martes, 30 de septiembre de 2025

XIX Herri Krosa Orduña 2025 Urduña Hiria Herri Krosa

Llega el turno de una de las carreras en las que mas veces he participado, esta va a ser la 11ª ocasión que recorro las calles de Orduña y como siempre, espero que la fiesta se mantenga como en ocasiones anteriores.

Salimos el domingo por la mañanita, de los 7 integrantes de los vehículos, 5 vamos a correr y los otros 2 harán la labor de salvaguarda, fotografía y avituallamiento post carrera, así da gusto ir a correr. Llegamos con tiempo, aparcamos donde siempre y nos dirigimos a por los dorsales, desde mini txikis, pasando por la de 6km y llegando a la de 10km, hay dorsales para todo el mundo. Allí también están los familiares y niños del colegio, mas que una carrera únicamente, es un evento familiar deportivo, es lo que me encanta y encima a pesar de congregar tanto ambiente han sabido respetar los precios para no lucrarse, no como en otras.

Bueno al lio, después de charlar con la gente, a falta de media hora, cada uno va a lo suyo, unos a tomar café, otros de cuidadores y otros a cambiarnos para empezar a calentar. La suerte de tener el coche al lado es que no es necesaria la consigna y todo el ajetreo es más llevadero.

Foto Rakel

20 minutos para el comienzo, temperatura perfecta para trotar y espabilar al cuerpo, los dolores habituales se van calmando y después de un par de apretones me voy dirigiendo al arco de salida, por suerte no hay que ir con mucha antelación para colocarse en buen sitio, como en otras “macro-carreras” (que casi estás más tiempo de espera que de carrera). Allí me encuentro con Urko, Aitor, Josu, Ramon…todos listos y dispuestos para sufrir.

Después de un amago de salida, no sé qué le paso a la bocina, en el segundo intento y pensando que también era “otra broma” nos quedamos sin saber si salir o no, pero ante la indicación de adelante, le obedecemos y comienza el espectáculo. Primeros compases con “calma relativa” y un corredor toma la delantera para tener su minuto de gloria dando la primera vuelta a la plaza. Nos aprovechamos de que Urko no ha puesto tierra de por medio para mantener el grupo el primer kilómetro.

Foto Rakel

Nos vamos estirando, ahora si que Herrán comienza a imponer su supremacía y se lleva consigo a Aitor, yo aprovechando la inercia me pego un poco a ellos, pero aguanto menos de 1000 metros, pero ese arreón hace que me separe de los de detrás, vamos eso intuyo porque no miro hacia atrás, pero por lo que oigo no están pegados. No había previsto esta situación y no voy a bajar el ritmo, así que no me queda otra que mantener y rezar para que no me de la bajona.
Foto Rakel

La recta del kilometro 3 al 4 se me esta haciendo muy pesada, la soledad de estar solo y saber que hay que seguir apretando me mina un poco la cabeza. Por delante por lo menos tengo referencia visual (muy lejana) y estoy deseando retornar de nuevo al pueblo. Mitad de carrera y afronto la subida hacia la plaza, los ánimos de la gente se vuelven a favor y el callejeo se me hace mas ameno dentro del sufrimiento que estoy llevando. 

Foto Rakel

Salimos de nuevo hacia la parte más solitaria y aprovecho la bajada para recuperar el aliento, el calor se esta empezando a notar, pero gracias a los avituallamientos puedo refrescarme y bajar temperatura.

Foto Rakel

Llegamos al punto del kilometro 8 donde siempre realizo la mirada pertinente hacia atrás, hasta ahora solo eran intuiciones según lo que oía, pero ahora toca poner en contexto la situación en la que me encuentro. El giro de 90 grados me da una visión muy amplia y no llego a ver a nadie por detrás, por lo que parece que el tercer puesto puede estar a mi alcance. De aquí hasta el kilómetro 9 intento seguir fuerte en una de las últimas subidas que hay por el polígono, sabiendo que lo que me resta es para disfrutar. Llego arriba con fuerzas y me dejo caer por el terreno roto de la pista, esquivo algún que otro charco, reduzco un poco el ritmo y recupero la respiración.

La ligera subida asfaltada nos adentra de nuevo a la carretera del pueblo, giro de derechas y calle abajo, giro de izquierdas y nueva miradita hacia atrás, todo en orden y tranquilo. Y por fin la última de las curvas girando para poder ver a lo lejos el arco de meta, casi no me creo que este año también pueda estar en el podio, por lo que disfruto como nunca de la larga recta que me lleva a línea de meta chocando a los niños que allí se aglomeran.

Foto Rakel

Entrada en meta en tercera posición con 32:48 y con una alegría inmensa por lo inesperado del resultado. Allí saludo al ganador Urko, que esta vez ha sufrido un poquito mas de lo habitual para alzarse con la victoria. Después entra Gontzal (que si hubiese querido otro gallo hubiese cantado) y más tarde al gran Apraiz, que seremos más viejitos, pero aquí estamos dando caña. 

