero imposible, el agobio y la angustia priman en el comienzo y me dan ganas de pararme y salir de aquí. Mira que he estado en carreras a lo largo de los años, pero me atrevería a decir, que esta ha sido de las peores a la hora de tomar la salida (y por lo que me dijeron luego, a la hora de meta). Veo a gente de la carrera popular muy por delante mío, esto no tiene explicación, pero solo me queda esperar que se vaya estirando la carrera e intentar correr. Llega el primer km, hay algo más de hueco, ahora que puedo empezar un poco es cuando estoy gastando una energía enorme para intentar pillar a gente que debería estar con ellos, son dos kms de acelerón, que veremos la mella que nos hace más tarde.

Foto Rakel

En el tercer km se puede decir que me “relajo” un poco e intento coger ya un ritmo constante, pero llega el puente de Deusto y me trastoca los planes. En la subida mantengo la distancia con la gente y al llegar arriba recupero poco a poco el aliento que tanto me falta. He pasado a Juan hace un rato y espero que podamos ir juntos hacia delante, ahora llega el momento de aguantar en un grupo.

Mitad de carrera, en un giro de 180 grados veo toda la gente que me precede, está claro que es un campeonato de España por lo que tampoco me importa en exceso, me empieza a entrar flato y dolor en un costado que hace que reduzca un poco mientras soy sobrepasado por el bueno de Apraiz. Intento pegarme a él, pero le aguanto muy pocos metros y el cuerpo se empieza a quejar, por lo que a medida que van pasando los metros me veo rebasado de vez en cuando. 

Foto Aritz

Llega el séptimo kilometro y a pesar de ser un terreno algo favorable me empiezo a encontrar bastante cansado, el gasto del comienzo lo empiezo a pagar, las piernas cargadas comienzan a dar una señal de alerta y el tibial derecho también reclama mi atención. Asi van pasando los minutos, echo en falta algún avituallamiento, la verdad que está haciendo bastante calor, pero entiendo que a estas alturas ya no lo voy a encontrar, otro punto negativo de organización.

Me pasa más gente de la que yo rebaso, pero por lo menos a falta de 1 km voy reconociendo el terreno por el que estoy transitando, cosa que durante todo este tiempo apenas he podido disfrutar y mira que el recorrido es bastante chulo. Rebasamos el puente y giramos a la derecha para entrar en la recta de meta, aquí es donde la gente se deja lo que tiene para arañar una posición, yo no quiero arañar, pero por lo menos intentaré mantener la que tengo, cosa que tampoco consigo, jajaja.

Al final, cruzo la línea de meta completamente destrozado en el puesto 153 (de los participantes del campeonato) con un tiempo de 33:12. Recupero un buen rato el aire y voy pasando por el avituallamiento que parece la cola del supermercado, hasta llegar fuera donde me reencuentro con parte de la expedición. También me junto con los compañeros del equipo y comentamos la jugada, casi todos coincidiendo en lo mismo.


Llegan los demás integrantes y después de estar un rato por los alrededores nos ponemos a improvisar nuestro picnic habitual, aparecen las tortillas, el embutido y demás menesteres que la jefa de los telerines ha preparado con su habitual cariño. Este año y los siguientes vamos a echar de menos al gran artífice, ese que cuando empecé con los duatlones era el único que me acompañaba para apoyarme en mis locuras, pero como bien sabemos todos, siempre estarás con nosotros. Y para finalizar y aprovechando el tiempo que nos está haciendo damos una vuelta por el centro antes de tomar camino hacia la capital Alavesa.



jueves, 2 de enero de 2025

60ª San Silvestre Vallecana 2024

Ultimo cartucho deportivo del año, por suerte se ha podido cuadrar para poder hacer de nuevo la Vallecana y allí que nos dirigimos. Antes de eso aprovechamos para coger una semana de vacaciones para desconectar, a priori la cosa pinta bien para poder ir a correr en condiciones, pero la cosa se tuerce a falta de 5 días para el evento. Por desgracia un puñetero virus me deja un poco echo mierda y pienso que no voy a poder realizarla, fastidiando un poco los días vacacionales.

Por suerte los dolores y molestias van remitiendo con el paso de los días y veo algo de luz para poder por lo menos tomar parte en la carrera. Llegamos a Madrid un par de días antes y evitamos tener que volver a urgencias. El día 30 hacemos la procesión anual para ir a recoger los dorsales en la feria del corredor acompañados de la familia y solo queda esperar un día para vivir de nuevo la fiesta de este gran evento.

Los primeros que salen de casa para ir a la carrera popular son los abuelos (que ellos también corren) con la gestión del pequeño de por medio, que sin ellos serían imposibles estos periplos deportivos. Horas más tarde, con la mochila preparada (pena de que se me haya olvidado la camiseta de KmsxEla) y ya sabiendo los resultados de los primeros participantes, salimos Diana y yo hacia el metro y empezamos la aventura. Llegamos con bastante antelación, están recogiendo todo el tinglado de la popular y nos vamos acercando a la salida. Hace un frio espantoso y nos dedicamos a vagar por los alrededores esperando la hora de ponerse de corto, pero la pereza es máxima.

