martes, 7 de mayo de 2013

VII Triatlon Bermeo 2013


Y se apaga el semáforo rojo lo que da la salida a una nueva temporada de triatlón. Bermeo es el inicio de tan deseada droga. Como me pasa casi todos los años al inicio, tengo que repasar mentalmente todo lo que tengo que meter en la bolsa, porque siempre pienso que se me va a olvidar algo. La meteorología nos indica que va a haber cielos despejados con viento, y temperatura de unos 17º grados, perfecto (salvo el viento).
Llegamos la familia telerín, con una hora y media de antelación, el pueblo esta petao, me acuerdo yo hace 2 años que aparqué al lado de la salida con apenas 200 inscritos, y hoy más de 400 en línea de salida, y dejando el coche casi en el pueblo de al lado. 

Foto Aita
Viendo como está la cosa, decido meter la bici bastante más pronto de lo habitual, lo cual es un acierto con la masificación que se está reuniendo y compruebo el poco espacio que hay para cada uno, mismo espacio para más gente, mal asunto… Nuevos compañeros del equipo a los lados del box (que por cierto, este año se han puesto a lo pro, teniendo que dejar las cosas en una cestita, jeje) que he ido conociendo más adelante. El sol está pegando y no me decido a ponerme entero el neopreno, aprovecho la salida femenina para tal menester. Por fin una salida digna en este triatlón, porque en años precedentes habían sido un auténtico caos.
En estas que toca la hora de meterse al agua, unos 12º o por ahí, los primeros que se quejan son los pies, y al pegar las primeras brazadas la cara se me queda congelada, por suerte, a base de nadar un poco se va pasando la sensación. Me coloco en segunda fila sobre la mitad del gran grupo y escucho el primer comentario digno de reseñar. Uno que hay en primerísima fila diciendo “que los que vayan a nadar rápido pasen para adelante, buff menudas ostias me van a dar”. Pues gilipollas, como se va a poner si estas tú, en fin…
Después de los típicos échense para atrás y vocerío, se da la salida. Salgo unos 50 metros sin poder meter la cabeza al agua de la gente que ahí, se forma un embudo increíble, y soy incapaz de avanzar, mala elección del sitio. Ya desde el inicio veo que voy a tener una natación complicada, primer golpe en las gafas, por suerte no me entra mucha agua y puedo continuar.


 Me duelen los brazos, no nado a gusto y me agobio mogollón. Entre este calvario llegamos a la primera boya, para que decir más, nuevo embudo, unos que no giran y siguen recto, otros que se cruzan demasiado y yo mismo que no se ni para dónde tirar, de nuevo me pasa el séptimo de caballería por donde quieren. Segunda boya, giro a la izquierda y a rezar para que llegue cuanto antes el final de esta desastrosa natación.
Por fin me dirijo a la rampa de salida, sin fuerzas me pongo de pies, no sé si quitarme las gafas, el neopreno o tirarme al suelo para besarlo, descarto esta última opción por no quedar bonito, jeje. Me quito las gafas y me intento bajar el neopreno, lo cual me resulta imposible, voy andando y después de muchos intentos consigo bajarme la cremallera, pero el dichoso velcro no se despega y no me lo puedo bajar. Pelín antes de entrar a los boxes consigo mi propósito, estoy mareado e intento coger aire mientras busco mi bici.
La transición me la tomo con mucha calma, saco el neo, lo tiro a la cesta e incluso me dejo preparadas las zapas de correr encima de este, para que no se mojen. Poco a poco se me va pasando la tontería y después de centrarme en el siguiente paso (la inactividad en competición te hace olvidar las transiciones) salgo con la bici hacia el segundo sector. A la hora de cruzar la línea que permite la subida a ésta, decido no dar el salto y me monto a la bici con precaución, para no ver el suelo, entre tanto, oigo a mi hermana que me anima, así que adelante con las 2 ruedas.

