martes, 10 de abril de 2018

II Duatlón de Santo Domingo de la Calzada 2018


Con la loca meteorología que estamos teniendo da cosica pensar en hacer alguna carrera por lo que te puedas encontrar, así que como la anterior vez, hasta última hora no hubo decisión de ir al duatlón de Santo Domingo de la Calzada. Nunca había ido por allí, pero me motivaba la distancia y me echaba para atrás que fuese muy “ciclista” pero cuando organizan algo a un precio adecuado no tengo más que intentar ir.
Las nubes nos reciben en el pueblo, buen sitio para aparcar al lado de la zona cero y muy buena organización. En cuanto me bajo de la fula empieza el baile de las cabras, yo por mi parte intento ajustar los cuernicos de mi bici para aparentar algo, jeje. Dorsales recogidos, todo preparado y para boxes. No sé si es porque faltaron las bicis de mi lado, pero me encuentro con un sitio como debe ser para colocar todo sin estar apretujado como de costumbre, otro punto más para ellos.
Ya con todo listo me dispongo a calentar, me pongo el traje de faena y a trotar se ha dicho. Me decido a ir con camiseta térmica porque el día está muy falso y aunque sé que en carrera me va a sobrar, nunca se sabe lo que puede pasar en la bici. A falta de cinco minutos nos indican que nos vayamos acercando, encuentro un sitio delante y me quedo esperando a la salida. 

Foto Raul Gutierrez
Faltan 2 minutos y oigo una conversación “tienen que llevar dorsal” y le responden “si ya llevan chip”, “no no, tiene que ir todos con dorsal” yo por acto reflejo miro que el mío por supuesto está en la cintura, pero…….la madre!!!!!!! Y ahí estoy yo en la línea de salida sin el dorsal, como en un mal sueño busco a mi hermana para poder ir a por él al coche, bendita mi suerte que está cerca y bendita mi suerte que el coche está a escasos metros. Sprint como si no hubiese un mañana, abrir el coche buscar en la mochila donde narices está, ponérmelo y volver a lo loco, bufff he librado. Me da el tiempo justo para meterme dónde puedo y en unos segundos salir zumbando al darse la salida. Menuda cabeza!
Con esto que estoy en mitad del pelotón e intento abrirme hueco en cada zancada, por suerte y con un pequeño calentón consigo llevar a la cabeza al salir de la plaza. Sabiendo que me van a quitar muchos segundos en la bici la táctica es clara, a tirar se ha dicho. Me coloco primero y empiezo a poner ritmo. Primeras curvas y aun asi aparecen recortadores, con el consiguiente grito de Bravo, pero como quien oye llover. Sé que por mucho que saque yo en carrera la diferencia con la bici va a ser brutal, pero bueno eso que me llevo. Hay un tramo donde veo que la bici que va abriendo paso salta un montículo de unos 50cm, yo miro para los lados por si tenemos que ir hacia alguno de los laterales, pero no, hay que saltarlo.