Foto Rakel

Mientras charlo con el señor (y nunca mejor dicho 😉) Txakartegi entra en meta Diana en primera posición, quitándome de nuevo el protagonismo de la carrera jajaja. También entran en meta mi sobrina y su acompañante, por lo que de momento todos hemos finalizado.


Ahora toca buscar al pequeño de la casa que ya anda por ahí con los de su clase expectantes para su salida. Es una pasada ver la ilusión con lo que los “paralímpicos” recorren su distancia, los txikis se exprimen al máximo y los mini-txikis se lo pasan sin importar tiempo ni marca, solo pasárselo bien haciendo deporte.
Foto Rakel

Una cosa que han cambiado hace unos años, que aunque me repercuta, me parece lo mejor que se ha hecho, es el sorteo de bonos, porque si sólo se reparten, como antiguamente a los primeros, siempre van a ser más o menos los mismos los que los reciban y de esta forma todos entramos en el bombo, me sigo quitando el sombrero por la organización de Arando Korrikalari Taldea. Después de todo, la entrega de premios, café para casa y filipinos, pero como tengo un par de cajas, una de ellas la reparto entre los chavales que han corrido del cole, eso si, en cuanto abro la caja, como el anuncio, “me salen amigos por todas partes” jajaja.




Y ahora sí, para dar el colofón al día deportivo y después de la ducha de rigor, nos dirigimos al área de picnic para degustar las delicias culinarias de mi señora madre y pasamos un buen rato entre risas, así da gusto hacer carreras….

martes, 16 de septiembre de 2025

XI Triatlon Sestao 2025

Fin de semana consecutivo de triatlón, esto desde mis inicios que no pasaba, pero a Sestao hay que ir, el ambiente que se respira y el cariño que le ponen es especial por lo que se intenta no faltar.

Las preparaciones habituales las realizo el día anterior para que no me pille el toro, el picnic post carrera también lo prepara la chef como de costumbre y solo queda coger los bártulos el domingo y salir hacia el norte. Otra de las tantas cosas buenas que tiene, es la habilitación de un lugar para poder aparcar, eso hace mucho en una carrera, porque hay sitios donde es complicado estacionar y empiezan a entrar los nervios.

Llegamos con el día nublado pero buena temperatura, luego parece que levantará, así que no hay problemas meteorológicos. Bajo todo lo necesario y me dirijo a por el dorsal, el venir acompañado da un poco más de tranquilidad, porque puedes delegar ciertas cosas a los demás. Puestas todas las pegatinas a todo, me dirijo a boxes y voy colocando todo de la mejor manera que puedo. Me quedo con la ubicación, fácil de recordar y solo queda esperar para ir a probar el agua.

Foto Rakel

La verdad que, a pesar de ir con bastante tiempo, se me empiezan a echar los minutos y poco margen voy a tener para probar el agua, pero después de ponerme el neopreno y dejar la mochila puedo dar unas cuantas brazadas, las suficientes para que el cuerpo entre en ambiente. Me subo a la rampa de salida y me coloco en mi sitio. Cada año me empiezo a ir más atrás, no seré yo quien entorpezca a los que realmente saben de esto. Nos vamos echando para atrás muy poco a poco “obedeciendo” a los jueces, pero al final cuando llega el último minuto nos dejan ir hacia delante y acaba la gente incluso más dentro que antes.

Yo decido colocarme a la derecha y saltar desde ahí al agua, nunca me ha gustado el jaleo y en este tipo de salidas menos. Jon da la cuenta atrás por megafonía y allí que empieza la aventura con el bocinazo. Primeros compases con sensación de estar en medio de todos, golpe en las gafas, que me las ajusta un poco más y metros de pelea sin saber en qué dirección voy. Cada vez me voy escorando más a la derecha, pero reduzco el agobio considerablemente. Esta vez los brazos me están respondiendo y a pesar del ligero dolor me encuentro con fuerzas, así que habrá que aprovechar. Primera boya sin demasiadas complicaciones y a por la siguiente.

Foto Rakel

Al ir a atacar la segunda, voy tan pegado a ella, que me topo con el cabo que la amarra y tengo que pasarlo por encima, por suerte no recibo ningún golpe y ya nos vamos dirección salida. El sonido de los altavoces cada vez se escucha más alto, eso es buena señal y cuando me estoy acercando voy con cuidado de no darme ningún golpe con la piedra. Me impulso hacia arriba, empiezo a correr y me subo las gafas. A pesar de no ser mi sector, por lo menos no lo he pasado muy mal, así que vamos a ver el siguiente.

Foto Rakel

Llego a la bici con buena respiración y sin notar fatiga, me voy bajando el neopreno, pero a esto que voy a pisarlo para sacar una pierna me resbalo como si estuviese en la pista de hielo y doy con mi culo en el suelo. Aprovechando que ya no voy a ir más abajo, me despojo de él sentado, meto todo en la caja y arranco con la bici.

Transición larga de narices y el ir descalzo por el asfalto tampoco ayuda mucho. Nada más pasar la línea de montaje me subo a la bici y encaro la cuestita maravillosa jeje. 