Foto Rakel
 Le tengo un poco de miedo al comienzo, son rampas durillas de subida y en otras ocasiones he sufrido mucho esos primeros metros. El primer repecho, lo hago incluso rebasando a algunos corredores, las piernas aunque se quejan parece que están aguantando el tirón, el viento a favor ayuda también a ello, me engancho a algún corredor que me pasa, es importante no perder el grupo, en este tipo de circuito es vital. Los toboganes de subida y bajada son continuos, y como es habitual el poco entendimiento de los componentes del grupo formado hace que se generen parones y tirones. Los pocos relevos que se están dando los estamos haciendo otro chico y yo, echo una mirada para atrás para ver cuantos estamos y decido tomarme las cosas con más calma, porque lo más normal es no poder escaparte ni que te desenganchen. Mi cuentakilómetros parece que se ha tomado el día de fiesta, no me marca nada, por suerte conozco más o menos como va a ser el recorrido. A la llegada a la rotonda de vuelta se ven los grupos que se han ido formando por delante, y al rebasarla veo los que hay por detrás, con un poco de suerte llegamos la grupeta completa. En un par de ocasiones veo que alguno tira intentando escapar, y salto con él para probar suerte, pero imposible, así que a rodar con el pelotón (que en ocasiones está siendo peligroso) hasta llegar a Bermeo, porque creo que en carrera les puedo dejar.


Foto Rakel
Llegada a la T2, me intento colocar un poco adelante, porque la entrada entre los adoquines del pueblo es estrecha y peligrosa. Aun yendo bastante bien colocado y ya solo con un pie en el pedal, el que está delante se cruza justo a la hora de bajarse, con lo que paro haciendo un invertido al más puro estilo motero, por lo menos no me he caído, no tiene la misma suerte una de las botas, que se ha suicidado al salirse del pedal.
En el pasillo de acceso me cuelo entre un par de triatletas, así que 2 menos, dejo la bici me calzo las zapatillas y a dar lo que quede. 

Foto Aita
 Me encuentro cómodo, del grupo que hemos entrado hay un chico que sale con gran ritmo, parece buena rueda, intento mantenerme cerca de él. Vamos adelantando a gente, pero se me está escapando poco a poco, no me preocupa, llevo buen ritmo. Vuelta de 180º, cinta amarilla al cuello y de nuevo hacia el puerto para completar la primera de las 2 vueltas. Entre ánimos de la gente y saludos a los compañeros en carrera, llego a la mitad de este último sector, “una vuelta, solo queda una vuelta”, me digo para animarme, ya empiezo a estar algo cansado y tengo amagos de subida de bola en los isquios, intento no forzar tanto y me centro en acabar. Esta segunda vuelta se ha convertido en una marabunta de gente, he incluso en ocasiones es difícil adelantar por un carril tan estrecho. Las patas ya están pidiendo la hora, entrada al paseo del puerto y echo una miradilla hacia atrás, los de delante no los pillo y detrás no viene nadie, tranquilidad para los últimos metros.

Foto Rakel
Antes de entrar a meta hago un amago de chocar la mano de Olatz, pero como la he visto tarde no consigo darle. Paso arco de entrada e intento coger aire. Al final 38ª Posición (mejor de lo que pensaba) con un tiempo de 1:15:00.


Bonito triatlón acompañado de buen tiempo y con masaje final de regalo.

miércoles, 6 de marzo de 2013

XII Trofeo Garellano 2013


Hacía ya mucho tiempo que la regusilla de colocarme un dorsal quedaba lejana y ha vuelto a entrar un 3-3-13. Se celebraba la XII carrera de Bomberos de Bilbao, con lo que después de preguntar por unos lados y por otros nos han dejado participar, la carrera en si es muy muy popular, pero bueno el hecho de ir con el cacho papel en el pecho motiva. No ha habido que madrugar mucho, preparado el petate (ya no me acordaba ni que se metía), salimos los 3 “académicos” dirección Norte. No ha habido problemas a la hora de aparcar, con lo que estábamos en rango de carrera. Nos dirigimos a inscribirnos al parque, con la correspondiente cuantía de inscripción “CERO EUROS”, así da gusto correr.
Ya se va viendo a gente calentado por los alrededores, no es como en otros eventos, puesto que la cantidad de inscritos está más limitada, pero con el día que ha salido es gratificante ver a la gente vestida de corto (aunque tengo que reconocer que esperaba a alguno más). Entre risas, bromas y comentarios se acerca la hora de la salida, no he calentado a penas y los estiramientos son escasos, encima la cadera no está en su mejor momento, pero a por ello…


