martes, 29 de marzo de 2022

XIV Duatlon de Durango 2022

De nuevo a la guerra en un fin de semana que pinta bien, buena temperatura y no muy lejos de Vitoria, Durango nos espera. Comenzamos la andadura el sábado por la noche teniendo que ir a urgencias con el benjamín de la casa, hasta las tantas allí esperando. Con diagnóstico de neumonía ponía en duda la participación el domingo, pero aun así y gracias a los abuelos (que se quedan con él, viendo que no está muy mal) preparamos las cosas por la mañana y nos dirigimos el resto de familia hacia el pueblo.

Aparcamos a las afuera y nos dirigimos a por el dorsal mientras vemos acabar la carrera super sprint de los mas pequeños, una buena motivación para atraer este deporte a esas edades. Con toda la calma del mundo meto las cosas en boxes, me han puesto cerca de los buenos de la carrera y como les digo “por lo menos no me vais a estorbar para coger la bici” después nos sentamos en la terraza del bar a esperar. 

Foto Rakel

Primer intento de ir a calentar, pero queda mas de media hora y espero un poco más. 20 minutos y caliento por parte del circuito, hay ligeras subidas que van a hacer mella en las piernas así que a ver si las aguantamos.

Dan la salida a las féminas, yo todavía estoy por ahí hablando con Asier de la pelea de la semana pasada y poco a poco me voy acercando. Tiene pinta de retrasarse la salida, porque ya pasan 10 minutos y todavía estamos lejos del arco. Después de esperar que las chicas hagan su primera vuelta nos disponemos a salir, coincido detrás de Urko, le deseo suerte y como creo (jajaja) que va a ir un poco más rápido me quedo a su rebufo.

El bocinazo nos pone en marcha y gracias a que no esta masificado y cada uno en su sitio de ritmo hacemos una salida bastante limpia. Pronto se va seleccionando el grupo, Herrán a su aire empieza a sacar distancia, detrás siguen Iker, Iban Jon y Saitua. En los primeros compases me cuesta seguirles, pero me quiero agarrar a ese tren a ver hasta cuando les puedo aguantar. 

Foto Rakel

Antes del segundo Kilómetro, Saitua se empieza a rezagar por lo que decido pasarle, en algunos compases hago un poco la goma, pero consigo mantenerme con ellos.

Primer paso por el pueblo, en los giros de 180 vemos que ya hemos sacado ventaja al grupeto perseguidor. Iker se aparta de la primera posición (del grupo, porque delante sigue el extraterrestre Herrán) Iban coge el relevo y yo detrás de él. 

Foto Rakel

Así continuamos hasta casi llegar a la transición donde Iker pega un acelerón, yo me lo tomo con calma porque prefiero ir en grupo en el segundo sector que pasar penurias. La casualidad hace que Azarola y yo tengamos las bicis pegadas y para hacer la transición tengo que ponerme de mala manera. Me coloco el casco, pero la cinta se me revira y me lo abrocho como puedo, he perdido más tiempo del normal en coger la bici, Iker ya esta algo lejos para poder ir a por el y me intento colocar las zapatillas con calma, pero llegan los otros 2 compañeros de escapada y me tengo que poner en marcha con las zapatillas sin abrochar.

Foto Rakel

Cuando estamos medio listos empezamos a dar relevos mas o menos ordenados, la idea es no matarse e ir guardando fuerzas, pero los sube bajas y el viento en contra dificulta todo. A pesar de no haber grandes subidas el circuito está lleno de repechillos, giros y cambios de dirección. Mantenemos la distancia con la parte de arriba, pero intuyo que por detrás nos estarán alcanzando. De vuelta al pueblo en la bajada se complican las cosas con las curvas cerradas y ya llegando al pueblo en las rotondas y viendo que nos van a alcanzar, decido coger un poco de aire hasta que lleguen.

El tren viene comandado, como no, por Omar, que esta tirando como el sabe, me engancho en el vagón y nos adentramos en el pueblo. 

Foto Rakel

Aquí aparecen los baches, antes con tres personas se podía gestionar cada imprevisto, pero ahora vamos unos cuantos y se empieza a poner peligroso. Las alcantarillas se unen a la fiesta, en cada curva hay que apretar para no perder comba, toca despedirse del pueblo para volver a dar una segunda vuelta y conociendo el circuito creo que podremos llegar en grupo.

Y aquí es donde viene la desgracia, después de pasar el enésimo baden noto que la dirección empieza a no ir bien, si fuese una bicicleta con suspensión diría que he perdido amortiguación y eso en esta bicicleta en que se traduce? Pues que he pinchado. No me lo puedo creer, me voy apartando hacia la acera para poder reparar el pinchazo, a pesar de haber perdido la carrera me gusta acabar, que para eso he venido, por eso y aunque no suele ser lo habitual llevo cámara y bomba, por eso y porque no me quiero quedar tirado en casa cachan esperando al coche escoba como me pasó en Donosti un año.

Saco la cámara, veo el causante de la desgracia, un miserable cristal, madre mía, un diminuto cristal…. Pero siguen las malas noticias, al cambiar la cámara me doy cuenta de que he cogido la de la válvula corta y claro el adaptador esta en casa en la bolsa habitual, así que ahora sí que sí, recojo el tinglado y gracias a que todavía no había salido del pueblo voy caminando dirección boxes con la cabeza gacha.

Se que son cosas que pasan, pero me fastidia porque iba muy muy bien y podía acabar de una buena manera, pero bueno hay que asumirlo. Me acerco a la zona donde debería empezar a correr y me siento en una jardinera esperando la finalización de la carrera. Ante la sorpresa de la familia veo pasar a Diana que va camino del segundo puesto y veo como salen los compañeros de la t2 para encarar la carrera a pie en la que yo debería estar.

Llegan las féminas a meta y en breve llega Urko consiguiendo la victoria, por detrás se ve un bonito sprint por el segundo y tercer puesto con los tres compañeros con los que compartí el primer sector. 

Me acerco a entregar el chip y por lo menos recoger la bolsa de avituallamiento, es lo poco que me he merecido. Después de la entrega de premios nos quedamos a comer por el pueblo y después de la tertulia de rigor vuelta para Vitoria, con susto de vuelta .

Así que de esta manera se cierra un fin de semana que pintaba de maravilla y que al final ha sido no para olvidar, pero si para dejarlo un poco de lado, aunque este mal rato en dos días se pasa y será una anécdota más.