Foto Rakel

Empiezo a notar un dolor en el culo, no sé si será de la caída e intento dar caza a un par de corredores que hay delante antes de que se acabe el repecho. Giramos hacia abajo en la rotonda, pero el dolor ya empieza a ser preocupante, porque no es que no pueda hacer fuerza pedaleando, sino que al doblar la pierna derecha tengo unos dolores horribles. No entiendo como esa caída tonta me puede haber hecho esto, pero es que no puedo dar pedales. A duras penas me estoy manteniendo con los otros 2 pero lo único que puedo hacer es dar pedales levantado, aunque también me duele horrores. Me doy algún masaje, intento estirar de alguna manera, pero nada. Es una impotencia terrible y no se ni que hacer.

Para empezar, me dejo caer, con dolor, mucho dolor intento avanzar, me pasa algún grupo no puedo ni intentar seguirles, que rabia me está dando, pero está eso o abandonar. Llega la cuesta y “por lo menos” me vale para ponerme de pie y subirla de aquella manera. La bajada más de lo mismo, cada vez que intento dar pedales el dolor en el glúteo me mata. Me va pasando más gente y “consigo “engancharme a un pequeño grupo. Hay disputas por los relevos, como siempre, pero yo demasiado tengo con lo mío e intento no quedarme atrás.

Foto Rakel

Subimos para llegar a la primera vuelta, casi con lágrimas de dolor doy la rotonda, mientras avisamos a un corredor que iba ya directo a boxes y volvemos a la carga. Empiezo a notar que puedo hacer algo de fuerza, no sé si se habrá calentado algo, pero ahora por lo menos puedo pedalear, con dolor, pero puedo pedalear. Llegamos de nuevo a la cuesta, uno de los componentes que va sobrado se escapa, por detrás nos quedamos 3 y también se quedan otros 2. Con lo poco que tengo llego arriba con ellos y después de la bajada comenzamos relevar. Puedo entrar de aquella manera, pero por lo menos ayudo un poco.

Por delante, lo único bueno es que no se nos han distanciado en exceso y todavía albergo una mínima esperanza de poder darles caza en el último sector. Esta vez sí, después de la rotonda cogemos camino descendente, me voy sacando los pies de las zapatillas, por suerte nos bajamos los tres sin ningún problema. Dejo la bici, me coloco las zapatillas y a rezar. 

Foto Rakel

Primeras zancadas, giro de 180º para salir de boxes y analizo la situación, el dolor por lo menos no me está impidiendo correr y de caja estoy increíblemente bien, por lo que solo queda una cosa, morir en estos 5kms.

Primeros metros y ya veo a gente a la que rebasar, tras varios adelantamientos individuales me topo con un buen grupo al que tengo que pasar por el otro carril por el poco espacio que hay. Parece que los macarrones de la madre y la dieta de Diana siguen dando sus frutos y me noto como un tiro. Giro para volver hacia los boxes y afrontar la cuesta, aquellos años donde este triatlón era olímpico tener que subir dos veces se hacia mentalmente duro (aunque siempre olímpico 😉), ahora solo subiendo en una ocasión hay que intentar ir a lo máximo.

Foto Rakel

Primeros compases de desnivel, voy a todo lo que puedo y me siento rápido, me mentalizo en finalizar la subida a tope sin aflojar y descansar en la parte llana. El giro, que esta vez esta mas cerca me lleva a la bajada. Si antes he subido como alma que lleva el diablo, lo mismo hago con la bajada. Los objetivos para adelantar cada vez son menores, pero intentaré llegar a los máximos posibles.

A penas restan 2 kilómetros, la animación de Cesar en estos eventos es la leche y se pone la piel de gallina en cada paso. Llegando al último me doy por satisfecho con el sector y poco a poco llego a la alfombra que da acceso a la meta.

Foto Rakel

Llegada en 9ª posición con un tiempo de 1:07:40 con un buen sabor de boca a pesar del gran problema de la bici, podría haber rascado algún puesto de ir bien la cosa, pero pocos más, por lo que me doy por satisfecho. Después de recuperar el aliento, saludo a Gorka, unos de los artífices del evento, a pesar de que soy uno del montón, me llegan al alma sus palabras hacia mi persona, esta gente del Sestao es impresionante.
   
Después lo de siempre, saludo al campeón “de la competición” y a otro campeón, esta vez cadete del vibike, este Markel es mas majo que las pesetas. Me avituallo como es debido y voy a saludar a la familia, que espero que se lo haya pasado bien, no me cabe la menor duda. Ducha rápida y espera la entrega de premios, para pasar a lo mejor del día. 
Foto Rakel

Del coche recogemos el picnic y como ya es costumbre aquí, sacamos las tortillas el embutido y demás menesteres que ha preparado la matriarca, que haríamos sin ella. Faltan personas festejando estos eventos, unos por compromisos y otros porque la vida es así, pero a pesar de no estar presentes siempre están.

