Una
mañana más en esta aventura del deporte. Hoy toca la Herri Krosa de la ciudad,
una cita que no hay que perderse. Pese a estar lesionado, hay que intentar
correrla, solo un penúltimo esfuerzo y se parara para poder recuperar y que no
sea nada grave.
Las
pocas ganas de comer la pasta matutina son las mismas de siempre, pero bien sea
por lo físico o por lo psicológico, nos hemos acostumbrado a ello y cualquiera
lo deja. Son las 10 y me dirijo a Mendizorrotza para recoger el
dorsal, he quedado con David, y ni con los dos hacemos un corredor sin dolores.
La cola es bastante larga, estamos 50 minutos para recoger el dorsal y todavía
queda gente por cogerlo, esto no había pasado nunca, una mala organización
(según mi punto de vista) hace que la salida se tenga que retrasar una media
hora, y no es por la gran afluencia de gente que se ha apuntado, que sí que es
cierto que hay más gente que otros años.
Hace
algo menos frio que en ediciones anteriores, pero aun así el momento de cambiarse
no es nada placentero. Me pongo la ropa de faena y a intentar calentar un poco,
el cuerpo se ha quedado apelmazado, con lo que se agravan los dolores de la
pierna. El calentamiento es de los peores desde hace bastante, 2 carreras 4
estiramientos y a la salida, de repente esta todo las gente en el arco y hay
que buscar un hueco. Después de estar unos 10 minutos esperando parece que se
deciden a dar la salida. Ya sé que es una carrera popular y que todo el mundo
tiene derecho a salir donde quiera, pero parece que no impera el sentido común,
yo que no estoy muy atrás a la hora de salir tengo que ir esquivando a muchos
chavalillos y gente que se ha colocado delante, no siendo su ritmo el idóneo
para estar ahí posicionados, es como si a Gontzal le mandan salir en mitad del
pelotón, pues nos comería a todos nosotros.
Es bastante peligroso por las dos partes, los atropellos son
involuntarios, pero pueden acarrear accidentes serios, ahí creo que la
organización tendría que poner un poco de orden, más que nada como he dicho
antes, sentido común.
Salvado
el obstáculo de los primeros metros, veo que el grupo de cabeza se va
estirando, no están muy lejos, pero es tontería hacer esfuerzo por
pillarles. Primer kilómetro y me
encuentro bastante bien, no noto dolores en la pierna y puedo mantener un buen
ritmo, a la salida del Prado, sopla algo de viento y dando un pequeño acelerón
intento colarme en el grupo de cabeza. Llegado al kilómetro 3 los galgos
empiezan a tirar y hasta ahí llego el momento de estar en posiciones de cabeza,
veo que se alejan y me quedo con Gil y Zubia, pero este último parece muy
fuerte y se aleja sin que pueda hacer nada.
Llegada
a los institutos y el cuádriceps de la pierna derecha está excesivamente
cargado, es raro porque solo llevamos 4 o 5 kilómetros, pero los pocos
entrenamientos que he hecho y cambiar la forma de correr para no lesionarme del
todo, son los causantes de este intenso dolor, pero ya solo queda la mitad y
hay que tirar como sea (por lo menos engañemos a la cabeza…). Llegada a la zona
de las unis, “solo” queda volver a la meta, pica un poco hacia abajo así que a
intentar recuperar fuerzas.
Sobre
el kilómetro 6 escucho como viene la caballería por detrás, y en la llegada al
Prado, me pasan como titanes, me intento quedar con ellos, solo quedan 2
kilómetros y aunque voy con el piloto encendido hace bastante hay que dar lo
que queda, si es que queda algo. Entre los que me pasan, veo a Beloki, como ha
mejorado en carrera el tío, se nota la mano de Martin. No me separo del grupo,
y los ánimos de la gente a falta de 1 kilómetro para meta me dan un poco de
energía. A la altura del Estadio, uno de los atletas de delante se retira
echándose la mano al glúteo, cuando le paso, veo que es Joseba, una lástima
lesionarse a falta de tan poco. La bajada hacia la meta se hace eterna, intento
dar el último apretón y a pocos metros de la llegada paso a dos corredores. A
la hora de pisar las lonas de meta, se acaba el sufrimiento, no sé ni el tiempo
que he hecho, lo único que intento es coger aire y recuperar el aliento que en estos
momentos me falta.
Después
del avituallamiento (que por cierto algo sólido no estaría de más) llego donde
mi hermana que esta con Olatz, la alegría que tiene, choca con los dolores que
me empiezan a venirme a mí. Casi no puedo ni andar, pero eso ya lo sabíamos,
así que como suelen decir sarna con gusto…. En unos minutos darán la salida a
los txikis y me voy con Olatz hacia la salida. De nuevo la organización brilla
por su ausencia, desde donde se sale no se oye la megafonía, la gente no sabe
en cuál de las carreras tienen que salir los txikis y lo peor de todo, los
padres se creen los amos de la pista entrando por cualquier lado y haciendo lo
que quieren, con lo que el caos y la aglomeración de gente es aún mayor. Olatz
me decía que a ver si corría con ella y en un principio lo iba a hacer (aunque
visto como corrió después me hubiese dejado atrás) pero viendo el desorden le
comento que corra ella sola y que en la meta le espero. Lo acepta
estupendamente, que tía, y ahí está ella a la hora de salir toda preparada.
Sale desde atrás y le espero para ver la primera vuelta, al poco tiempo veo que
ha pasado a toda la marabunta y ya está de vuelta, increíble, ya tengo que
empezar a pensar en un planing especifico, para su entrenamiento, jeje.
Finalmente llega a la meta con una sonrisa de oreja a oreja, menuda campeona está
hecha (si, se nota que soy su tío…..)
Conclusión,
carrera finalizada con un buen tiempo 30:55 y acabando en 17ª posición, pero
con un punto negativo, que es que tengo unos dolores tremendos en la pierna
izquierda, que habrá que mirar seriamente y que ponen en duda la participación
en la media de Vitoria dentro de 2 semanas, lo que está claro es que no voy a
correr más hasta esa fecha y si puedo correrla la corro sin entrenar, es una lástima
pero es así.
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