Salida muy light y decido ver como transcurren los primeros metros, se supone que va a ser alrededor de la ría, pero no tengo ni idea del recorrido. Antes del primer kilómetro intuyo que nos quedamos 3 personas en cabeza, y digo intuyo porque solo veo las sombras. Pequeña subida para pasar la ría y nos encontramos al otro lado con el cabeza de carrera aumentando un poco el ritmo, puesto que sé que no le voy a poder seguir, me limito a intentar  marcar ritmo constante. Sobre el kilómetro 2 es donde empieza la yincana de puentes, el primer encontronazo me lo encuentro cuando al bajar por uno de ellos, pensando que es una rampa, veo que son escaleras con gran paso, menos mal que las he visto, a lo largo del recorrido eso va a ser una constante. Llegados al tercer kilómetro, veo que me quedo en tierra de nadie, al primero lo tengo a unos 40 metros y por detrás lo tengo algo lejos, así que viendo que ya empiezo a ir un poco justo, decido ir regulando en la medida de lo posible.


Los puentes son rompedores y las escaleras pequeñas en bajada peligrosas, con lo que aprovecho para intentar recuperar el aliento, eso sí, las arrancadas después de una subida o bajada son matadoras. Entre tanto cruzar de un lado a otro, ya no se ni dónde está la meta, el reloj me marca  la llegada a un nuevo kilometro e iluso de mi creo que es el 5º, pero que pasa al mirar, que no, que solo es el 4º, madre mía que largo se me está haciendo la carrera corta, jeje.


Por suerte, la bici se ha quedado con el primer corredor y la moto está conmigo indicándome más o menos el camino a seguir, paso el ultimo puente y cuál es mi sorpresa cuando al saltar de la última escalera me encuentro a un corredor, que antes no estaba por delante mío (luego me entero de que algunos se han colado uno de los últimos puentes y han seguido recto, por fallo de indicación). La llegada está a unos 300 metros y con la velocidad que llevo le rebaso sin problemas, con lo que finalizo en 2ª posición con un tiempo de 20:37.


Hacía mucho que no recogía un trofeo, casi me podría remontar a la época de EGB, con lo que hace ilusión oír tu nombre en la entrega de trofeos. Por ultimo tienen preparado un sorteo de varios obsequios para los participantes, y acto seguido un pequeño lunch para todo el que se ha acercado. La verdad que me quedo impresionado por todo lo que han ofrecido y más teniendo en cuenta lo que nos ha costado. Por último destacar el ambiente familiar y el buen rollo que ha habido, ojala no sea el único año que la corra, por lo que esto significaría.




