miércoles, 27 de agosto de 2025

XXII Legua Nocturna Santa Maria del Paramo 2025

Me recordaban las redes sociales que hacía por lo menos 13 años que no iba a correr la legua nocturna de Santa María del Páramo, carrera que era habitual en la época "joven" que venía al pueblo de Valdesandinas, ahora un poco más tarde y con unos años más, coincidía que venía a Vecilla por la fecha que se celebra y quieras que no, la nostalgia hace que me tenga que apuntar.

Empieza el día, que iluso de mi, me da por hacer la “carrera” de bicis de las fiestas del pueblo, en mi cabeza para hacer bulto, pero me encuentro con la elite, con bicis de élite y otro y yo con hierros de dos ruedas, en que jaleo me he metido yo. Pues eso, que al final salgo con un dolor de piernas innecesario y llegando en, como queréis que lo diga, quinto (como dirían los instagramers) o penúltimo, para los realistas como yo, que es como quedé, jajaja.

Risas por lo menos ya me he echado y llevo la bici de la Juani con la rueda frenada al parking habitual. Por la tarde juegos para el demonio y cuando se aproxima la hora nos vamos Kiko y yo hacia el pueblo. Con tiempo aparcamos y vamos a recoger los dorsales juntándonos con David y su familia allí (que también tiene varios representantes de varias edades en el evento). 

A falta de 20 minutos me dispongo a calentar y por primera vez en mucho tiempo realizo un calentamiento aceptable. Me voy acercando a la línea de salida, David me ha informado del nuevo recorrido para mí (antiguamente no era así) me hago una idea, pero al final una legua es una legua. A pesar de ser una carrera de pueblo, hay mucha calidad en la salida, con lo que me centraré en acabar lo más digno posible sin reventar en el intento.

El speaker da los últimos ánimos y después de la cuenta regresiva nos lanzamos a desgastar suela de zapatilla. En los primeros metros me encuentro en un primer grupo de unos 10 corredores, pero en cuanto empiezan a meter ritmo me voy descolgando a sabiendas de que es otra liga muy muy superior, solo viendo a los del Vicky food y Kevin Vuñuela(entre otros) ya me hago a la idea del percal.

Primer kilometro y nos quedamos descolgados otro corredor y yo, el cual no tarda mucho en pasarme y se aleja unos metros, le mantengo la distancia, que no es poco e intento estabilizar la respiración después de este inicio de locos. La noche ya se empieza a echar y el paisaje se trasforma, son muy chulas las carreras nocturnas. Regresamos de nuevo al pueblo después de hacer el tramo por la periferia, se empieza a ver gente de nuevo y los aplausos animan un poco a la soledad que estoy viviendo, por delante el tema esta como al principio y por detrás ni idea porque prefiero no mirar.

Primera vuelta, la boca la tengo más seca que la suela de mis zapatillas, pero solo pienso en que queda menos de la mitad, así que me concentro en mantener el ritmo. Por delante he visto que alguno del grupo cabecero se ha quedado, pero va a ser imposible darle caza. Lo bueno que tienen estas carreras cortas es que el tiempo no es un obstáculo mental, pero el estar continuamente a full gas es bastante agobiante, es el ying y el yang de estos eventos. Kilometro 4, empezamos a doblar a algún que otro corredor, les animo y me dirijo a la ansiada entrada a la pista no sin antes recibir los ánimos de Jose, que a sus setenta y pocos años sigue estando en estos saraos.

Curva de derechas y entro al tartán, los 300 metros restantes bajo los focos me los quiero tomar con calma, pero de repente oigo la respiración y los pasos de alguien que se esta acercando, a falta de 200m, mi gozo de disfrutar se termina y me veo inconscientemente aumentando el ritmo para no ser rebasado. Esto me llega a suceder antes de entrar en la pista y ni me esfuerzo, pero viendo la meta tan cerca y a pesar de no optar a ningún puesto cabecero, la competitividad hace un clic en algún sitio y ahí estoy yo haciendo el sprint de mi vida con las fuerzas que me quedan jajaja.

 Con la inercia que hemos cogido tenemos al corredor de delante bastante cerca y le pasa como a mí, que al darse cuenta de lo que viene se le fastidia su llegada tranquila y tiene que aumentar el ritmo para no ser rebasado, así que allí estamos los 3 en estos últimos 60 metros, como si nos fuera la vida en ello.

Finalmente y con gran sufrimiento los puestos se mantienen y consigo entrar en 10ª posición con un tiempo 17:57. El ultimo apretón pasa factura y tengo que estar un rato intentando recuperar el aliento. Cuando me incorporo voy a saludar al causante de este sprint y nos reímos de lo sucedido. Paso a recoger el avituallamiento (que me dieron el de los pequeños, aunque luego me pudieron entregar el que me correspondía) y voy a ver la llegada del compañero de viaje, porque si hablamos de que Jose tiene mérito, Kiko tampoco se queda corto.


Después de ver entrar a todos los conocidos, la típica charleta post carrera es de rigor y allí estamos debatiendo sobre lo dura que ha sido y que si esto que si lo otro. La noche ya se ha echado por completo y tenemos que regresar al pueblo, pero antes me entero que tengo que recibir un trofeo por viejo, así que la vuelta tiene que atrasarse un pelín. Después del evento y despedirme de la gente, tomamos rumbo hacia Vecilla que hoy le prometí al pequeño que se podría quedar un rato en la verbena, así que hay que cumplir.



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