Dibujo Olatz

miércoles, 10 de septiembre de 2025

Triatlón Olímpico Nagore 2025

Hace 2 años no me pude acercar por problemas logísticos, el año pasado saboreé la victoria y sobre todo me encanto el ambiente y este año no podía dejar la ocasión para disfrutar de nuevo por tierras navarras de un gran triatlón olímpico.

A falta de 2 días de que marchásemos me comentan que los planes que habíamos hecho para que se quedaran cuidando de Aihotz mientras Diana y yo corríamos se pueden ir al traste por problemillas de salud y el día anterior se confirma. Es algo con lo que podía contar por lo que me mentalizo para desistir y que lo realice Diana. Esa mañana del viernes salgo a correr para no perder todo el finde y mientras se me ocurre que como hay varias carreras podría intentar cambiar el olímpico por el super sprint que hay antes y por lo menos poder hacer algo.

Contacto con los organizadores para ver si es posible, pero al ser pruebas federadas lo ven complicado, mi última bala se va al traste, pero la cosa da un giro cuando me proponen que se podría quedar con los voluntarios el rato de la carrera. Es increíble el favorazo que nos van a hacer, así que en principio la sangre no llega al rio, esperaremos a hablar con ellos cuando lleguemos.

Tengo que hacer toda la mochila y después de comer, nos ponemos rumbo hacia Nagore con la calma. Una vez aparcados, vamos a ver si hablamos con los organizadores, por un lado, para ver si hace falta el papel de pernocta para ese día como el año pasado y para preguntar por Begoña, que es la sufridora que se va a hacer cargo del demonio, espero que no se eche para atrás al conocerle, jeje. Con todo arreglado pasamos la tarde en el embalse y nos vamos a cenar e intentar descansar un poco para mañana.

Lo bueno de dormir ya en el sitio es que no te pegas el madrugón padre y voy a recoger los dorsales. La gente del super sprint ya está medio calentando y empezamos a sacar las bicis y poner toda la parafernalia a punto. Cola para entra en boxes, pero se solventa rápido el tema y ya dejo todo en orden. Antes de ponerme el neopreno, por fin toca despedirse del pequeño y esperar que no les moleste demasiado e incluso que les pueda ayudar en algo, que eso no es explotación laboral jijiji.

Dejo la mochila en consigna y con poco tiempo para calentar me lanzo al pantano. Es una absoluta maravilla, el entorno y ni el calor ni el viento que parece que va a hacer lo va a fastidiar. Breves brazadas y salgo para ponerme al lado de la bici, como es habitual en las competiciones navarras. Nos dirigimos al agua, nos colocamos en línea con algún que otro grito y nos dan el bocinazo de salida.

Foto Triatlón Nagore

Tres o cuatro saltos antes de empezar a nadar, no hay mucha aglomeración y como me he colocado en un sitio con no mucha gente, puedo nadar relativamente bien. Primeros compases del sector, tengo los brazos cansados al igual que las piernas y no espabilan hasta llegar a la primera boya. A partir de aquí cojo ritmo de crucero, mas llevadero para mi nivel y lo bueno de no estar adelante del todo, es que me guio por la gente de delante, porque las boyas nunca soy capaz de verlas hasta que no las tengo delante de los morros.

Segunda boya y toca retornar hacia la salida, el viento viene en contra y la natación no se hace tan cómoda como la estábamos teniendo. A pesar de ello, poco a poco voy avanzando y cada vez veo mas grande el arco de salida. Cuando ya me puedo poner de pie, me levanto las gafas e intento recuperar un aire que me cuesta coger. Llego a la bici rápido, pero me cuesta sacar el neopreno, cuando lo consigo dejo todo en la caja y salgo a por este segundo sector.

Foto Triatlón Nagore

Avanzo un poco más después de la línea de montaje porque está en cuesta y salto a la montura. Delante de mí un par de corredores, pero entre que me meto las zapatillas y me coloco se me van unos metros y encima pica para arriba por lo que solo puedo tenerlos a distancia, pero a la vista. La primera rampa de dos kilómetros se me esta empezando a hacer bola y un poco antes de llegar arriba me pasa un corredor. Me cuesta reaccionar, no sé si intentar ir con él o guardar fuerzas y entre una cosa y la otra cuando me decido a intentar llegar arriba con él ya se me ha escapado demasiado. Consigo reducir la distancia, pero no lo suficiente y en cuanto llegamos al túnel donde comienza la bajada se me va sin remedio, por lo que me encuentro solo de nuevo.

La zona de bajada para intentar recuperar algo el aliento y poco antes de empezar la subidita me atrapa Iñaki y nos ponemos entre el y yo a dar relevos. No exigimos en ningún momento el relevo y la cosa va fluyendo perfectamente, para mi es lo mas lógico, pero como ya he visto tanto friki en este mundo, lo más lógico es lo atípico. En la subida no pensaba que fuese a aguantarle, pero parece que nuestro nivel ciclista es muy parejo.

