martes, 21 de marzo de 2023

XXX Duatlon Oñati 2023 Oñatiko Duatloia

Empezamos este año 23 con unos de los duatlones que no hay que perderse. Empecé a ir a Oñati tarde porque no me gustaba el frio de los duatlones (que ironía), pero en cuanto lo probe hace unos años me encantó y siempre que puedo intento ir, sobre todo en la distancia corta y con drafting como toda la vida, que últimamente con eso de tener que justificar el boom de la compra de la cabra...

La previsión meteorológica durante la semana no auguraba nada bueno y viendo el panorama los enfermos de la casa ni siquiera se acercaron a ver la carrera. Así que recojo al resto de familia y nos dirigimos hasta allí. La llovizna durante el camino era la antesala de lo que iba a suceder, pero de momento solo era txirimiri al aparcar el coche y aproximarnos al centro del pueblo.

Recojo el dorsal y después de preparar la bici me dirijo a hablar con la gente del Dida. Aprovechando un parón de la lluvia y a pesar de ser muy pronto voy a meter las cosas en el box. Allí también hay viejos conocidos a los que saludo y de estas te das cuenta de que a pesar de no ser el mas competidor del mundo ya llevo bastantes años en estos jaleos…

Foto Rakel

Me dirijo donde esta mi familia que están a resguardo para ver si pasa el tiempo porque sigue siendo demasiado pronto para mí. Me pongo a calentar a falta de media hora para nuestra salida, llueve mínimamente, pero la mayoría del calentamiento lo hago incluso con sol. Después del pistoletazo femenino me voy acercando a la línea de salida ya que están la mayoría por los alrededores. Cámara de llamada de los 10 “favoritos” y al lio.

Me coloco en la parte izquierda donde veo un hueco y espero que nos den el banderazo de salida. Delante nuestro están los fotógrafos intentando captar la mejor imagen de la batalla, que seria de este circo sin ellos. Salida fulgurante y como ya me he acostumbrado a ello yo hago lo mismo y estoy en las primeras posiciones. De repente aminora Kanache y me encuentro sin quererlo en primera posición y ya que estamos sigo a mi ritmo a sabiendas que están los galgos detrás.

Foto Rakel

Sobre el Km 2 pasa Plagaro a la cabeza y mantengo mi ritmo mientras el grupo me va engullendo. A estas que Joanes y compañía se empiezan a aburrir y comienzan a pasar a las posiciones delanteras imponiendo su ley. Koldo y Gontzal entre otros también se van hacia la cabeza y yo con mi estrategia clara mantengo el ritmo acompañado por el niño maravilla. Primer giro al pueblo, animación brutal por las calles y vuelta por el mismo lado. Sin muchas novedades van pasando los kilómetros y se acerca la hora de montar en la bici.

Foto Naikefotosport

Muchos de los que entramos a coger el relevo estamos ubicados bastante cerca, pero consigo hacer una buena transición. Salgo con la bici en la mano y pasando una línea me monto, pero parece ser que esa no es y me tengo que bajar, andar unos metros y volverme a subir, bueno cosas del directo. Me cuesta meterme la zapatilla, pero por suerte no he perdido ningún compañero con los que he entrado a la t1. Sale Josu fuerte y un compañero y yo nos pegamos a él, me pide un relevo y al pasarle le digo que de momento poco voy a poder ayudar y de repente…se rompe el cielo y nos cae lo nunca visto nada más arrancar este sector.

Granizo, viento en contra y sin apenas poder ver hacia donde me dirijo es la tónica, en otro de los relevos me lo intento tomar con humor y les digo a los compañeros “a peor ya no puede ir no?” En el giro del km 5 vemos un grupo liderado por San Vicente y es donde acaba nuestra aventura. Aprovecho para colocarme la zapatilla bien y aquí es donde se acaban las bromas. Los continuos apretones hacen que me tenga que esforzar al máximo en un terreno que no es el mío, pero no puedo dejarme caer en esta situación.

Foto Jorge

Primera subida al repecho, las piernas me arden y aunque parece que mantengo el tipo, pierdo lo justo para quedarme fuera de uno de los grupos, en el cual también observo una caída al finalizar la bajada, así que me quedo con la lluvia sobre la cara y con cara de póker. Continuo camino al infierno de Urtiagain, en los primeros metros tengo que poner mi cadencia porque si no no voy a poder finalizar la carrera. Tengo a varios corredores por delante pero ni siquiera soy capaz de llegar hasta Plagaro que se ha quedado descolgado. De estas me pasa Bizkarra y Unzu silbando, que capacidad para mover la bici, que envidia.

