martes, 21 de agosto de 2012

IX Legua Nocturna de Santa Maria del Páramo 2012


El día se presentaba largo, iba a ser una jornada completa de motor, deporte y fiesta, con lo que tocaba mentalizarse. El objetivo era realizar la carrera de Santa María del Páramo, un pueblo de León en el que el año pasado aprendí la distancia que suponía hacer una milla en carrera. Los días estaban siendo calurosos y este no iba a ser menos, lo bueno que al ser una carrera nocturna el sol iba a desaparecer un poco antes de empezar, y aunque no era mucho ya era algo.
Después de hacer varias cosas por la mañana, tocaba ingerir los únicos carbohidratos de los últimos días, y después de una pequeña siesta nos fuimos a dar una vuelta por la Bañeza para disfrutar del ambiente motero. Entre unas cosas y otras ya se estaba acercando la hora de marchar hacia el pueblo, y la cabeza había cambiado a modo running, pasando de las pocas o nulas ganas de la mañana, a empezar a vivir una competición más.

Foto Albert
Llegamos a falta de una hora, con lo que el tiempo de preparación era suficiente para tomarlo con calma. Había mucho ambiente, entre los peques y diversas pruebas que habían comenzado antes, se respiraba deporte por todos los lados. Aparcamos las motos y fuimos a cambiarnos antes de ir a por el dorsal, un puntito más de ganas al vestirnos de corto. El dorsal con nombre y la os, menudo nivel, jeje .

Foto Isabel
Primeros calentamientos suaves, había estado una semana sin correr a causa de pequeñas molestias, para intentar llegar de la mejor manera posible, así que no era plan de forzar. 32ºC en el ambiente y al parar de calentar, después de 2 míseras carreras una sudada de impresión, “si casi estoy mejor corriendo”. Las calles se iban llenando poco a poco de más y más gente y sobre todo de bastantes féminas, una cosa que se echa un poco en falta en otras carreras. Mientras vamos calentando, Mario, un estudioso del tema, nos iba diciendo como iban a quedar los primeros (y más o menos lo clavo el cabron). Últimas carreras, foto de “equipo” y hacia la línea de salida.

Foto Isabel
Me coloco a la izquierda, en segunda fila que a la postre se convierte en tercera con la gente que va entrando a última hora, pero bueno, de la mejor manera posible me intento hacer hueco antes del pistoletazo. Unos segundos más tarde dan la salida y allí salimos todos como locos, esquivando gente casi me voy contra las paredes de la calle con el peligro de los bordillos también presente, pero en poco tiempo se va estirando el grupo y contacto con los de adelante. Vamos unos 20 en cabeza hasta casi el primer kilómetro (mal medido, como los dos siguientes, por cierto). Y allí es donde los galgos se aburren de lo que hay y cambian el ritmo para romperlo en tres trozos.
No quería ir a por ellos, para que el bajón no fuera muy pronto, así que me quede en este último grupo intentando coger ritmo de carrera. Transcurría la carrera por la circunvalación del pueblo y la oscuridad era la que reinaba, por el segundo kilometro me puse en cabeza del grupo y empecé a ir suelto en carrera, me encontraba bien y poco a poco se iban descolgando, hasta quedarme en tierra de nadie. A los de adelante los tenía a la vista pero  no quería ir a por ellos puesto que todavía quedaba más de la mitad de la carrera y no sabía cómo iban a responder las piernas. En el tercer kilometro cojo la botella de agua para refrescarme un poco y mojarme los labios, está a temperatura ambiente, así que lo de refrescar como que poco, pero bueno algo hace.
La carrera la sigo haciendo en solitario y en el kilómetro 3.5 empiezo a estar bastante petado, así que bajo un poco el pistón he intento mantener una velocidad constante. De adelante veo a un cadáver que ha quedado descolgado del grupo que me precede y poco a poco voy aumentando un poco el ritmo viendo una referencia clara (el afán depredador, jeje). Ultimo kilometro ya por las calles del pueblo y se empieza a notar el ambiente de la gente animando, con lo que me decido y hago el ultimo adelantamiento de la carrera. Antes de entrar en la pista de atletismo, toca el saludo de los animadores incondicionales, y con esas, encaro los 300 metros por pista con el estadio bastante lleno. Comienzo la curva y miro hacia atrás para ver que me precede (cosa muy rara en mí, pero hay que aprender un poco) el siguiente corredor está más o menos controlado y solo me faltan los 100 metros de recta con mucha gente aplaudiendo, desde los peques hasta los más mayores abarrotando la llegada. La speaker canta que va a entrar el décimo clasificado, y no sé si soy yo o es alguien que había delante. Me voy frenando antes de pasar las alfombrillas del chip, pensando que estaba un poco antes la meta, pero bueno con la inercia llego hasta oír el pitido.

Foto Ángeles
No queda más que recoger la bolsa de regalo, el plátano y esperar a los demás, mientras intento estirar un poco, tengo los isquios y los cuádriceps que me están pidiendo el cambio, no puedo estirar mucho, pero algo hay que hacer para no quedarse agarrotado. Al final sí que era yo esa decima persona que cantaban por el altavoz, realizando una carrera con cabeza y dentro de lo que cabe, a gusto. Un nuevo top ten de temporada con un tiempo de 18:51”. Y a por esa “fiesta” que faltaba en el planing diario, jeje.


Por ultimo dar las gracias a la organización por lo buena que ha sido desde el minuto uno y que por solo un euro se puedan hacer posibles este tipo de carreras con avituallamiento, regalo y premios, chapeau por ellos y de la que muchos organizadores tendrían que aprender.