La cuesta no es muy empinada y se puede ir al tran tran, pero estoy deseando que se termine, jajaja. Antes de finalizar esta primera mitad llega Ibarrola con otro corredor y después de estar un ratillo, endurece el grupo. El otro corredor se queda un poco rezagado y tengo que apretar para que no se me vaya, consigo pillarle y baja el ritmo, con lo que nos agrupamos los tres perdiendo a mi compañero de subida. Ya después de “coronar” empezamos la bajada, el viento que antes me ayudaba ahora se me pone en contra y se hace poco bonita la bajada.

Dani se aburre en un par de ocasiones y pega buenos hachazos a los que respondo por inercia, pero creo que entre los tres estamos mejor, cada uno como es normal tiene su estrategia. Nadie a la vista por delante y lo mismo por detrás y sin muchos más sobresaltos empiezo a ver el pantano, lo que significa que toca pensar en mi sector. Dejo la bici, me siento tranquilamente y me dedico a ponerme los calcetines (ya tengo una edad para no reventarme los pies). Me incorporo y después de dejar el casco, avanzo hacia el sector definitivo. Los primeros 500m se realizan por una zona que esta muy irregular y hasta que no piso asfalto no empiezo a encontrarme cómodo.

Foto Triatlón Nagore

Con este calor intento beber agua en cada avituallamiento y continuo la marcha para ver si puedo dar caza a alguien. A pesar de parecer un circuito llano y fácil, es muy engañoso, porque los toboganes continuos son muy rompe ritmos y el viento que se ha levantado aún más, aumenta la dureza de este. Por suerte después del primer km comienzo a ver objetivos por delante que hacen que me centre un poco. Mientras adelanto voy poniendo la mirada en el siguiente, pero la cosa va a estar complicada. En el giro de 180º que está mas adelante veo que casi los 10 primeros son intocables y me acuerdo de que ayer salí a correr, porque pensaba que no iba a competir, así que en cuando me empiezo a ver sofocado bajo un poco el ritmo y me lo tomo con mas calma, hasta que recupero un poco.

En las cuestas las piernas a penas responden y la subo muy despacio, el único consuelo que tengo es llegar al km7 donde nos da algo a favor e intentar coger a dos corredores más. Se van acabando los metros y me doy por contento con la remontada realizada, aminoro un poco el ritmo, agradezco los ánimos y voy adentrándome poco a poco entre la zona boscosa, para llegar a la meta.

Foto Triatlón Nagore

Cruzo el tan ansiado arco con un tiempo de 2:13:11 en 9ª posición, como me gustan los olímpicos! Después de recuperar un poco voy a descargar de trabajo a los buenos de los voluntarios y me hago cargo de mi pequeño vástago agradeciéndoles de corazón el favor. Avituallándome un poco recargo fuerzas y me voy a esperar la llegada de Diana, que por lo que me ha parecido ver, lidera la carrera, y efectivamente entra en primer lugar.

Ahora ya con mas calma nos dirigimos a degustar los ricos alimentos que nos ha traido y recogemos las cosas de los boxes mientras comienza la entrega de premios, yo en mi labor de reportero me toca sacar las fotos, como siempre, jajaja. Y así damos por finalizada la competición, que no el día, porque aprovechamos a tope el lugar, dándonos de nuevo un pequeño chapuzón y descansando tranquilamente.

Por último, no me quiero olvidar de agradecer la gran labor que hace esta gente, me parece que sacar un evento así con todo el currazo que hay es digno de admirar, ya solo por eso, pero en lo personal, que al comentarle en problema con el niño se hayan prestado a estar con el desde el segundo 1 es un favorazo increíble que nos ha brindado. Por lo que a mi respecta y siempre que se pueda, van a tener un corredor cada año que lo organicen.

miércoles, 27 de agosto de 2025

XXII Legua Nocturna Santa Maria del Paramo 2025

Me recordaban las redes sociales que hacía por lo menos 13 años que no iba a correr la legua nocturna de Santa María del Páramo, carrera que era habitual en la época "joven" que venía al pueblo de Valdesandinas, ahora un poco más tarde y con unos años más, coincidía que venía a Vecilla por la fecha que se celebra y quieras que no, la nostalgia hace que me tenga que apuntar.

Empieza el día, que iluso de mi, me da por hacer la “carrera” de bicis de las fiestas del pueblo, en mi cabeza para hacer bulto, pero me encuentro con la elite, con bicis de élite y otro y yo con hierros de dos ruedas, en que jaleo me he metido yo. Pues eso, que al final salgo con un dolor de piernas innecesario y llegando en, como queréis que lo diga, quinto (como dirían los instagramers) o penúltimo, para los realistas como yo, que es como quedé, jajaja.

Risas por lo menos ya me he echado y llevo la bici de la Juani con la rueda frenada al parking habitual. Por la tarde juegos para el demonio y cuando se aproxima la hora nos vamos Kiko y yo hacia el pueblo. Con tiempo aparcamos y vamos a recoger los dorsales juntándonos con David y su familia allí (que también tiene varios representantes de varias edades en el evento). 