jueves, 3 de enero de 2013

XXX. San Silvestre Vitoria 2012



Último día del año y última carrera de este 2012. El año pasado no pude disputar la San Silvestre por lesión y este año, aún con molestias, no me la quería perder. Empiezo a hacer la mochila después de comer, puesto que en ella tengo que meter el atuendo de correr y la ropa para empezar el 2013, a punto estoy de dejarme el dorsal en casa con tanta historia.
Llego a casa de mis aitas con tiempo, organizo todo un poco y a media hora de la salida nos dirigimos Raúl y yo hacia el sitio donde habíamos quedado con los colegas, que también iban a participar, aprovechando ese recorrido para empezar a calentar un poco los músculos adormecidos. Por las calles se ve mucho disfraz y gente dispuesta a cubrir esos casi siete kilómetros  con el toque de festividad que caracteriza a esta carrera.
Después de cuatro estiramientos mal hechos y unas carreras entre la multitud, me dirijo a la salida. Primero se va a dar la nuestra (denominada “elite”, aunque esto de los nombres….) y 10 minutos más tarde saldrán los que seguramente más disfruten de este evento. Cuando creo que estoy llegando a la salida, me van diciendo que siga hacia delante, que se sale más lejos, y allí me topo con los cuatro amigos de todas las carreras. Somos poca gente y la mayoría en mayor o menor medida nos reconocemos de diferentes eventos, así que entre charlar con unos y con otros se va acercando la hora de sufrir. Unos segundos antes, la concentración se puede notar en el  ambiente, se hace un silencio tremendo, y curioso a la vez,  esperando el pitido.
Y allí vamos, la carrera sale lanzadísima, sin querer y con la inercia, vamos todos rapidísimo, pero es incontrolable. El primer kilómetro lo pasamos en menos de 3:20, una barbaridad para mí. Ahí es donde se empiezan a formar un poco los grupos, los pros están muy lejos, el grupo en el que estoy se divide y unos tiran hacia delante, demasiado rápido, y decido quedarme en el otro. Aquí me doy cuenta del “error” de la carrera, yo que soy un defensor de llevar la menor ropa posible en las competiciones, he salido con maya larga térmica, camiseta manga larga y guantes, porque uno, creía que iba a hacer más frio y dos no pensaba tomarme la carrera tan en serio, así que se empieza a notar que el cuerpo no refrigera como debería.
Entramos en la calle Los Herrán y me coloco en cabeza del grupo, ya las pulsaciones se han estabilizado del apretón inicial, y por lo menos el ritmo que llevo es bueno. Muy bonito esa parte del recorrido, con la gente agolpada en los laterales animando, han acertado en poner solo 10 minutos de diferencia entre una y otra carrera. Vamos cogiendo algún que otro cadáver de adelante antes de llegar a Iparralde. Giro de casi 180º y ponemos dirección a la calle Francia, el viento sopla de cara y es difícil mantener la velocidad, me pasa uno y aprovecho para meterme detrás de él, pero es igual el viento sigue molestando. La recta de la calle Francia se hace eterna y avecina un final duro. Doblamos la esquina para empezar a subir por la cuesta de San Francisco, mucha gente, la carretera se estrecha y pica hacia arriba.
Empiezo a pensar en que hasta aquí ha llegado la gasolina, ahora toca tirar de cabeza para poder finalizar de manera digna. Me coloco por las últimas posiciones del grupo con el objetivo de que no se me escapen. Bajamos por la Pinto e intento recuperar las piernas, que recuerdos que me trae esa calle….Llegamos al final y empezamos a subir por la Herrería, aprovechando el pequeño descanso anterior consigo no desengancharme de los compañeros de batalla. “Chicán” de bajada, para entrar por Siervas de Jesús, mucha gente de nuevo animando, cada aplauso y cada grito es un empujoncito para poder acabar. El grupo se ha alargado a la llegada a la Virgen Blanca, entre la velocidad y la oscuridad es imposible reconocer a nadie entre la multitud, pero se oyen sus gritos de ánimo.
Llegamos al último kilómetro, solo queda recorrer la calle postas y subir hacia Olaguibel, que es el momento en el que se ve el arco de llegada. Sin motivo aparente empieza, una especie de sprint raro, empezamos a acelerar el ritmo a falta de 200m casi instintivamente, ya da igual un puesto más o uno menos, pero no sé qué nos hace en la cabeza, ver la meta, que desfogamos todo lo que tenemos. Y así en una constante progresión, llegamos al final de la carrera. Al parar en seco, el estómago me da un aviso, con lo que continuo andando un poco más, cogiendo aire para ventilar.
Finalmente acabo en 29ª posición con un tiempo de 23:20 (muy buenos corredores en las primeras posiciones), como era de presagiar, una carrera muy rápida. Saludos con unos, gestos con otros, y sobre todo me quedo con la humildad de un grande entre los grandes, Eneko Llanos, al que me voy a saludar con admiración y deseándole una gran temporada. 