Foto Naikefotosport

A duras penas consigo llegar a la cima, esto está dentro de los planes así que ahora toca afrontar la bajada peligrosa y con la lluvia sin remitir. Aquí es donde comienzo a quedarme helado, los pies ni los siento y las manos a duras penas pueden cambiar de marcha, pero hay que poner el piloto automático y llegar hasta el pueblo como sea. El frio está haciendo que desgaste más de la cuenta y mira que llevo años, pero yo y lo de alimentarme en las carreras no van muy de la mano, así que creo que algo habrá que cambiar, no se puede ir con un botellín de agua por el mundo. Llego hasta algún compañero, otros nos pillan y vamos en grupo hacia la nueva subida al repecho. Antes de subir oigo un silbido al lado mío, algo ha pasado, parece un pinchazo, ya dudo si he sido yo y miro varias veces a las ruedas, no me fastidiaría mas que pinchar a falta de nada para acabar el sector y con las penurias que estoy pasando. De momento parece que todo esta en orden, me retuerzo como  puedo para llegar hasta arriba y es cuando observo al compañero que ha tenido la mala fortuna de sufrir el pinchazo.

Bajada vertiginosa y sin darme cuenta estoy callejeando a punto de entrar en los boxes. A duras penas me desabrocho las zapatillas, con el frio y el suelo mojado bajo muy lentamente y no se ni como no me caigo cuando estoy subido en un pedal y pongo pie en el suelo. No siento las zancadas, voy por inercia hasta mi ubicación, me la paso por unos números y tengo que retroceder. Cuelgo la bici y recojo del cubo que parece una piscina, las zapatillas encharcadas. Me cuesta ponérmelas y no soy capaz de desabrocharme el casco, tampoco noto los dedos de las manos. Cuando lo consigo salgo hacia el ultimo sector, voy como un puñetero zombi, estoy completamente ido y no se ni como estoy corriendo.

Corro literalmente por inercia, entre el principio de hipotermia y las nulas energías que me quedan, no soy consciente de lo que estoy haciendo, pero el cuerpo sabe que tiene que mover las piernas, es increíble la memoria de los músculos. 

Foto Aita

Sobre el kilometro 3 por lo menos la cabeza empieza a ser consciente de por dónde está y a pesar de estar helado de frio puedo mantener el ritmo para enfilar el ultimo tramo que queda hasta meta. A 300m de entrar rebaso a Helene y espero que no entorpezca su victoria, miro para atrás y por suerte dado su margen esta celebrando con los asistentes antes de cruzar la línea de meta, llego exhausto y me aparto hacia la izquierda esperando encontrar una valla en la que apoyarme

Foto Rakel

Finalizo en 10ª posición con un tiempo de 2:01:47, pero en estos momentos solo quiero recuperar algo de aliento. Me noto que me está entrando un bajón de tensión y entre eso y el frio comienzo a temblar por lo que me dirijo al avituallamiento para poder reponer mi maltrecho organismo. A pesar de no tener hambre me fuerzo a comer y gracias a las fresas y alguna que otra gominola empiezo a notarme algo mejor. Por desgracia el frio no se puede remediar tan fácil y en cuando puedo me dirijo a por la mochila y a buscar las duchas.


Voy con paso ligero hacia el frontón, nos despistamos un poco pero por fin encontramos las tan ansiadas duchas, necesito entrar en calor, por suerte las duchas están calentísimas y ahora si que empiezo a recuperar un poco el color. Y es aquí cuando empiezo a disfrutar del duatlón, después de cambiarnos e intercambiar experiencias con algunos corredores me doy cuenta de que no ha estado tan mal la cosa.

Foto Naikefotosport

Me dirijo a buscar nuevamente a los telerines, que ellos también habrán pasado una tarde fría y esperamos a la entrega de premios antes de marchar hacia Vitoria para ver si los enfermos han levantado cabeza. Para finalizar agradecer a toda la organización de este gran evento, un duatlón por y para el duatleta y pidiendo perdón por no recoger uno de los premios, pensaba que ya no tenía que subir más,  sorry.