A falta de 20 minutos me dispongo a calentar y por primera vez en mucho tiempo realizo un calentamiento aceptable. Me voy acercando a la línea de salida, David me ha informado del nuevo recorrido para mí (antiguamente no era así) me hago una idea, pero al final una legua es una legua. A pesar de ser una carrera de pueblo, hay mucha calidad en la salida, con lo que me centraré en acabar lo más digno posible sin reventar en el intento.

El speaker da los últimos ánimos y después de la cuenta regresiva nos lanzamos a desgastar suela de zapatilla. En los primeros metros me encuentro en un primer grupo de unos 10 corredores, pero en cuanto empiezan a meter ritmo me voy descolgando a sabiendas de que es otra liga muy muy superior, solo viendo a los del Vicky food y Kevin Vuñuela(entre otros) ya me hago a la idea del percal.

Primer kilometro y nos quedamos descolgados otro corredor y yo, el cual no tarda mucho en pasarme y se aleja unos metros, le mantengo la distancia, que no es poco e intento estabilizar la respiración después de este inicio de locos. La noche ya se empieza a echar y el paisaje se trasforma, son muy chulas las carreras nocturnas. Regresamos de nuevo al pueblo después de hacer el tramo por la periferia, se empieza a ver gente de nuevo y los aplausos animan un poco a la soledad que estoy viviendo, por delante el tema esta como al principio y por detrás ni idea porque prefiero no mirar.

Primera vuelta, la boca la tengo más seca que la suela de mis zapatillas, pero solo pienso en que queda menos de la mitad, así que me concentro en mantener el ritmo. Por delante he visto que alguno del grupo cabecero se ha quedado, pero va a ser imposible darle caza. Lo bueno que tienen estas carreras cortas es que el tiempo no es un obstáculo mental, pero el estar continuamente a full gas es bastante agobiante, es el ying y el yang de estos eventos. Kilometro 4, empezamos a doblar a algún que otro corredor, les animo y me dirijo a la ansiada entrada a la pista no sin antes recibir los ánimos de Jose, que a sus setenta y pocos años sigue estando en estos saraos.

Curva de derechas y entro al tartán, los 300 metros restantes bajo los focos me los quiero tomar con calma, pero de repente oigo la respiración y los pasos de alguien que se esta acercando, a falta de 200m, mi gozo de disfrutar se termina y me veo inconscientemente aumentando el ritmo para no ser rebasado. Esto me llega a suceder antes de entrar en la pista y ni me esfuerzo, pero viendo la meta tan cerca y a pesar de no optar a ningún puesto cabecero, la competitividad hace un clic en algún sitio y ahí estoy yo haciendo el sprint de mi vida con las fuerzas que me quedan jajaja.

 Con la inercia que hemos cogido tenemos al corredor de delante bastante cerca y le pasa como a mí, que al darse cuenta de lo que viene se le fastidia su llegada tranquila y tiene que aumentar el ritmo para no ser rebasado, así que allí estamos los 3 en estos últimos 60 metros, como si nos fuera la vida en ello.

Finalmente y con gran sufrimiento los puestos se mantienen y consigo entrar en 10ª posición con un tiempo 17:57. El ultimo apretón pasa factura y tengo que estar un rato intentando recuperar el aliento. Cuando me incorporo voy a saludar al causante de este sprint y nos reímos de lo sucedido. Paso a recoger el avituallamiento (que me dieron el de los pequeños, aunque luego me pudieron entregar el que me correspondía) y voy a ver la llegada del compañero de viaje, porque si hablamos de que Jose tiene mérito, Kiko tampoco se queda corto.


Después de ver entrar a todos los conocidos, la típica charleta post carrera es de rigor y allí estamos debatiendo sobre lo dura que ha sido y que si esto que si lo otro. La noche ya se ha echado por completo y tenemos que regresar al pueblo, pero antes me entero que tengo que recibir un trofeo por viejo, así que la vuelta tiene que atrasarse un pelín. Después del evento y despedirme de la gente, tomamos rumbo hacia Vecilla que hoy le prometí al pequeño que se podría quedar un rato en la verbena, así que hay que cumplir.



lunes, 9 de junio de 2025

IV Vihalf Gasteiz 2025

¡¡¡Spoiler!!! De gozarla el año pasado y disfrutar como nunca, a pasar el peor triatlón de mi vida, viviendo un autentico infierno en mi ciudad.

Llegaba la fecha del primer triatlón, este año por lo que sea, mas tarde de lo normal y en media distancia. Aunque no me siento muy cómodo en una distancia ya algo larga para mí, el Vihalf se celebra en casa y el buen recuerdo del año pasado hace que me lo plantee de nuevo. Lo que menos me gusta, lo de siempre, la organización que requiere este tipo de evento. A mi me gusta ir, llegar, correr y para casa, pero en esta distancia hay que hacer varios preparativos que ni me gustan ni me apetecen. Luego también tenía que alargar un poco las salidas con la cabra y ver que tal me amoldaba.