Por ultimo tengo que pegar un tirón de orejas a la organización, porque aunque la carrera, me ha parecido correcta por recorrido y horarios de salida, hay que decir, que no nos han dado ni un miserable botellín de agua a la finalización de la prueba, que menos, que por los 5 euros de la inscripción entre esa insignificante “recompensa”.

martes, 18 de diciembre de 2012

35ª Media Maratón de Vitoria Gasteiz 2012



Hacía ya mucho tiempo que no ponía el dorsal con imperdibles en la camiseta, y como la inscripción ya estaba pagada hace bastante y la carrera lo merecía, tocaba vestirse de corto a pesar de no estar la pierna completamente recuperada.
Había quedado con David una hora antes de la salida, con lo que la mañana iba a estar cubierta con alimentación, bolsa y desplazamiento hacia mendizorrotza. Como ya viene siendo habitual, el ambiente pre-carrera era una maravilla, el día no era del todo malo, con temperatura suave de unos 9 grados, pero el viento se tornaba un serio rival.
Primeros momentos típicos de pereza para decidir el momento en el que empezar a cambiarse, pero una vez empezado ya era como un ritual que no tenía parada, con lo que en unos minutos ya estábamos vestidos de corto y dando las primeras zancadas para comprobar el estado de la pierna.  Los pinchazos a cada paso eran normales, pero se hacían menos intensos que en veces anteriores, así que solo era cuestión de calentar. Como si del guion de Scorsese  se tratase, las charlas entre unos y otros son habituales, lo cual hace más bonito este momento.
A falta de 10 minutos me voy dirigiendo a la salida, en la que intento hacerme un hueco entre la masificada salida, entre instrucciones de la speaker, de repente se da el pistoletazo de salida, con lo que no da tiempo ni a ponerse algo nervioso, y allí sale todo el rebaño con si no hubiese un mañana.
Primeros metros y ya escucho lo último que me faltaba por oír, “ Vamos que ya está hecho”, pero si acabamos de salir,jajajaja. No se puede apenas avanzar entre la gente e intento buscar un hueco a la derecha para meterme entre los espectadores, para situarme en el carril-bici adyacente, lo cual consigo más tarde de lo deseado. A la entrada a la Avenida Gasteiz ya se empieza a estabilizar la carrera y comienzo a poner mi ritmo, el cual es un poco más rápido que el que tenía pensado, pero eso tampoco es novedad, y a pesar de ello me encuentro bien. Veo pasar a Zubia con una buena zancada, y menos mal que no me da por seguirle, porque se le ve fuerte. A esto, llegamos a la vuelta de 180º, que nos va a devolver al puente Castilla y entre algún que otro adelantamiento por fin veo a un chaval que lleva un buen ritmo, esta vez sí que me la juego y decido arrancar con él.

Foto Iñigo
 Llegamos al primer momento del día, en el que la afición es un griterío total, Km 4 y los ánimos hacen como si ningún metro anterior hubiese subido al contador de las piernas. Después de rodear Portal de Castilla nos dirigimos hacia los institutos, el viento todavía no se ha hecho notar en exceso y llega la hora de tranquilizarse un poco. Le voy dando tímidos relevos al compañero de viaje, y formamos un grupito de unos 6 a la hora de entrar a la calle Los Herrán. Empieza con una ligera subida para luego continuar por toda la calle hasta Zaramaga.

Foto El correo
 En este tramo se nota que el viento nos es favorable, y aprovecho para soltar un poco las piernas, tengo los gemelos bastante cargados desde hace unos kilómetros, pero ello no me impide continuar con el ritmo sostenible que llevamos. Algunos virajes, y algunas rachas de viento en contra más tarde, llegamos al kilómetro 10, en el que paso en 35:39, una primera parte bastante rápida, como la mayoría de los años.
A partir de aquí, es cuando me empiezo a acordar de toda la mitología  griega y de uno en particular, Eolo ahora parece que ya nos ha dado algo de ventaja y se venga con un viento en contra muy pestoso. Intento refugiarme detrás del corredor que me precede, pero ni aun así se consigue ir a gusto. Entramos en Jacinto Benavente y la pequeña subida que tiene hace poner en alerta a las piernas, es ahí, cuando después de pasar la primera rotonda veo a la family animando y sobre todo Olatz embutida en su abrigo, me pillan justo al otro lado de la carretera, pero como la he visto con tiempo, me salgo del rebufo, y me voy hasta el otro lado para chocarle a la sobri. Después de pasar todas las rotondas y recibir algún grito de ánimo más, llega otra subida, esta un poco más acusada, que con el impedimento del viento se hace mucho más dura de lo ya es a estas alturas de carrera. Esta vez me pongo yo a tirar, que el compi lleva la mayoría del tiempo de los relevos largos a sus piernas. 

