Tomando como epicentro de unos días de relax la travesía a
nado que tanto nos gustó el año pasado de Navia, planificamos el viaje de unos
días de vacaciones para visitar la zona de Galicia y Asturias. Miro a ver si
coincide con alguna carrera que nos pueda pillar cerca de los destinos que
tenemos preparados y veo la carrera de Foz. Un pueblo chulo que ya visitamos el
año pasado y que no nos pilla lejos, “lo malo” es que coincide el mismo día del
descenso, pero….ahí que vamos.
Domingo por la mañana, despertamos en Foz y después de
desayunar en un baretillo nos dirigimos a por el dorsal. Al acercarnos nos
encontramos con un buen ambiente y unos voluntarios muy amables que nos
explican muy bien las cosas. Ante de empezar nuestra faena vemos correr a mi
sobrina, que al igual que nosotros, se encontraban cerca de la zona y decide
unirse al domingo deportivo.
Foto Rakel |
Calentamiento previo, el viento matutino no va a ser de gran
ayuda, pero por lo menos luce el sol. Después de los trotes y mentalizarme de
las cuestas que va a haber en el recorrido me dirijo hacia la línea de salida.
Nos vamos apelotonando en el arco y en breve comienza la prueba con salida en
cuesta, ale de aperitivo, jeje.
No sé por dónde hay que ir, así que decido que si puedo
seguir a los de adelante iré con ellos sin intentar ninguna kamikazada. Nada más
salir un corredor (Oscar) comienza a poner las cosas en su sitio y yo intento mantenerle
el ritmazo que ha puesto. Parece que nos estamos separando del grupo y sobre el
primer Km otro corredor se nos une (Esteban).
Comenzamos el camino por los senderos y Oscar sigue con la batuta de la
carrera, yo sigo sin saber los cruces por los que hay que ir y al no ver
tampoco a ninguna bici de la organización mantengo mi posición detrás de él.
De vez en cuando nos turnamos las posiciones, pero no es
hasta que volvemos de nuevo a la carretera del pueblo cuando decido ponerme en
cabeza al ver una moto que nos indica el camino. Ya estamos en el pueblo,
quedaran unos 3Km y más o menos conozco un poco la zona. He aguantado la zona
rompepiernas y aunque todavía quedan un par de cuestas,intento aumentar el
ritmo. Llegamos a los 2 últimos Km, cada uno empieza a jugar sus bazas, hay
diversos ataques y en la recta de antes de entrar a la subida final Esteban
cambia el ritmo. A partir de aquí toca apretar los dientes, conseguimos que no
se nos escape y giramos a derecha para afrontar la cuestarraca “casi” final.
Llegamos los tres juntos, es una cuesta bastante pronunciada
y no hay más que dar lo que haya, me pongo a la par del primero, le rebaso y
aprieto, no sé si los estoy dejando atrás solo continuo para subir lo más
rápido posible.
Foto Rakel |
La cuesta esta finiquitada y solo queda girar a la derecha para
entrar en el colegio donde está la línea de meta. Lo tengo hecho, pero a la
hora de tomar la curva me topo con un cono en medio de mi trayectoria con el
que no contaba, así que tengo que desviarme hacia fuera de la curva aminorando
la velocidad para no comerme la pared. Cuando recupero un poco la estabilidad,
veo que Esteban se me ha metido por el hueco interior que he tenido que dejar y
se lanza hacia el arco. Yo intento retomar el ritmo, empujo todo lo que puedo
para ver si puedo alcanzarle, pero las piernas han notado el parón y me es
imposible, así que me dejo llevar en estos últimos metros para cruzar la línea
de meta en segundo puesto con un tiempo de 24:29.
La verdad que estoy muy contento, porque después de estar
esta semana de “relax” no me esperaba un podio, pero me da un poco de rabia,
porque tenía la victoria, pero bueno, son las cosas de las carreras y lo hemos
pasado bien. Felicito al ganador, que ha sabido jugar sus cartas y por supuesto
al tercer clasificado Oscar que ha llevado todo el peso de la carrera
llevándonos a los 2 hasta aquí.
Foto Dy |
Después de la carrera y la entrega de trofeos, tocaba coger
los bártulos e ir rápidamente hasta Navia, porque nos quedaba todavía el postre del domingo deportivo. Llegamos a
Navia, aparcamos y nos dirigimos a la comida popular que realizan para los
participantes (quiero recordar que es una travesía internacional, con un coste
de cero euros para la gente federada y si no, 10 euros de inscripción como es
mi caso, un lujo que en muy pocos sitios hay)
Foto Ria Navia |
Comemos, nos ponemos los tatus de los dorsales y nos vamos a
los autobuses que nos llevaran a la salida. Después de que el año pasado realizase
la distancia de 5000m quedando con una hipotermia de la os al llegar a meta,
este año he decidido hacer la de 2400 (a veces la cabeza funciona) si bien es
cierto que este año no está el agua a los 13 grados del año pasado, mi
cuerpecito no aguanta muy bien el frio, jeje. Espera de aproximadamente una
hora hasta descender hasta el rio y ya con el bañadorcito empiezo a tener frio.
La espera al borde del agua y con el viento es un tiriteo continuo, pero a la
hora de saltar al agua todo eso desaparece y empieza la aventura. Se nota la
diferencia de los grados respecto al año pasado, así que a pesar de que esta fría
y los golpecillos del principio puedo nadar con comodidad.
Sobre la mitad del
recorrido empiezo a notar más frio, pero nada de lo que preocuparse, voy
disfrutando de cada tramo, que es a lo que había venido a la travesía sabiendo
que mi nivel acuático no es nada comparable a estos delfines y van
trascurriendo los metros. A falta de 500m empieza a aparecer la gente más cerca,
a las orillas del rio con sus ánimos y eso acompañado de la proximidad del último
puente hace que la aventura este llegando a su recta final. Giro de derechas
para encarar la meta, el arco se va acercando, levanto la mano y choco el chip
contra la pared, trabajo concluido y contento. El resultado es lo de menos, pero bueno, un puesto 71º que no esta nada mal.
Al intentar salir se me sube el isquio y los músculos se me
empiezan a agarrotar, el viento hace que empiece a perder calor rápidamente y después
del vasito de chocolate caliente me voy a por la ropa para ponerme algo lo más rápido
posible. Yo creo que como el año pasado llegue tan grogui, a los tembleques de
este año no les doy mucha importancia y con
un buen abrazo se calienta cualquiera. Así termina el día deportivo, pero todavía
quedan un par de días antes de volver a Vitoria.
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