Gracias a la ayuda de Diana, que al final tuvo que desistir de la prueba por una puñetera lesión, la nutrición la dejo en sus manos y con todo ello se acerca el día de la carrera, el viernes comienza el baile con la recogida del dorsal y la preparación de las bolsas. El sábado por la mañana me acerco a dejar la bolsa en la T2 y vuelvo para acabar con lo demás antes de ir a Garaio.


Foto Dy

Aparcamos en la explanada y meto las cosas en el box, me encanta este sistema donde no tienes que colgar la bici y hay mucho hueco entre bici y bici, siempre pensando que me dejo algo y a toca hacer tiempo, mientras nos vamos dirigiendo hacia el punto de salida. A falta de 20 minutos me cambio, dejo la bolsa en la consigna y me dispongo a calentar un poco en el agua. Al salir empezamos con los problemas, el reloj se pone con la iluminación al mínimo y con el sol ni se ve, intento solucionarlo, pero ya están llamando a la salida y lo dejo por imposible.


Foto Dy

Me ubico en la salida elite, con el síndrome del impostor y me preparo para el bocinazo. Sin darme cuenta ya estamos en este primer sector, algún que otro leve golpe, pero bastante limpio. Los primeros 500m se me están haciendo agónicos hasta que consigo coger algún pie y me quedo detrás de sus burbujas lo máximo que puedo. Lo bueno de no ser de los nadadores, es que no tengo que guiarme con mi nefasta visión en el agua, así que me fio de lo que hacen los de delante.

No tengo alarmas de los metros, pasamos una boya, continuamos, otra boya y así hasta que pasamos una, giramos mas de lo normal y a lo lejos veo de nuevo tierra. La natación se me está haciendo eterna, pero teniendo en cuenta que mi mayor tirada en la piscina este año son 2000 metros, es lo normal, me resigno y continúo intentando seguir lo mas junto al de delante. Metros antes de llegar, las algas nos van dando la bienvenida y un poco mas adelante ya me puedo poner de pie. Por lo que le escucho al speaker parece que somos de los últimos en salir, es lo que tiene salir con los buenos.

Me voy bajando el neopreno, encaro mi fila y dejo salir al compañero de al lado antes de empezar a cambiarme. Me cuesta un horror bajarme el traje y casi se me suben los gemelos en el intento. A duras penas consigo zafarme de él y lo meto en la bolsa con las gafas y el gorro. Casco y a por el segundo sector, me monto con calma sin saltar, me voy poniendo las zapatillas e intento recuperar el aliento que, esta vez, tanto me está costando recuperar.

Foto Kiko

Con todo en orden salgo del parque viendo a un ciclista caído en la cuneta (luego me enteraría que es Josu, mucho ánimo). Me sigue costando respirar y voy muy cansado en estos primeros metros, soy de los que le cuesta más esta transición que la segunda, solo espero que se estabilice el cuerpo y pueda “disfrutar” del sector que mas miedo me da. Los compañeros que han salido conmigo se van alejando y por fin me puedo acoplar y encontrar una cadencia que me permita pedalear. La recta hasta Agurain con sus toboganes se hace llevadero y me adentro entre los ánimos hacia Gordoa. Se suponía que este tramo iba a tener el viento en contra, pero no se nota en demasía. Km 20 y me adelanta el primer ciclista, yo hago lo propio con otro y empiezo la subida.

Después de pasar varias veces por aquí antes de la carrera, sé que la tengo que afrontar con calma y a mi ritmo, la vertiginosa bajada hacia Zalduondo y primer avituallamiento en el que fallo en el primer bidón, pero cojo el segundo. Me lo meto en el traje, de momento todo va como el año pasado y continúan los kilómetros con buen ritmo. El objetivo ahora que me marco es llegar a Egino y rezar para que el aire nos empiece a pegar de culo.

Otros corredores me han pasado, pero como eso ya estaba en el guión tampoco me frustra en exceso. Por fin llego a Egino y el viento parece que nos favorece, por lo que me alegra y después de alimentarme de nuevo encaramos las cuestas que nos llevaran a Agurain, próximo objetivo llegar vivo a Guereñu. Llegada a Agurain y subidita hasta siguiente punto de control personal.

De momento todo como lo estaba haciendo estos días, velocidad normal y controlando el esfuerzo, de Guereñu hasta el final, lo que se suponía que iba a ser bajada y aprovechar el viento, se hace raro y ya no lo veo tan bonito, porque el viento no es tan claro como se esperaba. El siguiente objetivo en Zurbano, pasando por el repecho de Argomaniz, pero al llegar a Elburgo se me empiezan a subir los cuádriceps, no me lo puedo creer, no me había pasado en ninguna salida anterior, intento estirar un poco y aunque no se pasa del todo por lo menos puedo seguir pedaleando, pero no me ha gustado nada la sensación.