Para no tener problemas con el ropero, a falta de 40 minutos empezamos a quitarnos los atuendos, estoy congelado por lo que me pongo de corto y rápidamente la bolsa de basura que este año hemos traído a conciencia (que diría de mí el chaval que hace 20 años miraba con escepticismo a aquellos que hacían lo mismo). A pesar de quedar bastante tiempo empezamos a trotar para intentar entrar en calor como todos los demás corredores que estamos por aquí en la recta de siempre.

Calle arriba, calle abajo, parada para estirar, meadilla y vuelta al circuito, esperando que el estómago no me dé problemas, a falta de 15 minutos, me despojo de la bolsa y decido acercarme a la salida.  Por suerte al poder acreditar tiempo tengo la opción de salir relativamente delante, donde en un rato se pondrán los buenos de la carrera, pero buenos buenos. Entre la gente ya no se nota el frio, ya se acercan los elite y tengo el placer de poder saludar a Unai que este año se ha dejado caer por aquí, hará una buena actuación sin lugar a dudas.

Últimos segundos y dan el pistoletazo de salida, una marabunta de personas salimos cuesta arriba, la ancha calle hace que no haya muchos problemas y me intento colocar en una buena posición. Este año no tengo ninguna referencia y dado mi estado, tampoco voy a gastar muchas balas desde el comienzo. Subo relativamente bien y giramos a derecha para comenzar a bajar. Paso a algunos otros tantos me pasan, se nota que el nivel aquí es otro mundo e incluso a estos ya elevados ritmos para mí, la cantidad de gente que vamos es espectacular.

Los ánimos son impresionantes desde los primeros metros, el dolor de pecho me duele menos, pero a pesar de estar en bajada noto como me cuesta tomar aire y no estoy tan cómodo como en anteriores ocasiones, por lo que me relajo un poco intentando encontrar un ritmo más acorde. Después de pasar el rápido segundo kilometro llega el pequeño repecho que nos pone las piernas duras y al girar un poco la cabeza veo a Chema Martínez en el grupo en el que voy, se nota porque le animan por todos los lados.

Continuamos en bajada, en ocasiones me coloco en cabeza de grupo, pero más que nada por mantener el ritmo sin ninguna pretensión. Las luces de navidad en la noche hacen que esta carrera sea mucho más bonita, aunque si te soy sincero creo que disfruto bastante menos de lo que podría debido a la agonía que se lleva a estas velocidades. Antes del 4 me sorprendo con el compañero que va con Chema, puesto que va como si nada, haciendo videollamada y grabando con el móvil, me parece sorprendente viendo lo apurado que voy yo y lo fresco que va el, pero ahí está la calidad de cada uno.

Pasamos el ecuador de la carrera por debajo de los 16 minutos, las piernas las empiezo a notar sin energía, pero espero poder exprimirlas un poco más. Los compañeros deciden pegar un pequeño cambio, me es imposible seguirles, la verdad que la capacidad de sufrimiento de hoy no está siendo muy buena y estoy tirando un poco más a lo defensivo para poder llegar. Llegamos al kilómetro 7, me pasan las féminas, tampoco me puedo agarrar a ellas y menos sabiendo que en breve van a llegar los dos últimos kilómetros de cuesta.

Entramos por Vallecas, la gente se agolpa y los ánimos son tremendos, pero la pendiente también me ha recibido con los brazos abiertos. La disminución de ritmo es la esperada y me centro en mantener la zancada y olvidarme de la gente que me va rebasando. Las zapatillas se vuelven de plomo y me cuesta levantar los pies del suelo. Oigo el cohete que indica la llegada del primer corredor antes de llegar a mi último km y poder recuperar el aliento en la única zona llana de este final de carrera.

Hay que hacer el último esfuerzo, el intento de apretón hace que pueda pasar a algún corredor, estoy llegando a la zona donde suele estar Pablo “el del megáfono” y me quedo mirando a ver si le veo. Por suerte y a pesar de no llevar la camiseta del Ela nos conseguimos ver y le choco para afrontar los últimos metros. Estamos bordeando el estadio, solo me queda el repecho y ya no me quedan ni fuerzas, pero consigo llegar al acceso para adentrarme en la tan ansiada alfombra naranja.

El fogonazo de las luces hace que me ciegue en los primeros metros, este año, al contrario que en otras ocasiones no soy capaz de sacar una miserable brizna de energía para llegar a meta con fuerzas y me resigno a mantener la velocidad mientras rebaso los dos cornes del campo de futbol. Alzo la vista y por fin puedo ver el tan ansiado arco de meta, la grada llena de gente y mi sufrimiento a punto de acabar.

Foto Kiko

Cruzo la meta con un tiempo de 32:26 en la posición 125 y me tengo que parar un poco para recuperar. Hay una barbaridad de corredores con estos tiempos, se nota el nivel del evento y sigue entrando mas y mas gente mientras yo busco al vástago y descanso apoyado en la valla esperando la llegada de Diana. Cuando hace su entrada, nos vamos poco a poco hacia la salida para recoger la ropa. Nos reencontramos de nuevo con Pablo que lleva desde las 16 animando por los alrededores. La mochila se hace de rogar porque se ha generado un gran caos, pero conseguimos salir del atolladero, cambiarnos y retomar el camino a casa para despedir el año.