Foto Raul Gutierrez
 Llegando al Km 4 Elgezabal hace un rato que se ha quedado rezagado y es cuando Osoro se aburre de mi ritmo y se pone en cabeza, eso hace que espabile un poco y continúe con él.
Primera vuelta completada y las cosas están igual yo aguantando y con algo de ventaja sobre los de detrás. De nuevo llegamos al montículo ese, esta vez me tropiezo al saltar y casi aterrizo con los dientes, pero medio gateando puedo salvar la caída y continuo. Después del incidente he perdido unos metros con Pello, metros que van a ser insalvables. Enormes los ánimos recibidos durante este sector que está llegando a su fin. Entro en la transición a unos 15 segundos  y mientras me estoy cambiando oigo decir “mira que pedazo de bici lleva” (por Osoro) y le respondo al salir “casi como la mía” y nos empezamos a reír (que iba a ser de esto sin humor).
Al subirme a la bici y ponerme las botas veo que tengo la pierna llena de sangre desde la rodilla y la otra con una herida también, me da que ha sido en el salto ese que casi carpo, no molesta, así que adelante.  Bueno a lo que iba, tocan los 41 km en la bici, con viento  y sin drafting, vamos,  lo justo para mí. De primeras me encuentro comodo, voy a buen ritmo y salvo alguna pequeña subida todo va bastante bien. Me pasa Elgezabal pero le sigo viendo a lo lejos. La verdad que no sé porque pero voy de pm hasta el 16, bueno si se porque, por la ligera bajada y el viento a favor, a partir de aquí ya me empiezan a sobrar los Kms jajaja. Veo a lo lejos a la policía como cortando el paso, pero no está muy bien indicado si es para los coches o es porque tenemos que cambiar de dirección, y cuando me voy acercando veo que era para esto último, clavo frenos, derrapo y como puedo me reincorporo a la carretera bacheada de la izquierda.
Foto Raul Gutierrez
Seguimos por este mal asfalto pasando por Hormilla, me imagino que es lo que hay, pero no es nada cómodo. A estas alturas también me ha pasado Bizkarra, pero ese también es de otra raza y yo ya estoy en modo supervivencia. En el Km 24 casi hasta me alegro de que me pase uno con una bicicleta “normal” ya iba siendo hora, jeje. Después de los repechos y las subidas comenzados a bajar, el asfalto sigue muy facheado y la carretera es estrecha así que me lo tomo con calma. En una curva de derechas algo cerrada, me confío veo que me voy abriendo bastante, pero entre la gravilla de la carretera y su estado no quiero cerrarme más, veo que me voy hacia fuera y pienso ya en la mejor manera de caer porque esto no hay quien lo libre, entro en la hierba, buff esto ya está muy mal, me enderezo como puedo e intento no girar mucho para ver si poco a poco voy entrando en la carretera de nuevo, por suerte y esta sí que ha sido una buena librada, la hierba no me resbala y en vez de echarme vuelvo al asfalto, me he tensado tanto que me empieza a doler el hombro y todo, como digo, una librada muy muy seria.
Bien continuamos para bingo, a partir de aquí es la vuelta hacia el pueblo de nuevo, la bajada y el viento a favor que tanto me divertían antes ahora se han vuelto en contra, me van pasando algún que otro corredor más y voy restando los km que veo que faltan para acabar esta agonía. Diviso el pueblo a lo lejos pequeña bajadita de 4 km nos van a llevar hasta él, entro en las calles una especie de “S” y ya veo la zona de bajada, apuro hasta la línea me bajo y casi no siento ni las piernas. 

Foto Rakel
Estoy al final del box y me tomo el camino para que los pies entren en calor. Dejo la bici, ante la atenta mirada de la jueza, me calzo las zapas y al lio.
Malas, muy malas sensaciones en estos primeros compases, la sensación es de ir a paso tortuga (aunque eso no diga el reloj). Miro el montículo que hay que saltar y si antes casi caí, ahora más cansado no sé lo que pasara. Lo paso sin problemas y empiezo a recuperar las sensaciones, tengo a unos cuantos corredores en el punto de mira y eso me anima. Voy cazando de uno en uno, pero a mitad de sector me empiezan a dar amagos los cuádriceps, ya están muy tocados, reduzco un poco e intento recuperar. 

Foto Rakel
El último tramo entre las calles del pueblo me vuelven a motivar y corro mucho  más ligero, aunque no voy a poder dar caza a mi predecesor me gusta volver a encontrar ritmo. Últimos giros, últimos ánimos y veo el arco de meta, madre mía que carrera más sufrida pero madre mía que bonito.
Llego sorprendido en 9ª posición en 2:06:26 y comento la jugada con los corredores mientras intento que las piernas no me dejen de responder.  


Cuando ya estoy un poco mejor voy a ver la llegada de Diana y a animar a los corredores que están todavía en carrera. Para finalizar y después de una refrescante ducha helada, toca ir a por los utensilios de los boxes y a degustar la rica paella que nos ofrecen. Decir que me ha parecido una carrera muy muy bien organizada, para luego ver barbaridades por ahí con inscripciones de infarto que dicen que no es posible, (venga hombre) y aunque no es muy de mis características espero poder volver por estos alrededores en el futuro.