Giro hacia Argomaniz y puerto de “primera categoría” para retomar por la nacional continuando acoplado y con buenas sensaciones. Desvío en Ilarraza, ya nos estamos acercando hacia el final y por suerte no ha habido ningún percance. Poco antes de llegar a Zurbano vuelvo a tener la sensación en los cuádriceps que se me ponen duros y ya no esta gustando nada, pero puedo pedalear y el cartel de 80km hace que tenga mas cerca el objetivo. Los últimos metros por la ciudad es para no cometer errores e ir preparando la mente para el sector que mas espero. Me saco los pies de las zapatillas y me dispongo a bajar, no se porque no lo hago como de costumbre y bajo pasando la pierna por detrás del sillín, se me suben de nuevo los cuádriceps, esto ya no es normal.

Foto Rakel

Los metros hacia la carpa ya voy cojeando, llego a mi a bolsa, me cuesta descolgarla, saco todo lo que hay y me siento en la silla para vestirme con calma, primero el casco para dentro, pero al ponerme los calcetines las piernas se me agarrotan, con las zapatillas igual y la segunda me la intento meter de pies con la misma suerte. Cuando tengo todo listo empiezo la carrera, pero a cada zancada me duelen una barbaridad las piernas, en mi cabeza está el deseo de que se acostumbren a la situación y me dejen correr, por eso voy con mucha calma, es la idea de la primera vuelta, pero las sensaciones son malas malas y me moleta hasta la botella que tengo en la mano, lo que iba a ser un sector complicado por la fascitis plantar, resulta que ha quedado relegado a nada.

Foto Rakel

Rebaso a algún corredor, los dolores en lugar de ir a menos incrementan, antes del segundo kilometro se me hace prácticamente imposible correr, a veces me fallan del dolor y a punto estoy de caerme en alguna ocasión. Me siento una mierda porque no hay solución al tema, voy bajando el ritmo, que ya de por si es bajo, pero nada de nada, dolor insoportable. Hago un primer paso por donde esta Diana y la familia, voy arrastrándome, las cuestas arriba no puedo apretar y las bajadas me matan. Solo llevo 2 kilómetros y por mi cabeza pasa la idea de la retirada, cuando vuelva a pasar por donde esta la familia me paro porque el dolor en increíble y voy medio parado. 

Foto Rakel

Todos los ánimos de la gente que recibo hacen crecer mi frustración, mi cabeza puede pero las piernas no me dejan y es una impotencia que no había sufrido nunca en mi vida, dolores y cansancio si, pero esto en la vida. Alla donde esté, oigo decir a mi padre “hijo, párate y dejalo”, no le gustaba verme sufrir de esa manera y en parte tenía razón. De la que estoy bajando y valorando la retirada mi orgullo puede mas y me digo a mí mismo que si soy capaz de no pararme ni andar, tengo que terminarlo, por la gente que ha venido, por la prueba, pero sobre todo por mí, no soy de los que se retira si las cosas no salen bien. En el horizonte 19 kilómetros de puro sufrimiento, yendo a 2 por hora y con la cabeza gacha. Consigo la primera vuelta, ante la mirada de preocupación de mi hermana y mi madre, los metros van pasando a cámara lenta, esto no estaba en el plan, me resigno a mi suerte, ya me empieza a adelantar mucha y mucha gente, me aparto al lado derecho como un coche en la autopista con los warning puestos, que desesperación.

Foto Rakel

Los demás kilómetros mas de lo mismo, penurias, dolor e impotencia, de vez en cuando intento ir un poco mas rápido, pero nada de nada y ya no para quedar mejor o peor sino por hacer el sufrimiento menos duradero. Al llegar a mi segunda vuelta Jon el speaker me nombra creyendo que voy hacia meta, agradezco su confianza, pero todavía y muy a mi pesar me queda otra. Doy las gracias a varios corredores que me van ofreciendo su apoyo por si necesitaba algo, pero creo que piernas de repuesto no van a tener.

Foto Rakel

Y así por fin (aunque ha sido una penuria) llego a meta en 155ª posición con un tiempo de 4:44:10, nada mas cruzar meta y sin casi poder andar, los de la cruz roja me prestan una silla para sentarme, estoy allí descansando un rato hasta que a duras penas voy al avituallamiento para intentar recibir un masaje, aunque poca solución tiene el tema.

En cada movimiento me pichan las piernas y voy a comer un poco antes de ir con la familia, la que siempre está ahí. La cara de este año contrasta con la de año pasado, cuando al acabar, me fui trotando incluso, a buscar a Diana mientras acababa su carrera. Mi moral esta por los suelos y solo quiero llegar a casa para descansar y olvidarme un poco del tema.

Foto Rakel


No soy una persona que vaya pensando en los puestos ni en el tiempo y menos ahora con los famosos grupos de edad, cuando voy a una carrera voy con la ilusión de acabarla con la mejor sensación posible, dejándome la piel y sobre todo disfrutarla con sufrimiento, quede el 30 o el 300. El día de hoy es la primera vez que recuerde, que no he disfrutado, lo he pasado mal, muy mal, no creo que me haya pasado en bici, porque es lo típico que podía pasar y lo tenía en mente, pero al final las carreras son así, con lo que habrá que dejar pasar los días y retomar la rutina diaria (pero eso ya dentro de una semana cuando vuelva a poder andar)