Foto Iñigo
 Llegamos a Olarizu, Km14 y lo que queda es más o menos llanear, pero el viento en esta zona sopla bastante más fuerte. En mi cabeza solo está el ultimo avituallamiento en el que puedo coger la naranja deseada, este año está bastante mejor ubicado todo, y no ha habido más problemas que el de coger las cosas a esa velocidad.
Llegamos de nuevo a las inmediaciones de mendizorrotza para afrontar los últimos 5 Km, es aquí donde llega el 2 momento afición, en la que todo el mundo está animando como loco y te hace sentir que no te duele nada y que todavía puedes dar un poco más de lo que estás dando. Después del subidón llega el momento crítico, la realidad se apodera del cuerpo al entrar en la calle nieves cano y su minúscula subida. Ahí es donde el piloto de emergencia se activa para no abandonarme hasta cruzar línea de meta, noto como el roce de los dedos me ha hecho una herida, pero no es cuestión de bajar ahora. En el callejeo que hay que hacer por ahí, mi compañero de toda la carrera pega un ligero cambio de ritmo, al que no puedo responder y se va alejando unos metros, incluso el tercer integrante del grupo me pasa un poco más adelante, las fuerzas ya están escaseando y en mi cabeza solo esta llegar de una vez. Uno de los últimos giros para ir acercándonos de nuevo a mendi, nos lleva por toda la calle de las unis, en las que pica ligeramente hacia abajo, donde puedo recuperar el aliento y a su vez al corredor que me precede. Estamos a unos 2 Km y decido gastar mis últimas energías en hacer un minúsculo cambio de ritmo, para intentar escaparme, cosa que noto que voy consiguiendo, puesto que la respiración del compañero cada vez la oigo más lejana. 

Foto Isabel
Encaro la recta del Estadio con el dichoso viento en cara y con la sensación de ir casi parado, pero el saber que está cerca el arco y los ánimos de la gente me hace llegar hacia el giro que me lleva hasta la recta que lleva a los últimos 100m por el parking. Me dejo llevar, en la curva he visto como le he sacado algo de distancia y no creo que me pueda alcanzar, con lo que encaro esa última recta con más tranquilidad.

Foto Iñigo
Finalmente cruzo en 1:17:06 en 39ª posición, muy contento con mi rendimiento y sin haber notado durante la carrera ninguna molestia reseñable en la pierna, eso llegara más tarde.


Por último, al cruzar la línea de meta, felicito a Juanjo, que es el corredor que me ha estado acompañando casi toda la carrera, y que a pesar de mis intentos de relevo, ha llevado gran parte del peso de la carrera, entrando unos segundos antes que yo. Reseñar el grandioso masaje que me dan al finalizar la carrera, yo creo que de los mejores, con dedicación y por gente por persona. Y como no, dar las gracias a toda esa gente que me ha animado en carrera, siento que en ocasiones no haya podido responder con un gesto, pero a veces o lo ves tarde o no tienes ni fuerzas, pero que se sepa, que oír, se les oye.

lunes, 8 de octubre de 2012

XXX Media Maraton Miranda 2012



Primeros días de octubre y llega un domingo cualquiera, que se podría hacer para aprovechar el tiempo? Pues habrá que ir a correr 21 Km por las calles de Miranda. A las 8:45 y después de preparar el macuto de supervivencia, llega la grupeta oficial de desplazamiento a carrera, compuesto por 2 reporteras-animadoras y el compañero sufridor devora-kilómetros.
No está lejos el destino, con lo que entre canción y charla llegamos al estacionamiento del armatroste en calles castellanas. Paseo hasta recoger el dorsal y vueltilla para ver el ambiente que empieza a congregarse por los alrededores. Una mezcla de deporte y fiesta se mezcla cuando se ve por la calle a gente vestida de corto dando los primeros trotes y  gente vestida de largo, dando los últimos sorbos a sus respectivos pelotos.
Las ganas….pues las de siempre, están por ahí, pero hay que ir minuto a minuto para que vayan aflorando.

