miércoles, 29 de enero de 2020

XL Idiazabalgo Herri Krosa 2020


La carrera de Idiazabal es una de las marcadas en el calendario, a pesar de haberla descubierto tarde, es una de las que sí se puede, hay que ir. Este año se celebra el 40 aniversario y han incrementado un poco la cuota habitual, espero que sea una medida excepcional porque no puede perder la esencia de todos estos años, pero aun subiendo un poco el precio (por añadir algún obsequio) sigue estando en la modalidad de carreras “baratas”.
Después de la organización vespertina salimos en hora hacia el pueblo, por suerte está cerca de Vitoria y no tardamos en llegar y aparcar con la ayuda de la buena organización de siempre. Este año llegamos un poco antes para que mi sobri pueda correr su carrera y después de recoger los dorsales llega el breakfast time para la mayoría de los acompañantes, que en esta ocasión y gracias a la visita de los madrileños, hemos ido en prole al evento deportivo.
Algo más de una hora antes empieza la fiesta con los más peques, de la primera “carrera” me quedo con una de las féminas que apenas levanta 2 palmos del suelo, no creo que llegue a los 5 años pero que da una lección de cómo hay que correr, para verla…
Olatz se va despojando de la ropa y empieza a calentar, en breve le toca el turno y de momento está el día algo frio. Es la última carrera antes de la mía, le digo cuatro tonterías antes de salir y allí va ella a la línea de salida. Son 1600m pero para alguien que no suele correr como si le dices misa. 

Foto Rakel
Le había dicho que serían unas 2 vueltas, la primera bien, según lo esperado, pero cuando da la segunda me doy cuenta de que serán 3 vueltas y eso puede que le descoloque, por suerte tenia fuerzas en la recamara y llega a meta como una txampiñona. Cuando vuelve a mi sitio sabéis lo que le pregunté? Que que tal se lo había pasado, que si había sido duro, pero en ningún momento le dije en que puesto has quedado, es más ni siquiera lo sé a estas alturas, señores/as dejen que los niños disfruten de lo que hagan, es más, nos reímos por el fallo de las vueltas y me preparo para mi carrera.
Meteorológicamente hablando es de los mejores años, fresquito y con poco viento, ideal para correr. A falta de 5 minutos me voy acercando a la línea de salida, voy buscando hueco y me coloco en segunda fila a la derecha detrás del poste hinchable y de Mimenza que dejara sitio en cuanto alargue la zancada. También me encuentro con Garikoitz un viejo conocido de los tris y como suelo decir, que nos sigamos viendo. No sé que pasa pero últimamente las salidas me pillan por sorpresa y esta no es menos, no soy el único y nos cuesta un poco reaccionar pero en breve y unos zarandeos después ya estoy corriendo más o menos cómodo.
Veo pasar a Gus como un avión por la derecha, le han hecho la 13/14 en la salida y tiene que apretar porque que se le escapan los de delante.

Foto Aita
La primera cuesta nos da un buen recibimiento y empieza a calentar los pistones nada más empezar. En la bajada vamos en tropel pero se empiezan a definir los grupos, el primero se aleja como estaba en los planes y este segundo en el que estoy yo, va más rápido de lo que me gustaría pero intento aguantar a ver qué pasa. Estos 3 primeros kilómetros han valido para estabilizar la respiración y comenzamos con la segunda cuesta. No sé ni los que vamos en grupo, estamos 3 intercambiando posiciones según la situación y de momento  me mantengo con algunos momentos haciendo la goma.

Foto Rakel

A esta  altura de carrera ya empezamos a adelantar a participantes doblados, con tanta gente a veces esta difícil el rebasarles, pero para ellos también es difícil colocarse para ser adelantados, por lo menos ponen bastante de su parte para ello.
El ritmo está siendo bastante rápido pero me animo pensando que ya hemos pasado el ecuador de la carrera. Campañilla de última vuelta y a subir de nuevo la cuestarraca. La respiración ya empieza a sufrir estos apretones y la piernas también, pero entre saludar primero a Enaitz que está de fotógrafo a su pesar y dar ánimos a los corredores que van en sillas de ruedas adaptadas y a la gente que va empujando de ellos (todos mis respetos para todos ellos) llego al comienzo de la bajada sin haberme enterado mucho.

Foto Aita
A partir de aquí comienzo a tener un bajón considerable de rendimiento, veo cómo pasan un puñado de corredores y solo puedo seguirles con la mirada a pesar de estar bajando. Paso el pequeño túnel e intento recuperar las sensaciones. Pasado el km 8 mi nivel de sacrifico también decae al ver que no voy a poder coger a nadie de los que me han adelantado. Por suerte en la rotonda de vuelta al pueblo noto que un corredor está cerca de mí, intento aumentar el ritmo y esta vez el cuerpo responde. El ultimo Km y medio va a ser un increschendo de velocidad aprovechando la ligera bajada que hay antes de hacer los últimos metros cuesta arriba.
Parece que no me consigo despegar del corredor, digo parece porque tampoco estoy mirando para atrás en esta posición de carrera. Llegados a la subida final sigo manteniéndome por delante de él, no estoy haciendo un sprint (como el de hace tres años con Beñat que nos jugábamos el cajón) simplemente voy subiendo el ritmo poco a poco para llegar a meta en condiciones. 

Foto Francisco
La verdad que llegar un puesto antes o después en estas circunstancias no me importa mucho pero después de ir tirando espero llegar antes. Veo que nos acercamos al arco de meta, casi debajo de él dejo de apretar y me dejo llevar pensando que estaba el control del chip debajo, pero sin esperarlo se planta en el último momento por delante de mí y queda en un puesto por delante de mío, así son las cosas…
Con tiempo de 34:36 y en 17ª posición llego exhausto a la meta y me doblo para recuperar el aliento, saludo a algunos corredores y me quedo hablando con Gus y Enaitz un ratillo de entre otras cosas el doping tecnológico, jajaja. 


Después y sabiendo cómo se ponen los vestuarios me dirijo a por la ropa para intentar darme un remojón pero a pesar de ello pillo el agua fría de rigor, pero bueno así entramos y salimos más rápido y con una piel más tersa, que a la edad de muchos de los que por aquí andamos ya nos hace falta. También es cierto que cuando te olvidas la toalla y las chanclas las cosas se hacen mucho más rápido e improvisando, jejeje.
Para finalizar y aprovechando el buen día que ha quedado vuelvo de nuevo donde está el meollo de la carrera para degustar el avituallamiento que antes no he podido comer y estar un rato en familia, aunque se echa de menos el momento ese de abrir el papel de meta y ver si tienes que ir a recoger algún obsequio.
Muchas gracias a los organizadores y al pueblo de Idiazabal por portarse tan bien con la gente que allí nos acercamos para hacer un poco de deporte.

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