Comienzo un nuevo año de duatlones dirigiéndome hacia Eibar, este año los problemas de salud de los acompañantes van a hacer que las carreras sean menos bonitas (cosas de la vida) el día de hoy por suerte viene mi hermana conmigo, que ya es un pequeño aliciente para no estar por allí solo. Desde que cogemos el coche no deja de llover e incluso vemos la nieve y sobre el papel la carrera tiene pinta de ser en muy malas condiciones.
Después de dar varias vueltas por el pueblo porque no hay
manera de encontrar sitio, consigo toparme de milagro cerca de Ipurua un huequito
para meter con calzador la furgoneta. No estamos muy lejos, pero entre la
lluvia, la bici y los bártulos, el camino se hace más farragoso. De primeras
nos resguardamos debajo de los soportales y me dirijo a coger el dorsal y
viendo el panorama coloco todo lo que debería poner en boxes bajo techado para
luego solo entrar y dejar todo allí.
Foto Rakel |
Cuando voy a poner las zapatillas en las calas, sorpresa, he cogido las otras, lo que no podré poner las gomas como de costumbre. Cuando tengo todo medio listo me adentro con el vehículo, busco mi posición y dejo todo lo más rápido posible para no mojarme. Gracias a que en los duatlones no hay que dejar mucha historia y se hace todo bastante ágil. Al salir me dirijo con mi supporter al bar para estar algo caliente y esperar la hora de prepararme. A falta de veinte minutos me voy preparando y después de dejar la mochila doy los primeros trotes.
Hace frío, pero por lo menos ha dejado de llover, en mi
cabeza solo está que empiece cuánto antes porque no creo que esto dure mucho.
Últimos minutos, normalmente salen las chicas antes, pero sin estar seguro
decido quedarme por las inmediaciones y menos mal, porque después de preguntar
a Rendo compruebo que somos nosotros los primeros. La gente ya se empieza a
arremolinar, yo paso por el arco, dejo a los que creo que son más rápidos
delante y me coloco en segunda línea, pero como más gente va haciendo lo mismo
al final me quedo más atrás de lo que me gustaría y encajonado en la parte
derecha, a ver cómo me lo monto.
Pistoletazo de salida y me voy abriendo paso como puedo, menos mal que la calle es ancha, pero hay poco hueco entre los corredores y me toca esperar para poder adelantar.
Foto Rakel |
Foto Rakel |
Foto Rakel |
Giramos 180 por la variante para coger la vuelta y en el repecho cedo varios metros, creo que es aquí donde se acaba mi sector, las piernas las tengo ardiendo y casi avanzo a arreones. Veo el final de la cuesta cerca pero no tengo más fuerzas, por suerte para mí han bajado un poco el ritmo y aunque no suela pasar muy a menudo, puedo empezar de nuevo con el grupo, estoy de nuevo en carrera. A partir de aquí, a pesar de ir con el gancho puedo quedarme con ellos, llegamos a un nuevo giro de 180, al ver la rotonda creía que daríamos la vuelta allí, pero han puesto unos conos antes y tengo que frenar bruscamente para no chocarme con los compañeros, a pesar del derrape de la rueda, consigo no crear ningún accidente.
Yo no tenía muy claro donde volveríamos al pueblo y ya me veía sufriendo de nuevo, pero de repente Goitia nos avisa que giremos y veo que vamos orientados al pueblo, bueno se acabó mi sufrimiento (mira que son pocos kilómetros, pero el que no vale, no vale). A partir de aquí con mucho cuidado por las curvas porque quiero llegar a correr. Por el estado de la meteorología no quiero tener problemas a la hora de bajar y me saco los pies de las zapatillas bastante pronto, por lo que voy un buen cacho de esa guisa. Última curva de izquierdas y nos encontramos con la línea para bajar, con mucha precaución pongo los pies en el suelo y con los pies empanados me dirijo a mi ubicación. Está vez la encuentro bien, me calzo las zapatillas y suelto el casco para dar lo último de este sprint.
Foto Rakel |
Foto Rakel |
Finalizo en una muy buena sexta posición con un tiempo de
49:13. Bien es cierto que me entero que Joanes y Urko, por lo menos se han
debido equivocar y hace que este un poco más arriba. Voy saludando a los conocidos
y me aproximo al gran avituallamiento que tiene preparado. Pico un poco de aquí
un poco de allí y aunque no me suele entrar mucho después de la carrera, la
palmerita rellena es una delicia, jeje. Antes de ir a buscar a mi hermana veo
que hay gente sin techo por los alrededores y me da hasta pena toda la mesa
llena de comida y uno en el banco, por lo que recojo algo de alimento y se lo
entrego.
Felicitado por la acompañante comentamos la jugada y después de recoger la mochila me dirijo a buscar las duchas mientras comienza de nuevo a caer un poco de agua (agua que no paro ya más, menuda librada). A la vuelta mi hermana me dice que he quedado el primero de los V1, así que nos toca esperar hasta que empiezan a repartir los premios.
Foto Rakel |
Y así finaliza un a jornada deportiva en la que no las tenía todas conmigo y que a la postre ha resultado ser una boinita carrera con un poco de todo.
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