Foto Isabel
 Media hora para el comienzo y ya estamos dando las primeras zancadas, la pierna se resiente, el dolor es punzante, tengo que correr bastante rato para ir calentado y minimizar el problema. Cada vez más gente se va agolpando al lado de la salida, saludos con unos,  últimos estiramientos, últimas carreras y hacia la línea de salida.
Unos minutos de espera y se da el pistoletazo de salida, primera recta y me veo embotellado en el centro de toda la gente, con lo que a la mínima oportunidad, finta a la derecha y salgo al lateral del grupo. Quiero ir regulando, en la medida de lo posible, hace mucho que no corro más de 10Km y las vueltas 3 vueltas al circuito van a ser tortuosas.Primeros 2 kilómetros más rápidos de lo esperado, con lo que intento bajar un poco el ritmo, pero tampoco me quiero quedar solo tan pronto, así que bajo pero no mucho. 

Foto Isabel
 La carrera discurre entre curvas por las calles de la ciudad haciéndola diferente, en el centro algo de animación, pero por las afueras escasa y encima este año me han quitado la música que ponían a falta de unos kilómetros para la llegada, que era el aliciente de cada vuelta, chachisss!!!
Primera vuelta a buen ritmo, ya he conseguido ir a la velocidad que deseaba, pero no creo que aun así pueda mantenerla, cada vez va haciendo más calor y las piernas se cargan un poco más. La segunda vuelta me la quiero tomar un poco más tranquilo, para ver si soy capaz de recuperar el cuerpo, me adelanta algún corredor, pero no intento ni seguirle, puesto que todavía no he llegado ni a la mitad del recorrido. Empiezo a perder algún segundo de ritmo sobre el Km 8, algo que me imaginaba que iba a pasar y la media pensada para la carrera se va esfumando. Llega la mitad de carrera, segundo avituallamiento, solo hay agua durante toda la carrera y se echa en falta algo sólido para comer y engañar a la cabeza algunos metrillos. 

Foto Isabel
A falta de 1Km para hacer el segundo paso por meta, oigo como el 7º de caballería se va acercando, esta vez decido que tengo que intentar engancharme a ellos, el rato que pueda, hacer toda la carrera solo me está pasando factura. Llevamos un ritmo algo más alto del que estaba llevando, pero me encuentro cómodo, incluso alguno cae del grupo un poco más adelante. Por desgracia esa sensación de bien estar, se esfuma después de aguantar 3 Km con ellos, las piernas empiezan a estar como una piedra y no consigo coger todo el aire que me gustaría, con lo que decido bajar el pistón y dejarles marchar. A partir de ahí ya es una lucha entre cuerpo y mente, quedan poco más de 3 kilómetros y las rozaduras y los dolores se hacen con el control.
Las zancadas se van haciendo más pesadas, los pasos se notan más toscos, pero la meta está ya muy cerca y toca sufrir un poco más. Los ánimos de algún doblado (ánimos que generan reciprocidad) me dan pequeños gramos de energía, que hace que empiece a ver la “M” multicolor que hay a escasos metros de la línea de meta. Recta final y ni tengo fuerzas, ni me apetece mirar hacia detrás, solo quiero pasar el arco y coger aire.

Foto Isabel
El pitido de la alfombra indica un tiempo de 1:19:59 y la clasificación posterior me coloca en la 22ª posición. En primera instancia no estaba muy “contento” con el tiempo, pero ya después, analizando todo un poco, veo que no ha estado tan mal.


 De nuevo hay que agradecer, que hay camillas para dar masaje, con lo que antes de que llegue la gran mayoría de la gente, me coloco para descargar un poco las piernas, que bien merecido se lo tienen. Y entre comentarios con unos y risas con otros se acaba un nuevo finde competitivo.